Carlos Acevedo, expresidente del BCR: "Estamos en alitas de cucaracha en lo fiscal y si viene un coletazo con el Bitcoin es otra carga”

En entrevista con El Diario de Hoy, el economista hace un análisis de cómo están de frágiles las finanzas del país y cómo la entrada en vigencia del Bitcoin y el probable fracaso del acuerdo con el FMI van a agravar la crisis económica.

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Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva, durante entrevista con El Diario de Hoy. Foto EDH / Menly Cortez

Por Katlen Urquilla/ Karen Molina

2021-07-18 10:05:58

Las decisiones políticas que ha tomado el Gobierno de Nayib Bukele y la Asamblea Legislativa en los últimos meses están poniendo sobre las tablas una negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener $1,300 millones para la economía nacional a través de un acuerdo de servicio ampliado.

Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva, y quien hace ocho años estuvo al frente de un acuerdo precautorio similar con este organismo, explica las implicaciones de no contar con el apoyo del FMI y por qué la Ley Bitcoin, aprobada el mes pasado, es uno de sus mayores obstáculos para alcanzarlo.

Carlos Acevedo, expresidente del BCR explica que los casos de corrupción del actual Gobierno y la apresurada aprobación de la Ley Bitcoin podrían hacer que no se firme el acuerde con el FMI.

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El Gobierno ha financiado todo tipo de subsidios con deuda y en el último año ha ido tomando préstamo tras préstamo para enfrentar la pandemia y cubrir muchos agujeros fiscales del presupuesto. ¿Tiene el país la capacidad para seguirse endeudando?

Este ha sido un problema desde hace varios años. Tenemos una economía que está dolarizada y con un ritmo de endeudamiento fuerte. Esto se ha agudizado obviamente a raíz de la pandemia. Cerramos el año pasado con una deuda PIB del 92 %. En una parte por el aumento de la deuda y otra parte por la caída del PIB. Aún si este año hay una recuperación del PIB, dígamos del 5 % o 6 %, con la deuda proyectada que tenemos a la fecha, la deuda va a subir un poco más, a un 94 % del PIB y es bastante alta. Y eso sin contar todos los préstamos que han estado aprobando en la Asamblea (en últimas plenarias).

Esto plantea retos fiscales importantes para el país.

Esto ya desde hace ratos planteaba problemas difíciles de sostenibilidad que ahora obviamente son más agudos. La apuesta estaba en un primer momento al acuerdo con el Fondo Monetario, para conseguir los $1,300 millones que abre las puertas al financiamiento adicional de la banca multilateral. Hemos visto que con el manejo desastrozo de las negociaciones con el Fondo el acuerdo se ha detenido. Ya había dificultades con los temas de corrupción, de rendición de cuentas y transparencia que el Fondo Monetario quería meter en el acuerdo, pero supuestamente, según decían las autoridades, se había resuelto y ya se estaba a punto de firmar, por lo menos en abril. Pero viene el presidente con esta ocurrencia del Bitcoin y ahí va la reacción del Fondo Monetario. Básicamente el acuerdo está entrampado y a mí no me extrañaría que ya no hubiera acuerdo o si lo va a haber, tenemos un retraso de muchos meses cuando el ministro está urgido de esos $1,300 millones, de ese acuerdo de servicio ampliado.

Entonces, si no hay acuerdo con el Fondo Monetario, la situación fiscal se complica mucho más. Ya sabemos que el Banco Mundial y el BID no dan financiamiento si el país no va con el certificado de buena conducta que extiende el Fondo Monetario y aunque haya apetito en los mercados por deuda, tomando en cuenta que las tasas de interés están bastante bajas y muy probablemente si El Salvador quiere salir a colocar esos $1,300 millones, se los van a recompra pero a tasas muy altas.

Hemos visto cómo el riesgo país se ha disparado en los últimos dos meses, con la entrada de la nueva Asamblea y la destitución de los magistrados y el fiscal y luego con la Ley Bitcoin, nuestro riesgo país, el EMBI ha subido casi 250 puntos básicos mientras que la de los otros países se ha mantenido estable.

Entonces, confluye una cantidad de factores que lo hacen más difícil y si no hay acuerdo con el Fondo, el riesgo país va a subir todavía más y cuando salgamos a colocar, nos van a comprar, pero nos van a pedir 12%, 15 % de interés. Entonces, eso a su vez complica el servicio de la deuda, complica el financiamiento y la sostenibilidad de la deuda.

Vienen vencimientos fuertes ya. Ahora en agosto hay vencimientos como de $600 millones y luego en septiembre hay otro vencimiento de los Cetes como de $800 millones. Eso obviamente no se va a poder pagar. Ahí hay que buscar un rollover, un refinanciamiento y en estas circunstancias es más difícil darle financiamiento a esos vencimientos.

Entonces la situación está muy complicada desde el punto de vista fiscal y la Ley Bitcoin solo ha venido a meter ruido.

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¿Qué otro escenario se pudiera ver desde los organismos internacionales, tomando en cuenta también la tensión del gobierno con Estados Unidos?

