OPINIÓN: "Anhelando caudillos"

Muchos aficionados esperan a ese jugador definitivo quien se eche a los hombros a la Selecta mientras olvidan qué significa un proceso

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Ramón Fagoaga marca a Hugo Sánchez en un partido de la Selección.

Por Robbie Ruud

2021-10-02 3:37:37

En El Salvador no solo se han estado anhelando caudillos, líderes (reales) en la política, también en la Selección Nacional de Fútbol. Una persona quien sea capaz de establecer en cancha la necesaria dirección para conducir a la Selecta a buen puerto.

Esa necesidad de tener un "héroe", llamado en la política también libertador, referente, maestro y bla, bla, bla, es un clamor de muchos fanáticos de la Azul y Blanco. Hay pedidos de todo tipo. Algunos quieren al típico bravucón que imponga respeto.

Otros quieren a uno que se vaya a todo el tiempo a pelear con el árbitro en cada falta. Algunos prefieren gente con nombre y apellido como Ramón Fagoaga o el "Papo" Castro Borja. Verdaderos "caciques" quienes tenían una capacidad de mando muy natural en la Selección.

Pero los tiempos cambian. Antes se hablaba de honor, de ganarme el plato de comida para la familia, de dignidad... hoy en día nadie se manifiesta con esas palabras, usualmente. El coraje, la hidalguía y la sed de llevarse por delante a quien se ponga en frente están extintos bajo esas formas lingüísticas.

En la actualidad nuestros futbolistas de la Selecta están lejos de los mencionados arquetipos de liderazgo, ciertamente. Hoy hay otros carácteres, vivencias y formas de ejercer y ver el fútbol.

¿Es necesario tener un caudillo para ser una selección ganadora? Muchos ex-futbolistas coincidirán con la idea y matizarán, pero con los actuales habría que preguntarles si piensan también lo mismo porque no está tan clara su probable respuesta.

En lo personal me parece que sí, pero un líder se forja naturalmente; sin imposiciones ni exigencias artificiales. Sin embargo, pese a todo lo dicho no necesariamente hay que "casarse" con un tipo de líder, los hay de todas formas.

Carlos Castro Borja fue volante de la selección salvadoreña en los 90's.

Si bien tener uno no garantizará el éxito al cien por ciento, carecer de uno siempre nos acercará al fracaso en equipo.

A varios aficionados les fascina decir una y otra vez "¡este jugador es el que necesita a la Selecta!", "con este chamaco llegaremos lejos", "este es el que la Selección necesita para avivar".

Dejar la responsabilidad del "éxito" en una Selección solo a una sola persona es absurdo e insano. Se les impone así una carga demasiado pesada.

Los liderazgos se forjan en las más duras situaciones, como los grandes capitanes marítimos no se hicieron maestros en aguas tranquilas. Me pregunto cuántos jugadores de la Selecta actualmente se toman el tiempo para dialogar y pedir consejos a ex-seleccionados ¡y ni se diga a los mundialistas!

Hay un problema generacional y no es la intención señalar con el dedo a "este" o a "aquel" jugador de la Selecta, pero cada vez es más común que los nuevos talentos no tienen memoria, cultura general y ostentan en el peor de los casos enormes faltas de empatía o sensibilidad con lo más veteranos.

Muchos futbolistas jóvenes creen que por tener acceso a Internet ya saben más que cualquiera. Por eso nace muchas veces un desprecio infame por conocer la experiencia de los mayores, esos quienes forjaron su carácter en otras condiciones. Muchos jóvenes creen que estas vivencias no les pueden ser útiles por haberse gestado en otros entornos tecnológicos, por ejemplo...

Esperemos que en este proceso con Hugo Pérez los seleccionados se interesen por saber cómo los antiguos jugadores y líderes de la Selecta se repusieron a las adversidades.

Concluyendo. ¿Se necesita un caudillo para la Selecta? ¡no! ¡varios! "una golondrina no hace verano", reza el dicho. ¿Urgen líderes para la Selecta? por supuesto que sí. ¿Somos capaces de señalar quiénes son y quiénes no lo son? para nada, desconocemos lo que se vive dentro del vestuario. ¿Podemos fabricar nuestras propias ideas de quién debe ser líder en la Azul? tampoco, los liderazgos aparecen, nada resulta bien a la fuerza. ¿Es necesario apoyar siempre a la Azul? Indudablemente.