“Me siento superbién porque ya estoy en el país”. Con estas emotivas palabras Marito Rivera expresa la emoción que siente al estar de regreso en El Salvador, luego de permanecer varado casi tres meses en territorio estadounidense por la emergencia por COVID-19.
El músico salvadoreño, originario de San Miguel, volvió a su país el pasado lunes 1 de junio en un vuelo procedente de Houston Texas. Luego de su arribo y tras cumplir con el protocolo sanitario obligatorio fue trasladado a un hotel capitalino donde cumplirá una cuarentena, la cual aún desconoce cuánto durará.
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Marito se encontraba en Estados Unidos desde el pasado 6 de marzo. Junto a su grupo Bravo viajó a ese país para cumplir con una serie de compromisos laborales, la cual incluía nueve presentaciones. Según el artista, debido a la declaración de la pandemia emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sus contratistas cancelaron cuatro de sus conciertos y todo el grupo se vio obligado a permanecer en esa nación de Norteamérica. Marito nunca pensó que su permanencia en aquel país se prologaría por casi tres meses.
¿Cómo comenzó esta odisea?
Fui a trabajar junto a mi grupo (compuesto por otras nueve personas) Realmente iba a cumplir nueve presentaciones. Pero cuando la OMS dijo que era pandemia, los contratistas comenzaron a cancelar; al final hicimos solo tres eventos. Estaba en Meryland, cuando nos avisaron que se suspendían las presentaciones. La siguiente semana me trasladé a Houston, Texas.
Ahí pasé todo el tiempo. ¿Por qué ahí? Porque los boletos de regreso los tenía desde ese lugar.
Una semana estuve en un hotel, la siguiente semana en casa de unos buenos amigos, luego regresé al hotel por dos semanas más, después conseguí apartamento donde estuve un mes y dos semanas.
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¿Cómo fue pasar la cuarentena lejos de El Salvador?
La verdad fue difícil, por el hecho de estar lejos de mi familia. Prácticamente me salí de todo lo que había planificado. Tenía planeado regresar al país el 24 de marzo, pero la situación se complicó cuando se cerró todo. El ingreso económico que tendría ya no se tuvo.
¿Cómo hiciste para sufragar todos los gastos generados durante tu estadía en Houston?
Con tarjetas de crédito, con un poquito de los ahorros que llevaba… ¡prácticamente todo se fue! Con lo que ganamos en los tres días (de presentación) no iba a cubrir todo los gastos que se venían encima. Tres eventos fueron muy pocos, si se hubieran hecho las nueve presentaciones habría sido distinto.
¿Qué paso con los demás miembros de la agrupación?
Mi hermano Peter se fue para Los Ángeles. Allá le tocó pasar la cuarentena. Le tocó más pesado, porque estuvo guardado más tiempo. A él se le enfermó su esposa, es por eso que fue el primero en regresar a El Salvador, pero lo hizo de un modo diferente: viajó de Estados Unido a México por avión y luego tuvo que pasar a Guatemala y El Salvador por tierra. Aquí fue puesto en cuarentena. Gracias a Dios ya está en casa.
Los demás nos quedamos allá.
Además de tu familia, ¿qué extrañabas más?
Como buen salvadoreño, la comida, el calorcito salvadoreño que siempre ha sido tan especial… Allá tuve muchos “angelitos” que se entregaron conmigo y me demostraron su amistad y aprecio.
¿Cómo fue el proceso de regreso?
El consulado se portó muy bien con nosotros. Se llenaron varios formularios y luego el consulado junto con Cancillería buscaron el momento propicio para el regreso. En ese aspecto estoy muy agradecido, sobre todo con el cónsul en Houston Rudy Chávez.
Es importante que sepan que aún no han regresado todos. Faltan cuatro muchachos. Éramos diez. Ellos estaban en el mismo proceso de mi regreso, pero por algunas dificultades de último momento con la aerolínea tuvieron que quedarse. Pero pronto regresarán; eso será así.
¿El encierro te permitió crear nueva música?
Sí hay un par de canciones que he escrito, pero no las he concretado ni grabado por falta de estudio. También hice un par de videos en vivo. Fueron pequeños conciertos virtuales que tuvieron muchas vistas. Solo éramos mi piano y yo.
¿Qué sentiste cuando llegaste a suelo salvadoreño?
Una tremenda alegría. El corazón se me puso grande, chiquito, se me encogió, se me estiró por la emoción. Yo amo a mi patria. Me puse contentísimo al saber que mi familia ahora está anímicamente mejor.
Pero también me puse triste al ver lo que actualmente está pasando en El Salvador por culpa de las lluvias. Les mando mi sentido pésame a las personas que han perdido a sus seres queridos. De alguna forma brindaremos nuestro arte para ayudar a la gente que lo necesita; esto será en su debido tiempo. Por el momento no queda más que pedirle a Dios que El Salvador ya deje de sufrir.
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Hay que ayudar en lo que podamos, con lo que nazca de nuestro corazón. A las empresas les pido de buena forma que no se olviden de ese montón de personas que están tristes o que han perdido a sus familiares; hoy es el mejor momento para dar y para entregarnos a nuestros hermanos que están mal. Todo esto se debe hacer tomando en cuenta las precauciones debidas para prevenir el contagio del COVID-19.
¿Qué harás cuando vuelvas a tu hogar?
Disfrutar a mi familia… a mis hijos y a mi esposa. Hoy voy valorar más el hecho de estar juntos, ahora le prestaré más atención a cada momento y produciré más música.
A raíz de todo esto y ante la falta de entradas económicas me he reinventado. Ahora tengo una tiendita virtual llamada Marito Rivera Store, donde estoy vendiendo CDs de cuatro de mis producciones, entre ellas la del disco más importante que ha marcado mi historia. A parte de eso, también vendo la camiseta conmemorativa de mis 50 años de vida artística. Dentro de poco venderemos la camisa tipo polo con el logo bordado. Pronto vendrán otros artículos. Estos productos se pueden adquirir a través de las fanpages “Marito Rivera y su grupo Bravo” y “Marito Rivera Store”. Si me compran mis productos me estarán ayudando en esta situación.