Alianza consiguió obrar una nueva noche mágica en el Cuscatlán, horas después de confirmarse matemáticamente como primer cabeza de serie de la postemporada, y cerró un trámite redondo para un puñado de aficionados que le acompañaron anoche ante Santa Tecla, al que humilló por 5-0.
Victoria inapelable y muy pocos atenuantes para los albos, pues aunque se enfrentó a un equipo urgido de puntos este no mostró la entidad de otras temporadas. Poco a poco, el técnico Milton Meléndez recupera en número y forma a sus mejores hombres, mientras actuaciones como las de hoy le permiten despejar dudas y alimentar la moral de sus dirigidos de cara a partidos mucho más duros y competitivos que se avecinan.
El Alianza-Santa Tecla ya no es un choque de constelaciones, ni siquiera por parte de unos albos mermados hasta el fondo de su banquillo. Se enfrentaron dos dibujos en 4-4-2 en el que los periquitos fueron más flexibles tácticamente, permitiendo que Olivera y Ortega se rotaran en posiciones de ataque, presionando la salida de los paquidermos.
El partido arrancó muy entretenido, gracias a que Alianza salió decidido a asegurar temprano la victoria. Luego de un aviso de Harold Osorio, un par de llegadas tímidas de Duvier Riascos y Zelaya, el trabajo se le multiplicó al tecleño Wilberth Hernández bajo el arco, con una seguidilla de córners que le exprimieron sus mejores cualidades. Así pudo sacar como gato un remate tibio del goleador colombiano y otro mucho mejor elaborado por Henry Romero, ambas al minuto 22.
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Santa Tecla era una coladera por el centro y la derecha, pero por izquierda estaba mucho mejor con Cornejo improvisado como lateral y Rodríguez como volante con fibra defensiva. Por ahí entraron en la cocina de Alianza al 25’ cuando fabricaron una contra que llegó hasta Roberto González, aunque Cuéllar se la logró tapar desde el suelo.
Los albos se cansaron de perdonar al 38’ cuando Zelaya dejó solo frente al portero a Arboleda y este mandó a volar la pelota cuando quiso ejecutar un globito. Cuatro minutos después, Riascos rompió el cero en una gran definición a ras de piso que fue posible gracias a un trazo largo desde la derecha de Marroquín, a la espalda de los defensas y que el cafetero trasformó con facilidad en su gol 14 de la temporada.
Sin embargo, vivió dos sustos en el entretiempo. Primero, una gresca entre los centrales Mena y Romero, que discutieron con mucha calentura y amagaron a elevar la bronca de no ser porque sus compañeros les detuvieron en la boca del túnel de vestuarios. Por otra parte, el propio Riascos se quedó en el banquillo con una bolsa de hielo en su pierna y fue retirado por precaución, en lugar de Mercado.
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La reaparición del ‘23’ albo dinamitó el ataque, aunque fueron las bandas las que terminaron de explotar las debilidades de este Santa Tecla tan limitado. Generó muchos espacios y, al 57’, Zelaya apareció para cerrar una llegada desde la izquierda, elevándose y rematando de cabeza ante la mirada de Wilbert Hernández. El primer aviso de la goleada.
Cuatro más tarde, en un córner que le llevó el balón a media altura, el ‘22’ desvió a gol sobre el primer palo y amplió su cuenta, para luego cerrarla segundos más tarde con una preciosa definición de tacón, girándose en el aire y neutralizando el achique de Hernández. Así, llega a 10 goles en este torneo, cuatro menos que el aspirante a “pichichi” Riascos, su compañero.
Para sellar, Óscar Cerén se reencontró con el gol por primera vez tras su vuelta al país, al 73’, cuando prendió de volea con la zurda un remate que le llegó, una vez más, desde la izquierda. La cereza al pastel llegó al 80’, con el debut en Primera División del portero juvenil Sergio Sibrián.
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