Nos encontramos a menos de un mes para que la criptomoneda Bitcoin entre en curso legal acá en El Salvador. Alrededor de esta polémica Ley Bitcoin ha existido bastante incertidumbre, críticas y hasta temor, un temor basado en la incertidumbre que abre paso a interrogantes válidas: ¿me depositarán mi salario en dólares o Bitcoin?, ¿me darán mi pensión en dólares o Bitcoin?, ¿pagaré el alquiler o cuota de mi casa en dólares o Bitcoin?, o algo tan fundamental… ¿Cómo se usa el Bitcoin?
Hay muchos expertos financieros que comparan el Bitcoin con los Tulipanes, que de estos últimos derivó la primera gran burbuja financiera en la historia del mundo. En la primera mitad del siglo XVII, en los Países Bajos tomó lugar la que se conoció después como la “crisis de los tulipanes” o también popularmente denominada como tulipomanía. El historiador Mike Dash, en su libro de 1999, “Tulipomanía: La historia de la flor más codiciada del mundo y las pasiones extraordinarias que despertó”, explica cómo en los años 1620 y 1630, el bulbo del Tulipán llegó a valer lo mismo que una casa en Holanda; un solo bulbo de una gran variedad llamada Semper Augustus llegó a valer 10 mil florines. Fue una fiebre llena de enormes especulaciones hasta que la burbuja colapsó.
El uso del Bitcoin no es masivo ni mucho menos popular. Aunque puedan existir unas cuantas personas emprendedoras, profesionales de la tecnología o las finanzas que hayan tenido algún tipo de experiencia exitosa con el Bitcoin, esas personas son minoría, porque actualmente la criptodivisa del Bitcoin o alguna otra criptomoneda, son más usadas por especuladores, traficantes de armas, droga, personas y también por pueblos oprimidos. Hasta esta fecha, en la que esta columna ha sido publicada en este periódico, esa es la realidad. El Bitcoin podría ser el Tulipán de este siglo y si una burbuja de este tipo colapsara sobre nosotros, los daños serían catastróficos.
Por otro lado, es importante señalar que las criptomonedas no son malas, de hecho considero que hay mucho valor detrás de la tecnología Blockchain y que también parecen ser muy prometedoras las criptomonedas de tercera generación, como el Cárdano. El problema somos nosotros, porque en un país como El Salvador, altamente empobrecido, con altos niveles de corrupción y poco desarrollado en sus índices de educación y tecnología, es a todas luces contraproducente que el Bitcoin sea de uso obligatorio. Y que una política monetaria como esta, que impactará en todos los aspectos económicos de nuestro país, esté sustentada en una ley con apenas 16 escuetos artículos más lo que digan y piensen los hermanos del presidente Bukele, en definitiva es algo en lo que no se puede confiar ciegamente.
Ya sea que el Bitcoin sea el nuevo Tulipán de este siglo y que haga reventar una gran burbuja financiera o no, es innegable que estamos frente a una moneda altamente volátil y especulativa. Siendo este el escenario, no puedo predecir el futuro de esta criptodivisa u otra, y cualquiera que lo haga con algún dudoso tono de precisión, está mintiendo o es atrevido por ignorancia. Lo cierto es que el futuro de El Salvador no pinta nada bien, de eso hay pruebas, y si a ello se le sumamos estos tulipanes digitales que nos obligarán a aceptar, debemos prepararnos para el peor de los escenarios.
Comunicólogo y político