El cementerio municipal de San Miguel podría tener capacidad para nuevas inhumaciones por un periodo no mayor de dos meses, comentó el alcalde Will Salgado, debido a que el camposanto tiene cerca de 150 años de funcionar y fue creado para recibir 1970 entierros; a la fecha contabilizan cerca de 4,000.
La comuna de San Miguel se ha dado a la tarea de buscar terrenos que cumplan con los requisitos establecidos por Medio Ambiente y el Ministerio de Salud; también Salgado está considerando construir un bloque de nichos aéreos, adicionales a los 256 que la alcaldía migueleña construyó en el periodo de Miguel Pereira en 2019 por un monto de $228,905, y que aún esperan el aval de Medio Ambiente.
“Yo estoy dándome a la tarea de buscar una propiedad que dicen que es del IPSFA, donde pasan las torres de energía eléctrica rumbo a la Ciudad Pacífica son como 12 manzanas. En esa zona el agua está a más de 90 metros, buscando algo que no sea tan lejos de la ciudad que está cerca del otro cementerio y que Medio Ambiente no se vaya a oponer, porque no es cualquier terreno que puedo comprar”, dijo Salgado, quien agregó que por esta propiedad están pidiendo 2 millones de dólares.
Pero el edil ha sostenido desde el mayo que la comuna no cuenta con dinero para desarrollar grandes proyectos. “El problema es que dinero no tenemos, tenemos que hacer un préstamo para comprar el terreno y la construcción del cementerio; porque solo cerrar el perímetro de dos manzanas es un montón de dinero más los cuadros y callecitas”, apuntó.
Salgado agregó que para solventar el problema necesita los permisos necesarios para inhumar en los nichos aéreos (construidos en la administración anterior) en un periodo máximo de dos meses, “yo haría otra gestión para ver si construyo otros nichos aéreos, habría que ver si Medio Ambiente nos da permiso, pero no serían construidos a la orilla de las casas. De no tener opción donde enterrar, tocaría privado o cementerio periférico ya autorizado”, argumentó Salgado.
Personas que permanecen en el camposanto consideran que durante el invierno las tumbas se hunden debido a que la tierra se encuentra floja al cavar fosas a la par de donde recién sepultaron a alguien.
Por la pandemia, han tenido que habilitar para entierros un área peatonal ante la falta de espacio; otras de las opciones es exhumar los restos de tumbas cuyos responsables no han pagado la tasa municipal correspondiente para inhumar a otra persona. Los restos anteriores son dejados en una bolsa al interior de la fosa.