El 10 de julio pasado un hombre desconocido le escribió a Marisol haciéndose pasar por Neftalí. El mensaje fue una gran sorpresa para ella, provocándole miedo e incertidumbre, debido a que le llegaba desde el perfil de su pariente José Neftalí Castro Melgar, un obrero que se encuentra desaparecido desde hace dos años.
El asombro de Marisol fue tanto que comenzó a cuestionar la identidad de la persona detrás del chat, hasta que este accedió a enviarle unas fotografías y le dijo que no era Neftalí sino un primo de él.
En ese momento Marisol comprendió que no se trataba de su familiar desaparecido, sino de un desconocido que estaba utilizando la cuenta de la víctima de desaparición.
En otro municipio, distante a donde vive Marisol, Beatriz recibía a través de su móvil un “Buenos días” acompañado de una serie de emoticones.
Beatriz quedó impactada al ver que era el chat de Neftalí y sin dudarlo le preguntó ¿quién eres? Ante eso, la persona detrás del chat le contesta ¿por qué?, pero ella insiste.
La persona detrás del chat, sin que ella se lo pida le manda dos fotografías, en el que se visualiza un muchacho joven usando mascarilla y una gorra, quien dice llamarse Eduardo.
Ambas mujeres comentaron a los familiares de Neftalí lo sucedido, a quienes ya otros contactos habían alertado que habían recibido supuestos mensajes de Neftalí.
Las mujeres que recibieron los mensajes, ante el estupor que Neftalí esté detrás de los mensajes, le hicieron preguntas sobre la familia y sus hijas, pero la persona detrás del chat evade las preguntas.
¿Quiénes son las niñas que tienes en tu foto de perfil? Le cuestiona uno de los contactos, ante eso el desconocido responde: “Es que este perfil me lo habían quitado, pero borraré todo”.
Dos días después, el sujeto cambia la foto de perfil, la cual coincide con ninguna de las fotos que ha enviado a través del chat con los contactos que interactuado. En la foto de perfil se ve un joven de tez blanca, cabello liso, posando en la playa.
Los familiares no se explican cómo un joven que se hace pasar como Neftalí o un primo de él tiene acceso a la cuenta de Facebook de su pariente, pero sospechan que pudieron ingresar a través del teléfono que él portaba en el momento de su desaparición.
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Más de dos años desaparecidos
José Neftalí Castro Melgar junto con Jorge Cisneros y Matías Palacios fueron raptados por varios hombres, en la carretera a El Boquerón, en Santa Tecla, el 24 de mayo de 2019, mientras descargaban una camionada de tierra y ripio en la zona.
Los tres hombres eran empleados de una empresa de construcción de piscinas y en los días siguientes al rapto, los residentes comentaban que la última vez que los vieron fue cuando el motorista del camión conversaba con unos vigilantes privados de una propiedad en la zona.
En el momento de ser raptados, Neftalí, apenas tenía un año de haberse mudado a trabajar a San Salvador desde el cantón El Ángel, en Teotepeque, con la esperanza de que sus hijas gemelas crecieran en mejores condiciones.
En los primeros meses de su desaparición los familiares mantuvieron una constante búsqueda en la zona del rapto de los trabajadores, hospitales, morgues, e instituciones del Estado. Sin embargo, sus constantes visitas a la Fiscalía terminaron en una “regañada” se lamenta uno de los familiares de Nefatlí. “Nos dijeron que ya no llegáramos a preguntar, que si tenían algo nos llamarían y mire han pasado dos años y hasta ahora nunca nos volvieron a llamar”, dice con resignación.
Joshi Leban, especialista en seguridad digital de la Fundación Acceso, explica que es bien probable que las personas involucradas en la desaparición hayan accedido a la cuenta de Facebook a través del teléfono de la víctima o incluso, existe la posibilidad que los victimarios lo hayan vendido a un tercero, y sea este el que lo esté ocupando.
El temor de la familia es qué a través de la cuenta de Facebook del joven desaparecido, estas personas estén cometiendo otros delitos. María Elena, la madre de Neftalí solo pide a las autoridades que sigan buscando a su hijo y a los otros dos trabajadores. “Yo como madre espero una respuesta”, dice entre sollozos.