Abusar de filtros “rejuvenecedores” y “embellecedores” en fotos provoca daños en la salud mental, estudio lo afirma
El uso excesivo de retoques digitales en fotografías para lucir más joven o con otro aspecto puede provocar trastornos de autoestima y hasta depresión, así concluye una investigación del Boston Medical Center.
La mayoría de “teléfonos inteligentes” hoy en día están provistos de herramientas digitales que ayudan a retocar fotografías. Muchos de esos filtros o aplicaciones están destinados, especialmente, para “rejuvenecer” o “mejorar” el rostro de las personas. Gracias a ellos se puede dar una apariencia más tersa a la piel, se eliminan las arrugas y hasta se afinan las facciones.
Todos conocemos a más de algún amigo o conocido que publica en sus cuentas de redes sociales infinidad de fotografías evidentemente retocadas con ese tipo de filtros. Generalmente, estos usuarios lucen irreconocibles, ya que en la vida real tienen una apariencia totalmente diferente.
“Tengo una amiga, de 49 años, que se esmera por borrarse todas las arrugas de la cara y las líneas de expresión. Su rostro se ve totalmente liso y falso. Un día me la encontré en un restaurante y se veía distinta a las fotografías que comparte en Instagram y Facebook. ¡No la conocía!”, expresa Aurora Montes, una maestra de educación media.