Tras más de tres semanas de invasión rusa a Ucrania, no son pocas las voces calificadas que señalan a Vladimir Putin como un criminal de guerra.
Tras horrendos bombardeos, masivas bajas civiles y una guerra que inició sin provocación y con base en mentiras y desinformación, actores como Estados Unidos, la Unión Europea y organizaciones de mucho prestigio dentro y fuera de Ucrania han llamado a Vladimir Putin un criminal de guerra por las acciones que ordena y consiente en la invasión.
Esta etiqueta no es casual, ni significa poca cosa. Un crimen de guerra es una violación grave de las normas legales que rigen los conflictos internacionales, principalmente de la Convención de Ginebra. Las principales representaciones de esto implican ataques masivos y deliberados a poblaciones civiles, mutilaciones, toma de rehenes, entre muchos otros.
Asimismo, para estos crímenes existe algo llamado la “jurisdicción universal”, es decir que un responsable de crímenes de guerra puede ser enjuiciado en cualquier parte del mundo. Como explica la Cruz Roja Internacional, “el fundamento de la jurisdicción universal es evitar la impunidad e impedir que las personas que han cometido infracciones graves puedan encontrar una tabla de salvación en un tercer Estado”.
Estos crímenes tampoco prescriben. Es decir que si un tribunal internacional califica a Vladimir Putin como criminal de guerra, este vivirá el resto de sus días aguardando la justicia por sus actos de guerra.
¿Crímenes de guerra en Ucrania?
Recientemente, en una entrevista exclusiva con El Diario de Hoy, la activista ucraniana Oleksandra Matviichuk afirmó que hay numerosos crímenes de guerra pasando en su país tras la invasión rusa.
“He estado documentando crímenes de guerra y puedo decirte que están incrementando intensamente día con día”, dijo Matviichuk, quien es presidenta del Centro para las Libertades Civiles, con sede en Kiev, y quien está colaborando en recolectar evidencia de estos actos contra la humanidad.
En concordancia con el derecho internacional, esta activista ha identificado numerosos actos que no solo reflejan crímenes de guerra sino la bajeza y brutalidad del ataque ruso.
“Recientemente, los rusos deliberadamente atacaron un hospital de maternidad en Mariúpol (sureste del país)”, dijo Matviichuk a este medio y agregó: “De ahí salieron estas fotos horribles de embarazadas y recién nacidos en medio de los escombros del hospital”.
Matviichuk también habla de bombardeos deliberados de sitios que nada tienen que ver con objetivos militares.
Las tropas rusas han atacado escuelas, jardines de niños, hospitales e incluso los corredores humanitarios donde miles de personas transitan día con día buscando escapar de la brutalidad rusa.
“Han usado armas prohibidas por la ley penal internacional”, agrega. En efecto, se ha certificado el uso de bombas de racimo, las cuales expanden su área de impacto y tienen el potencial de causar bajas masivas entre poblaciones civiles. Matviichuk también habla de bombas sin precisión, las cuales también afectan zonas que nada tienen que ver con una guerra.
La activista también afirma que los soldados rusos se disfrazan de civiles o hasta de elementos ucranianos para acercarse a las fuerzas de este último país y asesinarlas. Además, denuncia que han secuestrado ambulancias para llevar a cabo infiltración y ataques, algo violatorio del derecho internacional.
También expone que han atacado deliberadamente al personal médico que está trabajando intensamente para proveer atención médica a los miles de afectados por las bombas y los ataques rusos.
Luego, se pregunta: “Si los rusos tienen un ejército tan poderoso, ¿por qué no pelean honestamente? ¿Por qué recurren a crímenes de guerra contra civiles? La respuesta es que son débiles y recurren a estos crímenes de guerra porque la táctica es quemar la tierra con la gente”.