El primer lenguaje que se ha usado desde siempre para comunicarse es el de la indumentaria. Antes de hablar, con tan solo su aspecto cualquier persona esta? comunicando su sexo, su edad y su clase social asi? como, muy posiblemente, su profesio?n, su personalidad, sus opiniones, sus gustos, sus deseos sexuales y su estado emocional de aquel preciso momento. Puede que no se pueda expresar con palabras lo que se esta? viendo, pero si? se registra inconscientemente toda la información recibida, asi? lo plantea la escritora Alison Lurie en su libro “El lenguaje de la moda”. Una interpretación de las formas de vestir.
Este vocabulario de la indumentaria no solo esta? formado por prendas de vestir, sino tambie?n por peinados, complementos, joyas, maquillaje y adornos corporales.
La semio?tica tambie?n ha prestado atencio?n a la moda, sintiendo la necesidad de comprender su significado y sus procesos. Aunque los estudios semio?ticos sean recientes, la dimensio?n comunicativa de la moda siempre se ha reconocido. El paso de la semio?tica a la construccio?n del texto es inmediato. La oracio?n es creada por todo aquello que mostramos al otro.
Lurie cita a Umberto Eco reafirmando que: quien haya metido mano a los problemas actuales de la semiologi?a, ya no puede hacerse el nudo de la corbata por la man?ana delante de un espejo sin tener la sensacio?n de realizar una aute?ntica eleccio?n ideolo?gica o, al menos, de ofrecer un mensaje, una carta abierta a los transeu?ntes y a todos aquellos con los que se encontrara? durante la jornada.
Cuando elegimos o compramos ropa nos estamos definiendo y describiendo a nosotros mismos. Por supuesto, hay que tener en cuenta factores como la comodidad, la resistencia, la disponibilidad y el precio, especialmente en el caso de personas con el guardarropa limitado. Tambie?n hay prendas tabu? para ciertas personas —como un vestido de mujer para un hombre— que no se pondri?an bajo ninguna circunstancia.
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“Es imposible no mirarse al espejo a la hora de vestirse o desvestirse. El espejo es nuestro co?mplice. Queremos recibir la confirmacio?n de la propia capacidad de atraer e impresionar a los dema?s. En realidad, la belleza nunca es plenamente satisfactoria: es esencialmente fra?gil, precaria”, afirma Nicola Squicciarino en su libro “El vestido habla: consideraciones psicosociolo?gicas sobre la indumentaria”.
Los autores citados anteriormente concuerdan en que la vestimenta es un lenguaje, un elemento de comunicacio?n respecto a la identidad social de quien la lleva. Algo que sirve, por un lado, para diferenciarle y, por otro, para integrarle en una colectividad. La vestimenta funciona como una oracio?n sobre el cuerpo. Existen co?digos sociales que han marcado el significado de las piezas de ropa, no solo por su orden en el conjunto, sino tambie?n por el momento del di?a en que se llevan, por el lugar o por la ocasio?n; algo que puede cambiar totalmente su mensaje final.
La ropa aporta significados que, en diferentes momentos histo?ricos, han tenido distintas funciones. Hemos visto co?mo la arqueologi?a nos muestra que el hombre adorna su cuerpo para comunicar. Define su rol dentro del grupo con los elementos que dispone y explican sus retos.