Que un político cambie de opinión no es ninguna sorpresa. Sin embargo, una variación significativa de posturas llama la atención si se da en un corto periodo, especialmente si se trata de un tema polémico, acaso el más importante que aqueja a su país.
Este es el caso de Boris Johnson, el nuevo primer ministro británico que ha construido su popularidad y llegó a ser el jefe de gobierno del Reino Unido gracias a su agresiva posición sobre el tema que más preocupa a los ciudadanos británicos: cómo se hará la salida de la Unión Europea (UE), popularmente conocida como Brexit.
El 24 de julio, en su primera alocución desde su nuevo cargo, Johnson afirmó que “el 31 de octubre habrá Brexit, cueste lo que cueste”. Esta es la fecha límite que la Comisión Europea ha puesto a Reino Unido para que salga del bloque regional, con o sin un acuerdo, algo que el primer ministro ha prometido que cumplirá. “Hacer o morir”, dijo al respecto recientemente.
Ese día Johnson relevó a la ex primera ministra, Theresa May, quien no logró que el Parlamento de su país ratificara el acuerdo que alcanzó con la Unión Europea.
Ante este fracaso y la pérdida de popularidad y legitimidad, May anunció el pasado 6 de julio que renunciaría de su cargo, dando paso a una elección interna en el partido Conservador para nombrar a su sucesor (ver recuadro para más información).
Trayectoria reciente de Boris Johnson
El 21 febrero de 2016, este excéntrico político, que además fue alcalde de Londres y ministro de Exteriores, se unió a la campaña “Leave” (en pro de dejar la UE) y rápidamente se convirtió en el principal vocero de esta postura.
Ahí multiplicó su ya existente popularidad al volverse la voz que representaba el clamor de un sector del electorado británico. Esto lo perfiló como uno de los líderes más significativos del bando conservador.
Sin embargo, Johnson no siempre fue un ávido defensor del Brexit. Solo dos días antes de sumarse a la campaña por salir de la UE, el entonces alcalde de Londres envió dos artículos de opinión a un periódico local: uno a favor de Brexit y otro haciendo una cuidadosa exposición de por qué estaba en contra de esta medida.
Eventualmente, solicitó que se publicara la versión a favor de abandonar el bloque europeo y desde ahí se convirtió en una de las más agresivas voces en contra de la permanencia británica en la UE, la cual fue decidida en un referéndum el 23 de junio de 2016.
Sin embargo, es difícil divorciar al primer ministro que promete un Brexit “pase lo que pase” y se hace rodear de los más fuertes euroescépticos de aquella persona que hizo una de las exposiciones más claras de por qué salir de la UEes un error para su país.
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La exposición de argumentos pro-permanencia británica en Europa no solo rozaba las políticas públicas y los beneficios económicos del mercado común al que los miembros del bloque tienen acceso para comerciar sus bienes sin aranceles.
Johnson pidió a sus compatriotas, dos días antes de confesarse a favor del Brexit, “cerrar los ojos, mantener la respiración y pensar en Gran Bretaña y el resto de la UE. Piensen en el futuro y el deseo de sus hijos y nietos de vivir y trabajar en otros países europeos, intercambiar bienes ahí, hacer amigos y hasta encontrar a sus parejas”.
En la misiva, publicada eventualmente por el local The Sunday Times, el ahora primer ministro manifestó que conviene a su país, al continente y hasta el mundo permanecer juntos, y cuestionó el ánimo de muchos de “darle la espalda a Europa”.
Incluso mencionó que esta alianza le restaba poder a personajes deseosos de interferir en el continente, como el presidente ruso Vladimir Putin. Finalmente, advirtió que la mayoría de los partidarios de Brexit estaban en el interior de Inglaterra, lo cual podía incluso romper la unión con una Escocia deseosa de formar parte de Europa y que ya ha intentado separarse del Reino Unido, al que pertenece desde 1707.
