5 olores de la cocina, la fórmula para que tu olfato regrese tras padecer COVID-19

Ante la pandemia muchos no son capaces de reconocer olores. Los médicos piden estar alertas para evitar daños colaterales y dan algunos consejos para recuperar el sentido.

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Pérdida de olfato por COVID-19 o gripe común. / Foto Por EDH-Shutterstock

Por Agencias

2020-07-11 9:20:07

La pérdida de olfato, la anosmia, es uno de los síntomas de COVID-19 que priva de los “olores de la vida”, un problema invisible pero “psicológicamente difícil de vivir” y que no tiene tratamiento particular.

“Lo que más echo de menos es el olor de mis hijos cuando los abrazo, el olor del cuerpo de mi esposa, el perfume de mi papá. La anosmia te priva de los olores de la vida, es una tortura”, expresó Jean-Michel Maillard, presidente de la asociación “Anosmie.org”.

También se acaban los placeres cotidianos como el olor del café por la mañana, de la hierba recién cortada o “el del jabón en la piel cuando uno se prepara para una cita”.

“Descubrimos el olfato cuando lo perdemos”, lamentó este cuadragenario, a quien un accidente le dejó anósmico. Sin hablar del problema de no poder oler el gas, el humo o un basurero mal lavado.

Las comidas también son un problema ya que el 90 % de lo que comemos está relacionado con el olfato, indicó Alain Corré, otorrinolaringólogo del Hospital Fundación Rothschild de París.

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“Hay decenas de causas de la anosmia”, explicó el especialista que citó las poliposis nasales, las rinitis crónicas, la diabetes, el alzhéimer, el parkinson. Y ahora, el COVID-19.

En este caso, es un síntoma que ayuda a establecer el diagnóstico.

“Cuando la gente pierde el olfato y que no se recupera, notamos una verdadera alteración de la calidad de vida y una tasa de depresión nada despreciable”, expresó Corré.

El problema es cuando este impedimento se hace crónico. “Estar privado del olfato durante un mes, no es grave. Dos meses empieza a ser incómodo. Pero al cabo de 6 meses, estás solo, bajo una campana de cristal”, aseguró Maillard. “Hay una dimensión psicológica muy difícil de soportar, y hay que buscar ayuda”, agregó.

Otra de las complicaciones que se dan es que algunas personas suelen cambiar sus hábitos alimenticios. “Algunos pueden comer muy poco y comienzan a perder peso, mientras que otros pueden comer demasiado y comienzan a aumentar de peso. Ya que la comida se vuelve menos agradable, es posible que usted comience a agregar demasiada sal para mejorar el sabor de la comida”, aseguró el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de EE. UU.

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Esperanza
No hay tratamiento específico para los problemas de olfato. Hay que tratar la causa pero “el problema de la anosmia relacionada con los virus, es que a menudo, el tratamiento de la infección viral no tiene efectos en el olfato”, precisó el doctor Corré.

“Según los primeros datos, un poco más del 80 % de los pacientes aquejados de COVID-19 lo recuperan espontáneamente en menos de un mes y a menudo antes, en 8-10 días”, puntualizó el médico.

Para otros, pareciera que las neuronas olfativas, que actúan como detectores de los olores, han sido destruidas por el virus. Pero la buena noticia es que estas neuronas, situadas en el fondo de nuestra nariz, tienen una capacidad de regeneración.

Los hospitales parisinos Rothschild y Lariboisière están realizando un estudio, el “CovidORL”, y ensayan la eficacia de los lavados de nariz con cortisona junto con la reeducación olfativa. Un tratamiento que ha demostrado su eficacia en anosmias originadas por catarros.

La reeducación olfativa permite seguir estimulando las funciones cognitivas, las vías que asocian la memoria y el olfato, detalló el otorrino.

Recomendó para ello, elegir cinco olores de la cocina —los que más te gusten— como canela, tomillo, laurel. Huélanlos dos veces al día, durante cinco a diez minutos, mirando lo que estás oliendo.

El olor de las especias y los cítricos son estimulantes recomendados para recuperar el olfato. Foto EDH / Shutterstock

Con Hirac Gurden, director de investigación de neurociencias del CNRS, la asociación “Anosmie.org” también puso a disposición en su página web un protocolo de reeducación a base de aceites esenciales diluidos, basado en trabajos del investigador Thomas Hummel.

“Desde marzo, hemos recibido centenares de llamadas, correos de personas que tenían covid y que pedían ayuda ya que habían perdido el olfato”, recordó Gurden.

El invierno pasado, Maillard terminó la reeducación con cuatro olores. “Actualmente, tengo diez: pescado, cigarrillo, aceite esencial de rosa… e incluso he encontrado un perfume que puedo oler”, expresó feliz el presidente de Anosmie.org.