Hace más de 20 años, la serie televisiva “Big Brother” era toda una novedad en EE.UU. y Europa.
Ha sido uno de los programas pioneros en el segmento de “espectáculos de telerrealidad” o “reality shows”.
Increíble, pero el origen histórico de “Big Brother” no tiene nada que ver con los representantes de la firma Endemol, quienes irrumpieron con la serie a finales de los Noventas, sino cuando hace 72 años, George Orwell, un escritor británico, lanzó la novela titulada “1984” o “Nineteen Eighty Four”.
Orwell, como todo escritor decente y pensante de su época, se las ingenió para trazar una distopía escalofriante sobre el abuso del monitoreo permanente de la sociedad, a través de mecanismos de investigación policial, espionaje, seguimiento, manoseo legal, tortura institucionalizada para lavado de cerebro, y la aceptación de migajas de bienestar social como retribución económica. Todo lo anterior son los ejemplos de mecanismos concebidos por el régimen de “Big Brother” para mantener a su estado autoritario en el poder.
Desde entonces, Orwell nos advertía en su novela sobre las amenazas de las ideologías extremas del nazismo (derecha) y el estalinismo (izquierda). La sociedad del libro de Orwell es aquella donde atreverse a pensar de manera diferente es condecorado con la tortura, con la sumisión, con acoso político, con humillaciones salariales de esclavitud para los más pensantes y sabios, a través de sufrimiento personal extremo. Las personas son monitoreadas cada segundo del día y la propaganda del partido de Big Brother (que no es transparente ni rinde cuentas) triunfa sobre la libertad de expresión y del pensamiento. Impresiona darse cuenta de que un escritor, hace 72 años, ya nos pregonaba al respecto. A estas alturas, ese tipo de sociedades ya son una realidad.
En la actualidad, cuando el programa “Big Brother” llega a nuestras audiencias, lo que se evidencia no solo es la falta de privacidad de cada uno de los concursantes (invitados), sino el sistema de monitoreo continuo de alta tecnología en la casa de acogida, que parece más una prisión o reclusorio. La tecnología utilizada en “Big Brother” se asemeja a todos los dispositivos de “Internet of Things”, celulares, tabletas, impresoras, plasmas, relojes digitales, mini cámaras de televisión escondidas y micrófonos ultrasensibles que escuchan hasta el último suspiro, en vivo, de todo lo que sucede en dicho lugar. El ganador de cada temporada de “Big Brother” se embolsa un mínimo de medio millón de dólares, siempre y cuando resista y cumpla con todas y cada una de las reglas de la casa. Específicamente no pueden salir del lugar sin permiso, y son expulsados del juego si infringen las reglas, o si exhiben un comportamiento violento y perturbador.
El uso de las últimas tecnologías disruptivas en el mercado global –Nanotecnologías-Inteligencia Artificial-Supremacía Quantum y el Internet – son los mecanismos perfectos para vivir bajo el esquema del programa “Big Brother”. Sociedades más desarrolladas ya viven así; la vida de los ciudadanos es monitoreada y supervisada por mecanismos de inteligencia artificial, policial y militar sofisticados. Cualquiera que tiene un Smartphone o una dirección IP ya está viviendo en el escenario “Big Brother”.
Cuando las criptomonedas se aceptan como sistema de pago, el “Big Brother” aceleraría aún más la imposición de su imperio en las naciones pobres. Finalmente, el control total sobre nosotros será a través del comercio digital, con un mini-chip en la muñeca, o en la mano o detrás de la oreja.
Orwell no estaba equivocado. ¿Hasta cuándo abriremos los ojos? ¿Te descubrimos, “Big Brother”?
MBA-MEng, CEO-Fundadora de Eleonora Escalante Strategy.
www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com