El presidente Nayib Bukele cerró el 2021 con el anuncio del nuevo Estadio Nacional de El Salvador que “iniciará su construcción” este 2022 con la ayuda de China, pero sin revelar a cambio de qué el gobierno de la nación asiática apoyará en la obra.
Aunque la embajada china ha manifestado que el aporte corresponde a asistencia no reembolsable, analistas cuestionan “que la donación no es desinteresada”.
En este contexto, algunos analistas traen a colación que el Proyecto de Zonas Económicas Especiales, cuyo proyecto original es del anterior gobierno, cedería a China el 14% del territorio y la soberanía de leyes, incluyendo laborales, está en suspenso y pudiera ser activado en cualquier momento.
“Esta es una colaboración otorgada directamente por el Presidente Xi y una muestra de la amistad entre los pueblos de China y El Salvador”, se limitó a explicar al respecto el mandatario en uno de sus tuits publicados el 30 de diciembre.
Según dijo en esa ocasión, el novedoso proyecto se edificará en las instalaciones de la Escuela Militar, “la cual será reubicada en una nueva zona más acorde (la actual ya tiene 30 años y cuando se construyó no estaba rodeada de centros comerciales)”, indicó en Twitter.
A finales de octubre de 2019, la entonces subsecretaria adjunta para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Julie Chung, reiteró que su país se sintió decepcionado por la forma poco transparente en la que El Salvador abrió relaciones con la República Popular China en agosto de 2018.
Chung se refirió al tema durante una visita que realizó al territorio salvadoreño, donde, además, advirtió que el vínculo con China puede resultar atractivo por el dinero que ofrecen a los países, pero previno que estos aportes traen consigo condiciones complicadas para quienes los reciben.
“Esta relación es como un dulce que luce delicioso pero que va a podrir tus dientes”, matizó en aquella ocasión la alta funcionaria de la entonces administración de Donald Trump.
Sin embargo, a inicios de diciembre de 2019, una comitiva liderada por el presidente Bukele viajó a China y firmó un convenio en el que el país asiático se comprometió a desarrollar una serie de proyectos en El Salvador, entre los que se encuentran la construcción del nuevo estadio y de la Biblioteca Nacional.
En dicho acuerdo firmado, El Salvador reconoció al gobierno chino como el único legítimo y que Taiwán forma parte inalienable del territorio.
Críticas tras anuncio
Tras su anuncio, en otro tuit Bukele se preguntó: “¿Quién es tu amigo? ¿El que te da un estadio, una biblioteca, un centro de convenciones, un muelle y una planta potabilizadora de agua; o el que te pone en listas, te sanciona y financia a tus opositores?”.
El mensaje del mandatario fue cuestionado por expertos en redes sociales que coincidieron en que esto solo aporta a agudizar la tensión con Estados Unidos, el principal socio comercial de El Salvador y con quien las relaciones diplomáticas no pasan por un buen momento.
Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, dijo a El Diario de Hoy que tanto China como el gobierno salvadoreños tienen intereses de por medio y consideró que este último pretende minimizar la necesidad de la cooperación estadounidense.
“Pese a que sea una donación no reembolsable, obviamente China no está haciendo esta donación desinteresadamente, sin duda hay un interés geopolítico o económico de por medio”, señaló Escobar.
Añadió que también “ayuda a la narrativa que mantiene el gobierno (salvadoreño) de choque y de confrontación contra el gobierno de Estados Unidos y ahora mostrándole de que tiene otro aliado y queriéndole hacer ver a la población que si EE. UU. no quiere contribuir con el país, está China”.
El economista Rafael Lemus opinó en Twitter: “Para recibir una donación de China no es necesario armar un conflicto con el verdadero amigo que es Estados Unidos. Cuando eres un pueblo pobre toda ayuda es buena. Si implica respetar nuestras leyes mejor”.
Desde las perspectivas de políticas públicas, Wilson Sandoval, experto en transparencia, expuso que la construcción de un estadio “no resuelve una demanda social”.
“Bien pudo haberse utilizado esos fondos del estadio precisamente para resolver un tema de demandas ciudadanas, hay un tema como vivienda, como mejorar la salud, hospital Rosales, por ejemplo que sigue esperando, hay un tema de agua”, declaró a este medio.
Napoleón Campos, especialista en relaciones internacionales, también se sumó a las críticas contra la postura de Bukele ante la obra que su gobierno ejecutará con el aporte chino.
“Cuando a un gobernante de turno -violador de la democracia y los derechos y las libertades fundamentales, señalado también por corrupción- no le queda otro amigo que el Partido Comunista de China (y sus promesas) es que en verdad está aislado internacionalmente. ¡Triste!”
¿Doble discurso?
En redes sociales se viralizó un video que recuerda la vez en que Bukele en uno de sus antiguos discursos se refería a la importancia de estar en buenos términos con el país del norte, pues asegura que allí residen “tres millones de salvadoreños... Nuestra economía casi que depende de Estados Unidos”.
Tras el anuncio del presidente Nayib Bukele de la construcción del Estadio Nacional de El Salvador con ayuda de China, en Twitter se viralizó un video que hace referencia a dos antiguos discursos del mandatario sobre Estados Unidos y el país asiático. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://twitter.com/FenixUlloaVP/status/1477016192128798733
Mientras, en otro segmento de la grabación, el mandatario aparece durante una presentación que realizó en la Fundación Heritage, en Washington D. C., el 13 de marzo de 2019 tras ganar las elecciones.
En su intervención en inglés, Bukele plantea una visión muy distinta a la que pregona en la actualidad sobre China, pues señala que esta “no respeta las reglas... hacen proyectos que no son viables y dejan a los países con enormes deudas que no pueden pagar y usan esto como un apalancamiento financiero”.
La embajadora de China en El Salvador, Ou Jianhong, manifestó que los aportes de su nación se dan sin esperar nada a cambio.
“Los proyectos de ayuda no reembolsable de China no implican ninguna condición política, ni consideración geopolítica, sino representan grandes oportunidades de empleo, mejora de la infraestructura, estímulo al crecimiento económico y el mayor bienestar del pueblo salvadoreño”, afirmó.