Bukele sigue con su retórica de que nadie puede negar los avances de su Plan Control Territorial, pero a estas alturas ni se conoce el plan y sus indicadores de éxito o fracaso; no hay metas establecidas de manera pública, se esconden las estadísticas de violencia, desaparecidos y asesinados, y la efectividad de la Policía Nacional Civil es baja con relación a los recursos y equipos que se le han dado.
Bukele señaló la noche del miércoles que “el mes pasado fue el más seguro desde los gobiernos anteriores, pero vale la pena la opinión de las personas que se quejan de que en sus colonias, barrios y comunidades, el poder de la pandilla no ha bajado, al contrario se ha incrementado y actúan con más impunidad; las personas resienten el acoso y extorsión de estos grupos terroristas en sus comunidades.
A diario vemos el drama de las familias buscando a sus parientes o amigos desaparecidos, si el presidente tuviera razón de que ha sido el mes más seguro de los gobiernos anteriores, no debería de existir el grito de auxilio en las redes sociales de personas que buscan a sus parientes, no existirían los paros de buses por no pagar la extorsión, los salvadoreños no seguirían marchando del país por el acoso de las pandillas.
No se puede llamar “mes más seguro” si los ciudadanos hasta temor tienen del proceder de los agentes de la Policía Nacional Civil, y para muestra están las reiteradas ocasiones en que se ha visto en redes sociales abusos policiales. La PNC se sigue desnaturalizando de manera galopante, acoso, agresiones a periodistas y ciudadanos, detenciones arbitrarias, una de ellas ha sido la captura de Mario Gómez, un experto informático que estaba dejando al desnudo el reciente proyecto insignia de Bukele: Chivo Wallet. El profesional fue detenido por la PNC sin una orden administrativa de la FGR, por lo que luego fue liberado.
Bukele añade: “Hay problemas, sí, pero ya no están esas tazas de homicidio”, claro han bajado, los índices han disminuido, los homicidios por cada 100,000 habitantes es menor, pero todo apunta que es por el acuerdo con las tres pandillas, por los “regalos”, por las concesiones, por los proyectos (Cubos) en comunidades de esos grupos, beneficios en los penales que se les ha dado a las tres pandillas, la lista es larga de enumerar.
Muchos salvadoreños esperaban que el discurso de Bukele por el Bicentenario fuera para solidarizase con los parientes de las más de 47 víctimas de casa del expolicía que fueron asesinadas en Chalchuapa, pero esos salvadoreños no existen, ni hay acciones del Gobierno para resarcir el daño a esas familias. En la marcha del miércoles, muchas personas en sus rótulos le recordaron al presidente las víctimas de Chalchuapa.
Bukele sigue en deuda con la seguridad de los salvadoreños, sigue en deuda con las familias que buscan a parientes u amigos desaparecidos, sigue en deuda con las víctimas de las extorsiones, sigue en deuda con los salvadoreños que han abandonado sus casas por las pandillas, sigue en deuda con todos.
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Bukele sigue en deuda
Bukele dijo en su discurso del Bicentenario: “Hay problemas, sí, pero ya no están esas tazas de homicidios”. Si bien han bajado los homicidios por cada 100,000 habitantes, recientes investigaciones periodísticas basadas en documentos oficiales e imágenes fotográficas apuntan a que es como resultado del acuerdo entre el gobierno actual y las tres pandillas.
Aunque el gobierno ha negado haber negociado con pandilleros la baja de homicidios, fotografías en las que se ve al director de Centros Penales ingresando junto a presuntos cabecillas de pandillas cubiertos de cabeza a pies en las cárceles, dicen lo contrario.
El discurso de Bukele por el Bicentenario bien pudo ser aprovechado para solidarizarse con los familiares de los centenares de desaparecidos, por ejemplo los de las más de 47 víctimas, cuyos cadáveres fueron hallados enterrados en la casa del expolicía, tras ser asesinados en Chalchuapa, pero esos salvadoreños no existen, ni se ha dado a conocer acciones del Gobierno para resarcir a esas familias.
Precisamente en la marcha del miércoles, muchos le recordaron al presidente, a través de rótulos, a las víctimas de Chalchuapa.
Bukele sigue en deuda con la seguridad de los salvadoreños, con las familias que buscan a sus desaparecidos, con las víctimas de las extorsiones, con los que huyen por las pandillas, sigue en deuda con todos.