Yo veo difícil otra salida, porque el tensionamiento de la relación con Estados Unidos, siendo el principal accionista del FMI, provocaría que aunque los otros directores quisieran darle el préstamo a El Salvador, si el director de EE.UU. dice no, es no. ¿Cómo está negociando un acuerdo con el Fondo Monetario y peleándose con el principal accionista del FMI y sacando una ley inconsulta (Bitcoin) que no le preguntó al Fondo?

Es increíble el manejo estratégico de la negociación, es una torpeza que jamás había visto en el país o en otro país. Es pelearse con la cocinera, con el jardinero y con todo el mundo.

Además las relaciones con otros países tampoco son buenas, recordemos el incidente cuando llama a los embajadores y les dice que va a ser privado (el encuentro) y luego sale en cadena, cómo un gobierno le hace eso al cuerpo diplomático; la ruptura con la OEA con la disolución de la Cicies; la imagen que tiene de autoritario, opuesto a la libertad de expresión, o sea hay una combinación de cosas por todos lados que nada ayuda a generar condiciones para que se pueda negociar financiamiento internacional.

¿Qué cree que debería hacer el gobierno para hacer un giro de timón y lograr salvar el acuerdo con FMI?

Lo que pasa es que lo que tendría que hacer atentaría con el ego del presidente (Bukele); el criterio es la imagen. No sé si llegaría a pedir disculpas o asumir una actitud más razonable, no como lo hizo con la Lista Engel. Después de haber dicho que los funcionarios que salieran iban a ser removidos, ahora dice que tenemos nuestra propia lista y por otro lado hace el ridículo de pedir que sancionen al alcalde de Santa Tecla (por pintar el patrimonio cultural); esa misma actitud debería haber tomado con la Lista Engel.

Está gastando la pólvora en cazar moscas, está perdiéndose en cortinas de humo.

Debería hacer lo que debió hacer desde un principio: tomarse en serio la Lista Engel, porque si no destituyen (a los funcionarios), investigar es lo mínimo que podría hacer.

Obviamente el acuerdo con el FMI implica un ajuste fiscal que se ha venido posponiendo desde hace una década porque es costoso políticamente, ya que implica medidas de recorte de gasto y medidas de aumento de ingresos. Pero lo tendrá que hacer porque si no no hay acuerdo con el FMI; también hay medidas de rendición de cuentas, transparencia y combate a la corrupción que exige el Fondo Monetario, entonces tiene que cumplir con eso, porque el acercamiento a China no le va a proveer los recursos que le puede proveer la banca multilateral.

¿Este escenario que estamos viendo con el FMI es diferente al que se vivió en 2012 cuando usted era el presidente del BCR y que no se lograron los desembolsos del Fondo?

El acuerdo aquel era precautorio; si había una crisis en la balanza de pagos entonces se desembolsaba el dinero y este es un préstamo, porque necesita ese dinero para cerrar la brecha fiscal. Hay una diferencia en términos del carácter del acuerdo que se negoció.

En aquel entonces el acuerdo se firmó en marzo de 2010 y al año siguiente se descarriló, básicamente por la renuencia de (Mauricio) Funes a cumplir el acuerdo, sobre todo en el tema de subsidios, porque a pesar de que uno de los compromisos del acuerdo era que se tenía que recortar subsidios para focalizarlos en las familias de bajo ingreso, en algún momento Funes subió el subsidio a los hogares que consumían menos de 200 kilovatios, que son el 98% de los hogares. Eso descarriló el acuerdo, por la renuencia del presidente.

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¿Ve similitud en las actitudes de los presidentes para hacer que se descarrilen los acuerdos?

En este caso se está abortando la negociación por una serie de razones. Una tiene que ver con el compromiso de medidas para el ajuste fiscal; dos, por la reticencia a meter medidas contra la corrupción, transparencia y rendición de cuentas; tres, con el anuncio inconsulto de la Ley Bitcoin; y cuatro, el pleito con Estados Unidos ante la Lista Engel.

Funes no llegó a esos extremos. Sí tuvo zipi zape con EE.UU. pero no a ese nivel. Los desplantes de Bukele con Estados Unidos ni siquiera los hizo el FMLN a nivel del gobierno.

Si no te interesa el dinero del Fondo Monetario, bueno peléate, pero si te interesa el dinero del Fondo no podes estar peleando con Estados Unidos, es cuestión del más mínimo sentido común.

¿Qué opina de lo que dice la firma financiera Barclays de que si no se logra un acuerdo con el FMI una de las vías que tendría el gobierno sería nacionalizar las pensiones?

En lo personal no soy muy opuesto a la idea de nacionalizar las pensiones… el problema es el contexto en el que estamos.

El riesgo es que al revertir la privatización de las pensiones esos flujos pasarían al gobierno. El flujo de cotizaciones para pensiones anda como en $350 millones anuales, eso sería lo que, al nacionalizar las pensiones, pasaría otra vez al gobierno. Pero el gobierno tendría el compromiso de pagar pensiones en el futuro, es decir que estaría agarrando ese dinero ahora, pero no quiere decir que se eliminaría el compromiso del gobierno de pagar pensiones futuras. Entonces, no ganaría mucho.

