Si el 2020 golpeó a los salvadoreños con una pandemia, el 2021 azotó con el encarecimiento de la vida, debido al alza de precios en productos, materias primas y servicios, no solo en el país sino en todo el mundo.
El cierre económico cobró una elevada factura en el año que recién termina, pues ha dejado a miles de personas en un nivel de pobreza que no se tenía en más de una década en el país, ya que según expertos se ha retrocedido 13 años con tasas del 40% de pobreza y 12% de pobreza extrema.
En 12 meses, los salvadoreños experimentaron cómo el dinero se les iba como agua entre los dedos, pues comprar alimentos de la canasta básica, pagar la vivienda y costear el transporte para movilizarse al trabajo o al hogar se multplicó por seis veces o más su valor.
Todo subió de precio, desde la energía eléctrica, el gas y los combustibles hasta el agua embotellada.
Ese aumento de costos fue palpable en el bolsillo de los salvadoreños cada vez que iban al super, al mercado o a comprar en las tiendas de barrios y colonias, pues debían priorizar cada gasto en el hogar.
Eso se debe a que El Salvador acumuló un nivel de inflación incluso más alta que los vecinos de Centroamérica en 2021. A noviembre pasado, el país reflejó un alza de precios del 6 %, cuando en enero había sido del 0.27 %.
Crisis de suministros seguirá
Sin embargo, las alzas de precios en el país fueron en gran medida un efecto cascada de lo sucedido a nivel internacional.
El mayor golpe a las economías del mundo en 2021 se debió a la crisis en la cadena de suministros, la cual no solo continuaría este 2022, sino que podría extenderse hasta 2023, según han pronosticado gremiales de transporte.
Pero ¿qué provocó la crisis?
Paradógicamente, la apertura de las economías fue para muchos un motivo de emoción, pues se reactivaron empleos y eso empujó la recuperación, pero también generó un cuello de botella en la demanda de productos y servicios.
Todos los países en el mundo, tras meses de cierres, comenzaron a comprar para abastecer sus mercados, pero llegó un momento que tanta demanda atascó contenedores con mercaderías en diversos países, sobre todo en Asia y en Estados Unidos.
Ese atasco se conoció como la crisis de los contenedores, la cual desencadenó otro lío en la cadena de suministros: el desabastecimiento de productos.
Es ese problema el que, a su vez, provocó el encarecimiento de lo que se consume a nivel global.
En el caso de El Salvador, tanto la Cámara de Comercio como la Asociación Salvadoreña de Agencias de Carga han señalado que la crisis ha provocado un desabastecimiento de productos que vienen desde Asia y alzas de más del 500% en el transporte de mercadería.