Movidos por películas, series y noticiarios, cada vez son más quienes se deciden a pasar unos días de vacaciones en lugares donde se vivió o aún se vive la tragedia humana, por ejemplo, la frontera entre México y EE.UU. o los sitios que frecuentó el narcotraficante Pablo Escobar.
Los viajeros de este denominado turismo oscuro llegan a lugares marcados para siempre por muertes, catástrofes o sucesos macabros como el desastre nuclear de Chernóbil (1986) o campos nazis de concentración, ansiosos de conocer ‘in situ’ qué ocurrió, las consecuencias y, en algunos casos, hacerse el selfi correspondiente.
Este tipo de turismo es considerado macabro por muchos, pero puede tener una motivación moral o espiritual, cuando se busca visitar el escenario de una tragedia o un genocidio para mostrar empatía con las víctimas, recordarlas y honrarlas.
Si te interesa este tipo de viajes, pero no sabes dónde comenzar te sugerimos los siguientes lugares.
Las catacumbas de París
Bajo las calles de la ciudad de París se extiende una red de 300 kilómetros de túneles que sirven como cementerio a unos 6 millones de personas que podrían estar enterradas allí. Al principio fueron canteras de piedra caliza, pero en 1786, para combatir las epidemias y enfermedades que asolaban a la población se decidió trasladar los cadáveres y huesos de distintos cementerios de la ciudad a las catacumbas.
La visita a este laberinto de túneles es algo escalofriante; en el recorrido que dura unos 45 minutos se pueden observar filas de tibias que se alternan con otras hileras de cráneos y otros huesos. Este paseo, sin lugar a dudas no es apto para miedosos o para aquellos que tienen fobia a los espacios cerrados. Los tíquets se pueden conseguir en línea a partir de $38, además cuentan con audioguía.
Belchite
A unos 50 kilómetros de la capital aragonesa, en Zaragoza, se localiza Belchite, un verdadero pueblo fantasma. Dicha localidad, de acuerdo con el periódico El País fue testigo de uno de los más duros enfrentamientos durante la guerra civil española en 1937, cuyo nombre de hecho es la batalla de Belchite.
Más de 6,000 personas murieron después de 14 días de lucha y el pueblo fue reducido a ruinas, donde aseguran aún se escuchan sonidos de bombas, aviones, disparos y gritos. Muchos investigadores de lo paranormal lo han visitado y han captado psicofonías que lo confirman.
A la fecha hay dos Belchites, el viejo y el nuevo, este último, de acuerdo con el portal Un planeta por viajar, fue construido por el general Francisco Franco tras la guerra. El dictador obligó a los habitantes del pueblo viejo a abandonar lo que quedaba de sus viviendas y a mudarse a un nuevo asentamiento.
Esta acción permitió que las ruinas se conservaran casi intactas, reforzando aún más su valor y recuerdo histórico, sostiene el referido portal.
Durante los recorridos por el lugar, los visitantes pueden apreciar los orificios que las balas dejaron en los diferentes edificios, así como los daños ocasionados por las explosiones de bombas, e incluso algunos artefactos que no alcanzaron a explotar. Sin duda, las imágenes son en realidad impactantes.
Las visitas a Belchite son guiadas, y si bien el lugar es abierto, hay zonas restringidas pues el paso del tiempo las ha vuelto inseguras. Los recorridos van desde las 12:00 p. m. hasta las 7:00 p.m., dependiendo de la época del año. El precio de la entrada es de aproximadamente $6.66 para la visita diurna, $11.10 para la nocturna y $13.32 si se desea visitar de día y de noche.
Hotel Stanley
En plenas Montañas Rocosas, Colorado (Estados Unidos), puedes visitar el famoso hotel de la cinta “El resplandor”, que asusta tanto como en la película dirigida por Stanley Kubrick.
Fue construido por el empresario Freelan Oscar Stanley a principios de 1900, con la idea de ofrecer un establecimiento moderno, digno de visitar para respirar aire puro. Con el tiempo, sin embargo, adquirió la fama de fantasmagórico, hasta el punto de que se dedican a atraer gente de esta forma, reconociéndolo como uno de los sitios más activos de elementos paranormales de toda la nación, según destaca Antena 3.
Los fenómenos paranormales se remontan a 1911, luego de que una de las camareras se electrocutó en una de las habitaciones. El personal del lugar y los huéspedes afirman haber escuchado voces de niños jugando, incluso han visto la presencia de un pequeño que corre y desaparece en el aire.
También afirmaban que la ropa se salía sola de las maletas, también las luces se encendían solas y escuchaban extraños ruidos que no tenían explicación.
Si te interesa, puedes hacer tu reservación en línea a un costo de $210 por noche, aproximadamente. También hay condominios de una y tres habitaciones, que cuentan con aire acondicionado, bañera con hidromasaje y chimenea. Además, hay dos restaurantes.
Trans-Allegheny Lunatic Asylum
Halloween es la temporada alta del antiguo hospital psiquiátrico de Weston, en el estado norteamericano de West Virginia, donde se realizan recorridos por las enormes instalaciones en busca de fantasmas. El lugar ha tenido avistamientos de apariciones, voces y sonidos inexplicables, y otras actividades paranormales reportadas por huéspedes, personal, y todo tipo de cazadores de fantasmas.
El hospital, que cerró en 1994, tiene 150 años y fue diseñado para atender a 250 almas. Comenzó a funcionar en 1864 y alcanzó su punto máximo en la década de 1950, cuando llegó a albergar a 2,400 pacientes. Desde luego estos vivían en total hacinamiento y en general en malas condiciones.
Si te gustan las situaciones extremas y en verdad eres valiente, puedes reservar un tour en grupo o en privado desde $100 más impuestos por persona. Es posible que te encuentres con algunas de las almas que vagan todavía por sus salas y galerías, o si tienes suerte quizá experimentes alguno de los repentinos cambios de temperatura que allí se registran.
El Osario de Sedlec
Los restos de unas 40,000 personas, acumulados durante siglos en una historia en la que se mezclan la fe, la peste y las guerras conforman el osario medieval de Sedlec, una de las atracciones turísticas más originales, pero también macabras de la República Checa.
Unos 300,000 visitantes acuden cada año a la Iglesia de Todos los Santos en Sedlec-Kutná Hora para contemplar el impresionante espectáculo que forman los miles de huesos acumulados y las lámparas, cálices, cruces, escudos y guirnaldas hechas con material óseo que decoran la capilla que alberga el osario.
En este lugar la luz entra por varias vidrieras y el espacio es muy ancho, así que no se trata de un sitio lúgubre y tenebroso, pero el material de las estructuras le imprime un aspecto espeluznante.
El recorrido por esta peculiar capilla se realiza en unos 30 minutos, tiempo suficiente para ver todo con detalle. La entrada ronda los $4 y los horarios de visita varían a lo largo del año, por lo que se recomienda consultar la página oficial del lugar.