El 2020 y el 2021 han sido años difíciles para la humanidad y parece que poco a poco se olvida el dolor que hemos sufrido con la pérdida de tantas personas, sean éstas lejanas o cercanas. Como tal, debe ser una Navidad diferente, en que no olvidemos el inminente peligro y amenaza a la nueva variante del #COVID_19. #OMICRON.
Pero se aprecia una población queriendo recuperar lo no vivido en la Navidad 2020 cuando que esta debería ser la Navidad del agradecimiento, la oración, el don de la vida y preguntarnos ¿cuál es el propósito de Dios para los que vivimos? Creo que debemos reflexionar, dar gracias a Dios por otro año de vida y por abrazar a los nuestros pero sobre todo a aquellas personas menos privilegiadas en todo el contexto de la palabra: ese vigilante que debe de estar desvelándose mientras nosotros disfrutamos la vida, la familia y la cena; para esas personas que no necesitamos buscarla, solo basta abrir los ojos y el corazón y están frente a nosotros, son la mayoría.
Hagamos para ellos una Navidad diferente cuando entendamos nuestra fragilidad, que somos inmensamente afortunados de poder estar con los nuestros, de saber que hemos ganado, apenas una batalla y no la guerra. ¿Cuántas personas tenían planes para esta Navidad? Millones, y no los cumplieron, todo quedó en planes y por eso debemos entender que los caminos de Dios son tan diferentes a los nuestros y que por un momento cese la pólvora, la de confrontar y la de quemar no estamos para correr riesgos innecesarios y vivir otra tragedia.
Tristemente con no entregar los fondos a las municipalidades han quedado sin dinero ni para encender y embellecer las plazas de las ciudades y parece que nuevamente viene una pésima decisión al preferir quemar pólvora con los agravantes para los pacientes que recién se recuperan del covid y para aquellos que no los ha afectado, que también se verían con serios daños por el humo de la pólvora, como son irritación de los pulmones, causar inflamación, alterar el funcionamiento inmunitario y aumentar la susceptibilidad a las infecciones respiratorias; se debe dar a conocer el riesgo de inhalar los contaminantes de la pólvora y los niveles de contaminación ambiental que respiraremos en estos días.
Atrás quedaron aquellos parques iluminados donde niños y grandes disfrutaban de las luces, de Santa Claus, de una tarde en familia; todo eso es historia y no porque se haya perdido la tradición sino porque sencillamente no hay dinero.
Una Navidad diferente nos espera y en vez de ir a ver las pocas plazas iluminadas, todos sabemos que el país atraviesa una situación económica cada vez más insostenible; no perdamos el rumbo, aprovechemos esa cena, sea sencilla o elegante y que el plato fuerte sea reflexionar sobre nuestras vidas.
Muchos han muerto en la pandemia más que en el 2020 lo trágico es que mueren de una enfermedad prevenible en la que ayer fueron ellos, mañana podemos ser nosotros y qué mejor momento que la Navidad. Agradezcamos por lo recibido y también por lo no recibido. Una Navidad diferente, esa es la realidad y no esperemos nada de nadie, al contrario, mejor oportunidad para nuestro crecimiento personal los que podemos ayudar con un juguete a un niño que no tendrá uno es una oportunidad de dar una sonrisa; pedir a Dios que no más Yuri, la adolescente de La Unión a quien le quitaron la vida, ni más Daniel, el niño de 10 años asesinado en Colón, departamento de La Libertad. Tenemos la capacidad de siquiera preguntarnos que nos sucede como sociedad que nuestro nivel de indolencia es voltear la mirada a otro lado por tantas causas que suceden en este país y todos sabemos que no se tiene la solvencia económica para paliar tantas necesidades que una familia tiene.
Ojalá que el Niño Dios no se olvide de entregar el seguro para todo el personal de salud que murió dando su vida por su hermano, que se incorpore al personal contratado para la pandemia al sistema de salud y no los despidan este 31 de diciembre, pues ante el inminente descuido de las medidas preventivas nos regresarán tiempos difíciles en torno a la pandemia. Nadie puede cantar victoria, solo nos queda esperar tener y no perder el verdadero significado de la Navidad.
Médico.