La gente piensa que los fondos de pensiones es como la bodega de Rico McPato que allí está todo el dinero, pero no porque el fondo de pensiones es deuda ya, son títulos de deuda y la mayor parte la debe el gobierno, no puede tomar la deuda que ya debe. Nacionalizar las pensiones no sería la solución.

Un ciudadano observa un cajero para convertir bitcoins a dólares instalado en un centro comercial de la capital. Foto / AFP

¿Usted ha dicho que con la Ley Bitcoin Bukele se juega la presidencia, por qué?

Porque es una apuesta que afecta bastante fuerte la economía del país, está atando la dinámica de la economía a un activo de alto riesgo por su volatilidad, eso es en la medida que se bitcoinice la economía. En una economía bitcoinizada si viene un coletazo para abajo en el precio, eso sería un desastre para El Salvador, para el gobierno fiscalmente y para todos los hogares que tuvieran Bitcoin.

En ese sentido conviene más que el experimento no avance, porque si viene un coletazo para abajo el efecto no sería muy fuerte. Paradógicamente, tras mayor sea el éxito en bitcoinizar, mayor sería el golpe si cae el precio del Bitcoin.

¿Cómo reaccionaría la población si viene un coletazo del Bitcoin y la gente pierde el 10, 15, 20% de sus ingresos? El 97% de popularidad que dice que tiene el presidente se le revierte y pasaría a tener el 3%, porque por muy carismático que sea un líder político la gente no le va a aguantar un golpe de esa magnitud a sus bolsillos.

¿Estaría en riesgo la estabilidad financiera, económica del país?

Sí, sí. Ahora, pienso que no va a prosperar, por varias razones, pero para mí, la principal es la restricción de la cuenta corriente de la balanza de pagos. El Salvador, el año pasado, realizó importaciones como de $10,000 millones; ¿de dónde sacó los dólares para pagar esas importaciones? Bueno, $5,000 millones de exportaciones y luego las remesas fueron como $5,900 millones. De hecho, he estado revisando y el año pasado tuvimos un superávit de cuenta corriente, por primera vez desde 1988, o sea, teníamos 32 años en que no teníamos superávit de cuenta corriente, solo déficit.

Los dólares que necesitamos para cubrir nuestra factura de importaciones los obtenemos de las exportaciones y de las remesas; si una parte de las remesas se transforma en bitcoins ya las cifras no cuadran. Entonces, los dólares que tendríamos no nos alcanzarían para pagar las importaciones. Hay un descuadre de números que simplemente hace que la bitcoinización en El Salvador no pueda prosperar.

La minería del Bitcoin es una idea que el gobierno ha planteado hacer a través de LaGeo, ¿qué opina?

Es otro desastre por tema energético y del clima, porque van a estar minando bitcoins para la red, no son propiedad de El Salvador, el país nada más sería el anfitrión, lo cual es un absurdo porque el minado del Bitcoin consume más o menos 72,000 gigawatts, es muchísima energía. Los países donde hay granjas mineras les provee energía a $0.03 o $0.04 centavos por kilowatt hora y nuestra energía está a $0.12 centavos por kilowatt hora, o sea como 3 o 4 veces ese costo.

Esa es otra de las ideas descabelladas del presidente; él es un tipo inteligente pero no se informa y no estudia los temas a fondo.

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¿Cómo le puede afectar eso en el día a día a la mayoría de salvadoreños, a las mipymes que medio van saliendo a flote tras la crisis por la pandemia?

Eso depende de cuánto se avance en el despegue de la iniciativa. Mientras más bitcoins se muevan, el riesgo de que venga un coletazo y baje el valor es mayor. Para una persona que gana salario mínimo y si obligaran a que las empresas les paguen en Bitcoin, se está obligando a que lo básico lo esté apostando. Si a alguien le pagan el salario al medio día y por la tarde pasa a comprar al super, pero resulta que hubo un tuit que hizo que caiga el precio, le bajó los ingresos.

Con el fideicomiso de $150 millones, para un PIB como el de El Salvador de $25,000 millones de valor agregado... quiere decir que las transacciones que se realizan en promedio andan como en los $80 millones diarios. Entonces, si todas esas transacciones se hicieran en Bitcoin, pero los hogares y los negocios quieren pasarlos a dólares, en dos días se fueron esos $150 millones. ¿Y después qué?

Y unido a eso está el tema fiscal, ya estamos en alitas de cucaracha en lo fiscal, viene el golpe con el fideicomiso de $150 millones que se convierten en bitcoins y si viene un coletazo con el Bitcoin es otra carga para una situación fiscal que ya está en problemas.

Se detona una serie de dinámicas. Es como la acumulación de nieve que si se para un pajarito se detona la avalancha, así es nuestra situación fiscal. Y el Bitcoin no es un pajarito, es un pterodáctilo. Eso no lo aguanta ningún gobierno, allí se acabó la presidencia de Bukele y no solo la presidencia, sino el proyecto de Nuevas Ideas si esto fracasa, porque estos están pensando tipo el PRI (en México) de estar 60 años en el poder. Yo creo que esto tiene todas las de fracasar.