Las vacunas que se aplican en El Salvador son eficaces contra las variantes conocidas del COVID-19

El doctor Carlos Ortega, experto en virología de la Universidad de El Salvador, explica el panorama y subraya la importancia de recibir las dosis anticovid, de cualquiera de las cinco disponibles en el sistema de Salud.

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Frascos con vacunas Pfizer Bio-N-Tech. Foto EDH / Patrick T. Fallon / AFP)

Por Carlos López Vides

2021-07-05 9:50:44

Que un experto como el doctor Carlos Ortega,  hable con esperanza y optimismo, a pesar de que cada mes aparecen más variantes de la COVID-19, es acercarse desde la ciencia al panorama que ahora vivimos en El Salvador y el mundo, en medio de una pandemia que ya acabó con la vida de no menos de 3,941,475 personas a nivel global, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Hasta este 5 de julio de 2021, 2,409 de los decesos han ocurrido en El Salvador, de acuerdo con datos oficiales dados hasta el martes pasado. Aunque son muchas más las muertes, por el alto nivel de subregistro.

Centro de vacunación en la fase III del Hospital El Salvador.
Foto EDH/ Menly Cortez

Con el paso del tiempo van surgiendo más variantes del nuevo Coronavirus, ese que cambió al mundo cuando fue descubierto en diciembre de 2019 en Wuhan, China. Desde entonces, “ya se ha detectado más de 500 variantes en todo el mundo”, explica Ortega, algo que es normal porque todos los virus, por naturaleza, tienden a mutar, es decir, a generar cambios para irse adaptando. Por tanto, este es un tema altamente cambiante. Como el mismo virus.

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A esas cientos de variantes la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido reordenarlas de acuerdo con el alfabeto griego, ya que hasta hace pocas semanas se les nombraba por dónde habían sido detectadas por primera vez, por lo que comenzaron a surgir nombres como la variante de California, la de Reino Unido, la de Sudáfrica, etc.

Además de este reordenamiento, la OMS las ha colocado en tres categorías: de interés, de preocupación, y de gran impacto.

Dentro de las “de interés” están las que han tenido cambios que “sugieren que pueden tener mayor transmisibilidad, o tener algún impacto en el diagnóstico o en la respuesta al tratamiento, o a futuro pudiesen tener un impacto en la eficacia de la vacuna, pero es algo todavía no establecido”, detalla el doctor Ortega.

Luego van las variantes “de preocupación”, que incluyen todas las características de la categoría anterior, pero que “también se ha demostrado en el campo que sí son más transmisibles, que tienen una respuesta reducida al suero de pacientes convalecientes y a algunos antivirales, y una disminución a la respuesta a la vacuna”, por lo que “sí pueden estar provocando un mayor número de casos”, advierte el especialista en virología.

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Entre ellas están la variante Alfa o británica, que ya está en más de 80 países del mundo; la Beta o sudafricana, que tiene un 50% más de transmisibilidad, la Gamma o versión brasileña y la Delta, aparecida en la India y que, por ahora, parece ser la más transmisible de todas.

Hasta junio, según el Laboratorio de Virología de la Universidad de El Salvador, ninguna de estas variantes está en El Salvador, pero sí está registrada la variante californiana o Épsilon, la cual puede infectar a personas ya vacunadas o ya recuperadas del COVID-19.

Y luego están las categorías de gran impacto o consecuencia, donde estaríamos ante una nueva cepa del virus. Este tipo de variante, avisa desde ya Ortega, “van a ser de difícil diagnóstico, las pruebas (PCR-RT y otras) no van a pegar adecuadamente, vamos a tener mucho falso negativo; las vacunas probablemente no van a tener efecto; va a ser más transmisible; va a causar más enfermedad grave; va a ser más virulenta”.

Por ahora la OMS no ha detectado ninguna de estas variantes de gran impacto, buena noticia en medio de una pandemia que ya duró 15 meses.

Las variantes y su riesgo

¿Cuál variante de las ya conocidas es la más peligrosa? Ortega responde que “todas están en estudio, pero no hay información oficial de la OMS, los CDC de Estados Unidos (Centros para Control y Prevención de Enfermedades) u otra institución sanitaria internacional” que hayan definido así una variante.

La llamada a la tranquilidad del doctor regresa en sus siguiente respuesta, al ser consultado sobre la eficacia de las vacunas que están siendo aplicadas por Salud de El Salvador, frente a las variantes ya conocidas hasta el momento: Tanto la CoronaVac, la Pfizer como la AstraZeneca y Moderna generan suficiente respuesta inmunológica en las personas.

Pero luego aclara que el porcentaje de protección llega a 80% o más de 90% siempre que se cumplan las dos dosis, y se llega a ese nivel 15 días después de la segunda aplicación. Además, la vacunación no protege de contraer el virus, sino que evita que la persona desarrolle la versión grave de la enfermedad, es decir, evita hospitalizaciones, ingresos a la UCI y pérdidas de vidas.

La conversación con el especialista lleva a más consultas, en medio del mar de desinformación que se navega en Internet y redes sociales. Por ejemplo, hay personas que se aplicaron las dos dosis de SinoVac, o de otra casa farmacéutica, pero quieren ir a ponerse la Moderna, la Pfizer u otra que están aplicando en EE. UU. u otro país.¿Harían bien en ponerse tercera dosis?

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Ortega, de nuevo, recurre a los datos científicamente comprobados para contestar. Por ahora, los fabricantes de las vacunas garantizan un alto grado de efectividad con la aplicación de las dos dosis para AstraZeneca, Pfizer y Coronavac. No hay estudios concluyentes de qué pasa si se aplica una tercera dosis, de otro tipo de vacuna. Podría elevar su capacidad inmunológica... también podría no pasar nada... pero también se corre riesgo de que genere hipersensibilidad, reacciones alérgicas u otros malestares, sin que eso garantice mayor protección. Así que es mejor completar el esquema de dos dosis y seguir vigilantes.

Centro de vacunación con modalidad autoservicio en el Centro Comercial La Gran Vía. / Foto EDH - Jonatan Funes

Finalmente, una duda persistente entre la población es si, ya una vez vacunados con el esquema completo, será necesario más adelante recibir más dosis anticovid. Ortega explica que “ninguno de los fabricantes ha hecho un estudio a mediano y largo plazo respecto a los efectos que pueda tener la vacuna, y conocer cuánto va a durar su eficacia. No lo han hecho para ninguna de las vacunas, ni las de occidente ni la rusa ni las chinas. Porque apenas estamos llegando a un año desde que las empezaron a fabricar. Los efectos adversos o negativos a largo plazo no podemos verlos en este momento, los conoceremos conforme vaya pasando el tiempo, al igual que la eficacia en cuanto a la respuesta inmunológica. Algunas hablan de un año o dos años, pero no lo sabemos con certeza”.

Ante la aparición de nuevas variantes, sobre todo si hay de gran consecuencia, no será raro que a futuro sea necesaria una nueva ola de vacunación, a nivel global, ya con vacunas actualizadas ante las nuevas versiones del COVID-19.

La OMS o los CDC lo comunicarán entonces, dice Ortega, quien insiste en no bajar la guardia y vacunarse. Es lo mejor que como población podemos hacer, con esperanza y optimismo.