Jordan y Jennifer Turpin, dos de los 13 hermanos que fueron rescatados de "la casa del horror" en California donde sus padres abusaron de ellos y les mantuvieron atados con cadenas han revelado, por primera vez, estremecedores detalles de lo que vivieron junto a David y Louise Turpin, sentenciados a 25 años de prisión en abril de 2019.
Las dos jóvenes, ahora de 21 y 33 años, hablaron en exclusiva para el programa 20/20 de la cadena ABC donde también relatan la pesadilla a la que ahora, a varios años de su rescate, siguen viviendo.
En la entrevista que fue publicada el 19 de noviembre se evidencia como las fallas del sistema han llevado a algunos de los 13 hermanos a vivir en condiciones poco alentadoras. Algunos de ellos han recibido abuso por parte de sus padres adoptivos, mientras otros se ven en la necesidad de visitar iglesias para pedir un poco de comida.
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Tras ser rescatados de la casa de sus padres en 2018, luego de que Jordan, entonces de 17 años, logró escapar y llamar a la Policía para pedir ayuda, los 7 niños menores fueron dados en adopción a familias temporales, los 6 mayores fueron puestos en barrios conflictivos, con altos indices de delincuencia. La corte les asignó a una persona para que les ayudara en la inserción social pues nunca estuvieron en contacto con el mundo exterior, pero esa ayuda nunca llegó de la manera que tenía que ser.
"Cuando pedía ayuda, esa persona me decía: búscalo en Google…", contó Joshua Turpin, quien tiene ahora 29 años y ha querido mantener su imagen fuera de cámara.
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Uno de los niños más pequeños ha sido víctima de abuso por parte de su padre adoptivo, a otra de las niñas su padre adoptivo le dijo que no le extrañaba que sus padres los amarraran con cadenas.
Según la investigación de la ABC, los mayores siguen teniendo problemas para encontrar donde vivir y poder subsistir pese a haber logrado recaudar $600,000 en donaciones cuando su historia salió a la luz, una suma de dinero que pudo garantizarles el acceso a educación, vivienda y trabajo, pero que, por el contrario, ha tenido un final dudoso.
“Realmente no tengo forma de conseguir comida en estos momentos”, dice Jordan en la entrevista.
"La gente merece saber qué hizo el gobierno al respecto y que no hizo, y cómo el sistema falló a estas víctimas", dijo por su parte Mike Hestrin, fiscal del distrito del condado de Riverside. Y lamentó: "Se me hace impensable que después de ser testigo del caso de abuso infantil más grande que hayamos visto, quizá el peor de la historia de California, que no fuéramos capaces de darles lo básico, de cubrir sus necesidades básicas".

Abusos y tortura por años
Los 13 hermanos estaban desnutridos y se mantenían cautivos en condiciones de inmundicia generada por sus propios padres en su hogar del sur de California, allí vivieron una existencia estricta, sin vida social y sin contacto con la familia extendida, según relataron dos de sus tías a medios de comunicación en enero de 2018 cuando el caso salió a la luz.
“No se les permitía ver televisión. No se les permitía tener amigos, las cosas normales que hacen los niños”, declaró en ese entonces Teresa Robinette, al programa “Today” de la cadena NBC.
La Policía descubrió lo que estaba ocurriendo gracias a que una de las víctimas, una joven de 17 años “que parecía de 10” consiguió escapar de la residencia familiar en la ciudad de Perris, en el condado de Riverside, y llamó a los agentes desde un teléfono que encontró en la casa, explicó la Oficina del Alguacil del Condado de Riverside.
Los agentes contactaron a los padres, quienes “fueron incapaces de dar una razón lógica al hecho de que sus hijos estuvieran retenidos de esa manera”.
En la casa, los agentes se sorprendieron al ver que muchos de las víctimas aparentaban bastante menos edad de la que realmente tenían en aquel momento, lo que fue provocado debido a las pésimas condiciones en las que los tenían sus padres.