“Está en su naturaleza”
La corresponsal del periódico The New York Times en Londres, Sarah Lyall, afirmó que Johnson siempre ha sido un político de derecha, quien ascendió en popularidad con los euroescépticos del Partido Conservador por el tono burlón en que se refería a la Unión Europea cuando se desempeñó como periodista. Sin embargo, afirma la periodista, “queda poco claro si esas eran sus convicciones reales”.
Lyall añade que al inicio “parecía que su motivación era llegar al Parlamento y construir una base hasta tener más poder (…). Es decir, él haría lo que fuera para permanecer en un cargo”.
Esta apreciación se ve confirmada por la realidad, en la que este político jugó con la simpatía y la aversión a la Unión Europea simultáneamente.
Estas posturas proeuropeas del líder de los pro Brexit no eran nuevas. En 2013, en una entrevista con la cadena Sky News, Johnson afirmó que votaría por permanecer en el mercado único y así intercambiar con “nuestros amigos y socios europeos”.
Ese mismo año, ante la Cámara de los Comunes del Parlamento, se confesó “fan de la Unión Europea, y es que si no existiera, ya estaríamos inventándonos algo así”. En esa misma alocución, abogó por expandir el bloque continental y pidió admitir a Turquía. Tres años después pidió lo contrario: impedir que este país ingresara a la UE por considerarlo una amenaza a la seguridad de los británicos.
El futuro es incierto
Si bien la principal promesa de “BoJo” —como es popularmente conocido— es ejecutar el Brexit con o sin acuerdo (ver recuadro aparte), es poco claro hacia dónde transitará su gobierno, el cual desde el inicio se ha transformado en un bastión de los líderes más conservadores del país.
Un funcionario de la oficina a cargo de negociar el acuerdo, quien habló con El Diario de Hoy bajo condición de anonimato, auguró que Johnson intentará renegociar el acuerdo de salida con la Unión Europea, pero esto resultará complicado por su apertura a una problemática frontera entre la República de Irlanda (independiente y miembro de la UE) e Irlanda del Norte, una de las cuatro naciones constitutivas del Reino Unido (ver recuadro).
Este experto en la materia explica que Johnson puede enfrentarse a un Parlamento que probablemente se opondrá a una salida sin negociación, algo que el primer ministro no ha descartado. Si esto sucede, el Parlamento podría promover un voto de no confianza y considerando lo endeble de la coalición de gobierno, se podría convocar a elecciones anticipadas. Esto, aclara, dependerá de cómo se comporten los parlamentarios conservadores de localidades que no favorecen el Brexit y quienes podrían oponerse a la agresiva agenda del nuevo líder de su partido.
Este camino no es del todo descabellado. A pocas horas de haber asumido el poder BoJo, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, anunció en un tuit que al país le conviene una elección anticipada, lo cual dependería de la aritmética legislativa.
Sin embargo, el funcionario público hizo una advertencia a este medio: su récord no permite tomar sus palabras tan en serio, intuyendo que el futuro de su país, una de las principales potencias del mundo, permanece incierto. Asimismo, auguró que en vista de lo poco popular que es BoJo en el continente, es posible que busque acercarse al presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha mostrado simpatías hacia el excéntrico líder de gobierno británico.
“Es probable que veamos una visita a Washington en su primer mes al poder”, afirmó.
¿Inconsistencia o habilidad?
Para algunos, Johnson ha dado muestras de inconsistencia llegando a apoyar, sin ningún remordimiento, visiones opuestas del mismo tema, lo que puede jugar en contra de su credibilidad.
Para otros, sin embargo, es una de sus cualidades principales: ser un sobreviviente de la política y una de las pocas personas en Westminster (sede del Parlamento) o Whitehall (sede del gobierno británico) dispuestas a hacer lo que sea para alcanzar el poder y permanecer en él.
Su humor sarcástico, su estilo aparentemente despreocupado y sus cambios de opinión resultan repugnantes para muchos, pero pueden ser las cualidades que convierten a Johnson en el político más hábil del Reino Unido en el momento que el país más lo necesita.