El gran reto de los republicanos será acercarse a latinos

Crece presión a republicanos para que legalicen indocumentados

descripción de la imagen
El electorado hispano resultó decisivo para que el presidente de Los Estados Unidos, Barack Obama fuese reelegido en los comicios del pasado 6 de noviembre de 2012. foto edh

Por

2013-01-19 7:00:00

ESTADOS UNIDOS. El Partido Republicano intentará dilucidar este año su dilema actual: ¿cómo acercarse al electorado hispano, que resultó decisivo para reelegir al presidente Barack Obama, sin abandonar su política de no conceder una alternativa para que 11 millones de inmigrantes en situación irregular se legalicen y eventualmente se vuelvan ciudadanos?

El dilema adquiere un sentido de urgencia, pues las expectativas de que el Congreso aborde este año una reforma migratoria ganan fuerza tras el anuncio de Obama de que planea enviar un proyecto de ley al Congreso poco después de que se juramente el 21 de enero para un segundo mandato de cuatro años.

La interrogante representa no solo la relevancia electoral del llamado Grand Old Party (GOP), sino un cambio ideológico de fondo si el partido cambia su posición conservadora en materia migratoria, marcada por un “no” rotundo a un camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes indocumentados, por una más centrista.

Si el Partido Republicano “quiere tener esperanzas políticas electorales, tiene que irse al centro”, indicó a The Associated Press Roberto Izurieta, director de la cátedra latinoamericana de la facultad de postgrado de Estudios Políticos en la universidad George Washington. “El Tea Party debió asimilarse al partido, y no al revés. El Tea Party secuestró al partido, y allí estuvo su derrota electoral”, dijo.

El Tea Party, la facción más conservadora del Partido Republicano, ha sido responsable de que sus candidatos desplazaran a líderes más moderados en las elecciones legislativas de 2010. Junto con otros sectores radicales, ese grupo busca una política restrictiva hacia la inmigración ilegal que ha dominado la plataforma del partido durante años, pese a que estrategas en Washington hablan de la necesidad urgente de acercarse a los hispanos y a otras minorías.

Linda Chávez, presidenta del Centro para Oportunidades Equitativas, escribió en la página web de la organización conservadora, que los republicanos “tienen en sus manos una crisis de políticas. La composición demográfica (del electorado estadounidense) no cambiará. Las políticas sí pueden cambiar”.

Cambio de dirección

Prominentes figuras del partido se han pronunciado públicamente sobre la necesidad de alejarse de políticas como la de autodeportaciones, que el candidato Mitt Romney propuso como solución y que llevaron a los ciudadanos latinos a votar por Obama pese a que incumplió su promesa de promover una reforma migratoria en su primer periodo de gobierno y a que deportó en los últimos años “y en una cantidad récord” a inmigrantes que no representaban riesgo para la seguridad nacional del país.

A comienzos de diciembre en Dallas, el expresidente George W. Bush dijo que “EE.UU. puede ser una sociedad de leyes y una sociedad acogedora al mismo tiempo”, y recordó haber advertido al Partido Republicano, cuando dejó el cargo en enero de 2009, que no se convirtiera en “antiinmigrante”.

En 2006, Bush envió al Congreso el proyecto más reciente de reforma migratoria, que fue derrotado en mayo de 2007 cuando senadores “demócratas y republicanos” creyeron que las disposiciones del programa de trabajadores temporales legalizaría a inmigrantes que viven sin autorización legal y porque el propio Bush le quitó su apoyo al proyecto “que estaba en conciliación en las cámaras legislativas” para impulsar la privatización del sistema de seguridad social.

A escasas horas de la reelección de Obama, el presidente de la cámara baja, el republicano John Boehner, expresó su disposición para abordar una reforma migratoria en el período legislativo que comienza en enero. Rehusó, sin embargo, especificar si el debate incluirá la opción de que los inmigrantes sin documentos se vuelvan estadounidenses.

Porque allí está el meollo del asunto: considerar que quienes cruzaron la frontera sin autorización o extendieron la estadía de sus visas de turismo o trabajo y se quedaron residiendo ilegalmente, puedan ser considerados ciudadanos.

Raúl Labrador, congresista por Idaho, dijo recientemente a la AP que, hasta el momento su partido no contempla brindarle ese camino a la ciudadanía, como Obama ha dicho que lo buscaría, sino más bien “una vía a la legalización, donde tienen una vía para estar aquí legalmente, para trabajar y para viajar”.

Nacido en Puerto Rico y exabogado de inmigración, Labrador cree que su partido buscará una solución en la línea del proyecto de ley “Achieve”. Presentado por los senadores republicanos Jon Kyl y Kay Bailey Hutchison, ese proyecto de ley busca ofrecer tres tipos de visa a los ‘dreamers’. Pero no les ofrece la opción de hacerse ciudadanos.

El proyecto de ley, cuyas posibilidades de que sea aprobado antes de que culmine el actual periodo legislativo a fin de mes son remotas, recibió fuertes críticas de demócratas y activistas.

Las diferencias entre ambos partidos resultan obvias no solo frente a “Achieve”, sino también en otra iniciativa republicana relacionado con las llamadas visas STEM (siglas en inglés de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).

La mayoría demócrata en el Senado bloqueó la iniciativa el 5 de diciembre alegando que ofrecería la residencia permanente a extranjeros con niveles educativos de postgrado a cambio de eliminar otro programa que beneficia a personas con un menor nivel educativo, particularmente procedentes de África.

“Este es el comienzo de lo que necesitamos hacer en los próximos dos años sobre inmigración”, indicó Labrador cuando la mayoría republicana aprobó el proyecto de ley en la cámara baja.

Deepak Bhargava, director del Centro para Cambio Comunitario, admitió a AP que la posibilidad de que algunos republicanos busquen una reforma migratoria que se limita a legalizar a los indocumentados sin brindarles la posibilidad de la naturalización es una gran preocupación para él y otros activistas, pero recordó que el senador republicano Lindsey Graham se expresó el mes pasado a favor de ofrecer la opción de la naturalización.

Búsqueda de solución

El representante republicano Mario Díaz-Balart, quien también se ha pronunciado en contra de mantener a los indocumentados como una segunda clase de personas aún después de una reforma migratoria, dijo a la AP que su partido no aborda el tema migratorio con cálculos políticos. “Rehuso tratar este tema como una cuestión política. Hay que resolver el problema. Esto no es de que si ayuda a uno y daña a otro políticamente, hay que resolver el problema”, indicó. Laura Litcher, presidenta de la asociación de abogados migratorios, expresó su escepticismo de que la reforma migratoria ocurra en 2013.