Por todos los comercios del Gran San Salvador y de las demás zonas comerciales del país se respira ya un aire navideño, un ambiente de luces, arbolitos y adornos que simbolizan la Natividad (o Nacimiento del Niño Jesús). Es un espíritu navideño que palpita en el corazón de cada salvadoreño.
Los escaparates se ven llenos de juguetes, de los más sencillos a los más ingeniosos. Los almacenes exhiben mercadería de toda clase desde ropa hasta cosméticos.
Ya es Navidad en las calles de la gran ciudad. Y los niños ven, con sus ojos alegres, a través de las vitrinas, el juguete que le han pedido al Niño Dios o al propio Santa Claus, para que se los lleve el propio 24 de diciembre a las doce de la noche.
Ya es Navidad en todos los centros comerciales. Es alegría, y en los espíritus hay optimismo. Algunos clientes comienzan a hacer sus compras con anticipación, o hasta que reciben su aguilando (o aguinaldo). Tiendas y almacenes exhiben los aparatos más modernos, conforme a la tecnología digital: celulares inteligentes, tabletas increíbles, pantallas en las que se ven, por cable, bellísimos paisajes multicolores, de flores, fauna marina excepcional y aves canoras de diversas especies, lindísimas.
Y los medios despliegan atractivos anuncios de Navidad, desde canastas hasta arbolitos navideños y toda clase de juguetes.
El espíritu navideño, pues, se estremece de entusiasmo y alegría. Como que nos sentimos más hermanos en la época navideña. Y así debe ser, porque el Niño Jesús vino al mundo a enseñarnos paz, amor y hermandad.
En algunos hogares ya hay árboles navideños adornados con lucecitas, guirnaldas y esferas de todo color, anunciando la Natividad. En otras casas, principalmente, en los pueblos, hay ya nacimientos atractivos con figuritas de barro, como corderitos, pastores y vendedoras, sobre grueso papel ‘kraf’, en el que se han pegado pedacitos de papel de china de diversos colores que asemejan montañas, laderas y otros accidentes geográficos; también hay pequeños espejos que asemejan lagos. Y lo principal del nacimiento son las figuras de la mula y el buey frente al pesebre, en espera de que nazca el Niño Dios. ¡Todo un esplendor navideño!
Como un estímulo navideño a todos los lectores de este gran Diario, permítaseme un saludo en este acróstico de mi inspiración:
¡FELIZ NAVIDAD!
Fe, amor y hermandad para todos nosotros,
Ejemplo de solidaridad debemos ser,
La bondad y el altruismo practiquemos,
Iluminemos el espíritu con luces celestiales,
Zunzunes* vuelen sobre nuestro jardín.
Níveas perlas formen un collar para nosotros,
Amigos, todos debemos ser buenos amigos,
Vivamos en paz entre los unos y los otros,
Ideas positivas siempre forjémonos en la mente,
Dios, la Virgen y el Niño nos amparen,
Animémonos siempre a salir adelante,
Dirijamos la mirada hacia el Cielo, en oración.
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*Zunzunes son especies de colibríes que habitan en la isla de Cuba.
Maestro, psicólogo, gramático.