En noviembre de 2011, la actriz y directora de teatro, Egly Larreynaga, reunió a un grupo de mujeres vendedoras ambulantes para acercarlas a las artes escénicas. De ese encuentro nació La Cachada Teatro.
Este grupo se enfocó por crear puestas escénicas de narrativas sociales, incluso algunas muy personales. Así llevaron a las tablas temas como la explotación laboral, la violencia doméstica, la maternidad y sexualidad, entre otras, a través de sus obras: “Si vos no hubieras nacido”, “Algún día” y “La Casa de Bernarda Alba”.
Mañana (domingo 4 de diciembre), este grupo de actrices volverá a los escenarios con “Retazos”, pieza con la que celebran una década de hacer teatro y también muestran un proceso de trabajo “alejado de historias autobiográficas y enfocado en lo investigativo”, según Larreynaga, pues dan voz a trabajadoras de maquilas. “Retazos” se exhibirá en el Parque Cuscatlán, a las 5:30 p.m. Entrada gratis.
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Conoce a este elenco que ha dado voz a mujeres vulneradas.
Magaly Lemus
Además de su rol como actriz también es tallerista. Lemus tiene un agradecimiento grande a su directora, la también actriz Egly Larreynaga porque le hizo descubrir una pasión que no conocía. Esta joven espera que en el país hayan más personas como ella porque “cambian vidas”. En este camino, Lemus descubrió que le encantaría viajar y estudiar escenografía en otro país y sueña con que esta profesión sea respetada y tenga más espacios donde desenvolverse. Tras un repertorio basado en muchas historias personales y de temáticas sociales, Lemus sintió una gran satisfacción con la obra “La casa de Bernarda Alba”, que se presentó en el marco del Festival de Teatro Hispanosalvadoreño, pues se alejaba de lo que usualmente habían trabajado. “Nos demostró que podíamos trabajar con guiones escritos y seguir las indicaciones de Egly y usar otros materiales”, comentó la actriz salvadoreña.
Magdalena Henríquez
Según sus remembranzas, no “se lanzó de una” a las tablas, quería terminar su bachillerato nocturno antes de iniciarse a las artes escénicas. Pronto se vio balanceando su trabajo de limpieza de casas con los ensayos. “Estaba súper nerviosa la primera vez porque no quería equivocarme, pero recuerdo la respuesta del público y lo más mágico fueron los aplausos. Me sentí orgullosa de haberlo hecho bien”, recordó Henríquez sobre su debut. Para esta artista, el teatro significa un antes y un después en su vida, pues este arte le cambió su forma de pensar, de creer y de hacer; ahora dice disfrutar la vida. Para Henríquez, La Cachada Teatro es sinónimo de aprendizaje, amistad, familia. “... es lo más bonito que hemos podido construir. Gracias a Egly por habernos permitido este recorrido, este descubrimiento y esta transformación”, aseveró la artista.
Evelyn Chileno
Fue designada para estar a cargo de la escenografía y utilería de este grupo escénico. Con el rol, Chileno se sintió orgullosa porque su responsabilidad la había llevado a tener un trabajo complejo y minucioso. Sí, ella es la que vela porque el vestuario esté limpio, que los utensilios no se extravíen y revisar que todo esté en orden. Pero además de sentirse valiosa dentro del grupo, Chileno reconoció que el teatro le transformó la vida. “Nunca me imaginé ser actriz, mucho menos permanecer a un grupo de teatro. No lo pensaba, ni lo soñaba; de hecho fue llegando a La Cachada es cuando empecé a soñar que podía hacer cosas diferentes. Nunca había ido a un teatro. Ni me lo podía creer. Me ha costado creerme que soy actriz”, confesó la también trabajadora doméstica. Ahora que los anhelos están presentes, esta artista espera, algún día, viajar con sus colegas a Argentina y presentar unas de sus alabadas obras.
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Wendy Hernández
Es la encargada de la parte administrativa de La Cachada Teatro. Teniendo un rol tan “delicado”, Hernández se autoexige para que “cuadre hasta el último centavo”, y todas reciban lo justo: ni más, ni menos. Así que cada vez que hay una presentación, esta artista también sabe que después debe ordenar presupuestos y proponer cómo sería una buena forma de distribuirlo. Su trabajo en venta libre de productos en las calles de San Salvador le otorgó la facilidad con las cuentas y el dinero. Alejada de los números, Hernández está firme en dar continuidad a las temáticas sociales, a pesar de su complejidad. “ Lo más difícil es ponerse en la piel del otro y hacerlo bien. En la nueva obra (“Retazos”) era visibilizar los tipos de violencia que viven las mujeres que trabajan en maquila. Yo trabajé en maquila pero es difícil hacer ver a estas mujeres su problemática”, apuntó.
Mariam Santamaría
Esta actriz se integró al elenco de La Cachada Teatro cuando el grupo ya había iniciado montajes y presentaciones, pero el impacto fue tal que quiso integrarse a él. Y lo hizo. Durante estos años, las anécdotas son infinitas, unas amargas y otras demasiado positivas e increíbles, como el viaje que realizaron a España. Según Santamaría, esta experiencia es quizá la más memorable del grupo. “Las vi a ellas emocionadísimas por subirse a un avión y el choque cultural al que nos encontramos. Las reacciones del público eran distintas y las historias eran acogidas de otra forma. Representar a El Salvador en otro país fue un gran paso de la compañía y eso puso el nombre de La Cachada en otro nivel. La respuesta que obtuvimos de España fue una confirmación de que lo que hacemos vale la pena”, comentó esta joven artista.