Al menos 14 personas, entre niños y adolescentes junto a sus padres, participaron en la elaboración de piscuchas como parte del festival de juegos tradicionales organizado por el comité de apoyo y la Casa de la Cultura de la ciudad de La Unión.
De acuerdo con los organizadores, con el uso de la tecnología y el mucho tiempo que los niños y los adolescentes le están dedicando, muchos de ellos no sabían lo que era una piscucha, y de otros juegos que por décadas se acostumbró en la población.
El sábado a las 2:00 p.m. de la tarde los participantes junto al instructor trabajaron en cada uno hacer una piscucha de plástico y varillas de bambú con pegamento, dejándolas listas para elevarlas este lunes 25 a las 4:30 p.m. de la tarde a orillas de la bahía.

Joven salvadoreño debuta en la literatura con su libro “Suchitoto, historia y cultura de mi pueblo”
Álvaro Ramos, director de la Casa de la Cultura de La Unión, dijo que el festival es parte del plan de trabajo en coordinación con el comité, con el objetivo de conservar esos juegos tradicionales que por años han perdido su valor por mucha influencia de la tecnología en los niños y jóvenes.
Según Ramos, en el 2018 se celebró un festival donde se tuvo mucha asistencia de personas en la elaboración de las piscuchas, “una niña me preguntaba que era una piscucha, y la idea es eso que nuestros niños no desconozcan nuestros juegos que por décadas se disfrutaba en familias”, agregó.
Bessy Asencio, coordinadora del comité de apoyo, detalló que es lamentable que muchos jóvenes desconocen de estos juegos tradicionales, “el modernismo ha venido a quitarnos las costumbres tradicionales, por eso pretendemos como Casa de la Cultura no permitir que se mueran esas tradiciones de sana diversión que se daban durante los vientos de octubres”.

Jóvenes artistas invitan al XX Encuentro Nacional de Teatro Universitario
Napoleón Soriano, de 60 años, el instructor que se encargó de enseñarles a los asistentes cómo se hace una piscucha usando plástico, varillas de bambú y de palma de coco, dice que hay bastante diseños como el papalote, el cometa, el barrilete, las gemelas.
“Aprendí cuando era pequeño hacerlas y también a venderlas, antes eran de papel diario y papel de china, era una gran emoción correr para elevarlas y hacer competencia entre los amigos para ver quien lograba la más altura y después se dejaba ir”, agregó Soriano.
Para noviembre tienen programado otras actividades como los juegos del trompo, yoyo, y peregrina a celebrarse en el caserío Chiquirín, cantón Agua Escondida.
Le podría interesar:
Palacio renacentista en Santa Ana se transformó en un castillo de cuento de hadas