Tras 24 años de estar inactivo, el hotel de montaña que nunca vio las fumarolas del volcán de Izalco reabrió sus puertas, el pasado martes. Es administrado por Casa 1800, una empresa turística privada, que será la encargada de ofrecer a los turistas servicio de restaurante y alojamiento durante los próximos cinco años.
El histórico hotel está ubicado a 1,950 metros sobre el nivel del mar y a menos de 30 metros del majestuoso cráter del volcán de Izalco. Fue inaugurado, por primera vez , el 19 de noviembre de 1958 por el presidente Coronel José María Lemus y fue cerrado en 1997, año en que la administración declaró pérdidas en sus operaciones.
En aquel entonces, el costo de la construcción fue de aproximadamente un millón y medio de colones. Diseñado por el arquitecto Francisco Morales, bajo la dirección del ingeniero René Suárez.
De acuerdo con archivos de El Diario de Hoy, la belleza arquitectónica abrió sus puertas cuando el volcán de Izalco se mantenía activo y era denominado el "Faro del Pacífico". Según detalló Suarez, la inauguración dejó una gran anécdota: el atractivo principal que tendría el hotel era una vista espectacular hacia las fumarolas del volcán de Izalco; sin embargo, dos semanas antes de la apertura el volcán dejó de emitir las erupciones de fuego y ceniza.

Toda la construcción del hotel estaba decorada con piedra rosa y el piso de concreto matizado artísticamente con troncos transversales. Además, contaba con una inigualable vista al volcán de Izalco, a través de gigantescos ventanales de vidrio de una sola pieza.
Las 25 habitaciones con las que operaba, reunían el confort y la intimidad de un hogar acondicionado con la quietud y el contacto con la niebla que se asomaba indiscretamente por los ventanales.

De esta manera, la edificación que prometía ser una de las más sobresalientes para el turismo internacional, gracias a la conjugación armónicamente del esplendor del paisaje, la mística de una naturaleza caprichosa y el sentido estético de la arquitectura modernista y atractiva; tuvo que cerrar sus puertas y quedó en el abandono.
Posteriormente, con los terremotos de 2001, la infraestructura sufrió daños severos y fue declarado en bandera roja; es decir, inhabitable.
Luego de la reciente inauguración, como en el pasado, se espera que esta la joya turística sea uno de los principales destinos a escala nacional e internacional. A pesar de que las fumarolas ya no están presentes, el mágico paisaje, clima agradable y excelente servicio, están garantizados.

Te compartimos algunas imágenes de antaño, que recuerdan cómo era el hotel:




