La Biblia narra que, a causa de las pecaminosas costumbres de los hombres, Dios los castigó inundando la Tierra, el Diluvio Universal del que solamente se permitió a Noé y a su familia escapar en una enorme arca donde se acogió a parejas de animales para repoblar el planeta.
También se habla de que Dios castigó a los pobladores de Sodoma y Gomorra haciendo llover fuego sobre ambos antros de vicio, horror del que únicamente Lot y su familia se salvaron bajo la condición de no ver hacia atrás, convirtiendo en sal a su curiosa mujer que no quería perderse el espectáculo de fuegos arrasando ambas ciudades, lo que en verdad debe de haber sido digno de los mejores montajes de ciencia ficción de Hollywood.
Enormes inundaciones se han dado en la Tierra, pero que se tratara de una catástrofe “universal” es otra cosa, pues no hay ni referencias escritas de otras naciones/estados de entonces y particularmente de los asirios o los hititas que poblaron el norte de Mesopotamia, ni menos que quedara registrada ni por egipcios ni chinos ni por los pueblos de América.
Regularmente algún ingenuo, o nada ingenuo explorador, se ufana de haber descubierto el ARCA y nada menos que en la cima de una montaña, usualmente el monte Arafat, lo que implicaría que las aguas de tal diluvio “universal” cubrieran toda la Tierra a esa altura, por lo que de inmediato conduce a la lógica interrogante: ¿dónde fue a parar esa enorme cantidad de agua cuando por ser el diluvio “universal” también tuvieron que cubrir los océanos...?
Fabricar una arca y como con tanta gracia lo hace el actor Ben Stiller guiado por el opúsculo “arc building for dummies” (cómo construir un arca para tontos ) exigía tal cantidad de buena madera y mano de obra que habría de inmediato despertado serias sospechas entre los pecaminosos miembros de esas comunidades, especialmente cuando parejas de panteras, de tigres, de chacales, de elefantes acudieron para ser parte de los pasajeros del enorme navío.
La lógica referencia para resolver el simpático dilema son los asirios, el gran imperio que ocupó el norte de Asia Occidental, posiblemente la Anatolia de hoy en día, cuya capital fue Nínive, la más rica y poderosa metrópolis de entonces..
Grandes desbordes de agua siempre amenazan al hombre
Los asirios legaron al mundo esplendorosos relieves que en gran parte se atesoran en el Museo Británico, registrando las cacerías de leones que llevaban a cabo príncipes y reyes y una de cuyas obras más célebres es la leona herida por flechas que la paralizan.
Pero en ningún relieve asirio ni en los textos cuneiformes que han llegado hasta nosotros, hay referencias de una catástrofe “universal”, lo que, sin embargo, no es consuelo para los pobladores de la Mesopotamia en la desembocadura del Tigris y el Éufrates...
El otro caso de una terrible inundación que dio origen a la leyenda de la Atlantis, una civilización que quedó bajo las aguas, posiblemente fue consecuencia de un deshielo de los cascos polares que rompió la natural barrera de los “pilares de Hércules” en el estrecho paso del mar donde se encuentra el peñón de Gibraltar y que por lógica anegó las tierras que hoy en día forman el Mediterráneo.
En la saga del mítico héroe sumerio Gilgamesh, cuyas hazañas han inspirado múltiples leyendas incluyendo la de Hércules, se habla de una inundación “universal”, posiblemente otra gran catástrofe causada por incontrolables inundaciones, como las que hoy en día azotan diversos países y ocurrió en el bajo Misisipí y el Elba...