Con 22 años cumplidos, José Eduardo Josa Avelar, un joven talento originario de Sonsonate, saltará en agosto a las aulas de la Universidad Bocconi, prestigiosa institución de educación superior italiana, que le ha otorgado una beca para estudiar la maestría en Economía y Ciencias Sociales.
“Ya casi tengo todo listo” dice Josa Avelar, quien cursó toda la Educación Básica en el Centro Escolar Flor Carmeli, dirigido por monjas italianas y que está ubicado en la colonia El Carmen, de San Antonio del Monte.
“Es una de las mejores universidades del mundo en economía, tiene un gran prestigio, es súper internacional, me emociona irme la verdad”, afirma con alegría.
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Su felicidad no está de menos, puesto que la Bocconi Universitá está ubicada en Milán, una de sus ciudades favoritas, por ser uno de los centros empresariales y de negocios más importante de Europa.
José Eduardo, quien siempre ha sido un esforzado estudiante, viene de las filas del Programa Jóvenes Talento de la Universidad de El Salvador (UES), en donde tras su participación en varias olimpiadas iberoamericanas de Matemática se agenció preseas de bronce, plata y mención de honor.
A ese programa llegó cuando tenía alrededor de nueve años y estaba en quinto grado, porque gracias a su temprana habilidad con los números ganó el segundo lugar en el concurso nacional de Matemática.
El compatriota, hijo de José Josa, un profesional de la salud, quien al enviudar se esforzó mucho por sacarlo adelante a él y a sus dos hermanas, afirma que la lucha de su padre y la formación que recibió en el programa han sido claves.
“Le doy gracias a mi papá y a Dios, porque si no hubiera entrado al programa no sé si realmente me hubiera dado cuenta que tenía esas habilidades, ese potencial, ganar esa confianza”, explica.
Es así que cuando José Eduardo terminó el tercer ciclo viajó con su papá a San Salvador en busca de un centro educativo privado de alto nivel, para que pudiera estudiar bachillerato.
Gracias a su buen perfil académico, en 2013 el Liceo Salvadoreño le abrió las puertas y le otorgó una beca para que cumpliera con los estudios de Educación Media.
Josa Avelar reconoce que luego de haber estudiado en una escuela pequeña le resultó difícil avanzar en el colegio, sobre todo porque a pesar de que tenía buenas bases en Matemáticas, Física, Biología y Química, sí llevaba debilidad en Sociales y Lenguaje. No obstante, también dice que eso fue algo que lo retó a no desistir, así fue como nunca dejó materias, e incluso se graduó del colegio en 2014 con el José Eduardo Josa Avelar culminó con éxito sus estudios en la Escuela Superior de Economía y Negocios de El Salvador (ESEN), donde también formó parte como becario.
El talentoso sonsonateco se caracteriza por ser alegre, muy entusiasta, pero sobre todo visionario, por ello antes de terminar el bachillerato le apostó a estudiar en la Escuela de Economía y Negocios (ESEN), aunque en su mente ya, acariciaba la idea de salir a estudiar fuera del país.
Su ingreso a la ESEN En 2015, cuando José Josa tenía 15 años cumplió su meta de entrar a la ESEN a cursar Ingeniería de Negocios, y en el segundo año de la carrera se agenció una beca completa, la cual se esforzó por mantener porque era un alivio económico para la familia. Se graduó en 2020 con el mejor promedio.
“Yo tuve la bendición, pero una vez que estás ahí dentro para tener esa beca tienes que ser el primer lugar, porque cada año solo dan una beca por carrera; entonces yo me reventaba estudiando todo el tiempo para ser el mejor y gracias a Dios se pudo”, confiesa.
El pensamiento de estudiar en el extranjero nunca salió de su cabeza, por el contrario, al graduarse de la ESEN estaba más fija luego de que durante su carrera tuvo la oportunidad de realizar una pasantía en Alemania, que le dejó una experiencia enriquecedora y despertó su interés por el Viejo Continente.
“Pasé todo el año pasado preparándome para las aplicaciones (auniversidades). Obviamente no apliqué solo a eso, pero pasé estudiando porque había que hacer unos exámenes estandarizados, tanto de inglés pero también como más técnico; mientras daba clases en la ESEN. Hacía las dos cosas a la vez y gracias a Dios me avisaron que me aceptaron este año y pues comencé a hacer todos los preparativos”, recuerda.
Este salvadoreño, quien actualmente labora a tiempo completo como científico de datos en una empresa que opera en el país, fue aceptado también en otros tres prestigiosos centros universitarios europeos que igual resultaron tentadores: la London School of Economics (LSE), Inglaterra; la University of Edinburgh, en Escocia, así como la Khatholieke Universiteit Leuven (KU Leuven), en Bélgica.
Aunque escoger entre las cuatro instituciones fue algo difícil, al final tomó la decisión de estudiar en la Universidad Bocconi, siendo fiel al gusto que le despierta Italia.
“La universidad tiene muchísimo prestigio internacional en las áreas de negocios y economía, de hecho es la cuarta mejor universidad de Europa en economía…”, precisa el estudiante.
La maestría en Economía y Ciencias Sociales que estudiará dura dos años. Las clases comienzan en septiembre próximo.
“El máster está dividido en dospartes; digamos (que) el primer año es súper técnico – teórico, en donde ves toda la base teórica económica; el segundo es más práctico, en donde tienes que hacer pasantías, intercambio en Europa con otras universidades súper chivas para tener como otra experiencia…”, detalla.
Amante de otros idiomas José Eduardo habla portugués e inglés, tiene bases de alemán y en los últimos tiempos ha estudiado el italiano de forma intensiva.
“Al italiano le he metido con todo. Quiero ir bien preparado para lograr buenas oportunidades allá”, subraya.
El compatriota dice que su padre también está muy emocionado: “Él está súper feliz que lo haya logrado y obviamente me ha apoyado siempre. No solo me apoya sino que también me orienta siempre en el buen camino, porque a veces uno no confía cuando estás haciendo algo que da miedo, como aplicar a universidades en el extranjero”.
Una vez superada cualquier inquietud inicial el joven economista se muestra muy entusiasmado, con grandes expectativas.
Sobre el porqué escogió esa maestría afirma que: “Me quiero migrar del lado de los negocios estrictamente a un lado más social, siento que abre las puertas a otras oportunidades en ámbitos sociales que quisiera explorar, y que al final son mi objetivo final (para) poder generar un impacto real en el país, cuando tenga la oportunidad”.
Hoy en día estudia también para obtener un certificado profesional en Ciencia de Datos. Aunque la pasión por los números es su diario vivir, el joven sonsonateco también tiene gusto por el baile y la música, este último lo desarrolló desde sus primeros años de escuela.
“Tuve un profesor milagroso que me metió a aprender (instrumentos musicales) y toco saxofón y clarinete. Ahorita se me arruinó el saxofón, pero sí me gusta bastante y aparte de los instrumentos se me ha metido esa pila de aprender idiomas, entonces me gusta ver películas en otros idiomas”, comenta.
Más recientemente, en medio de la pandemia, entró de lleno a la lectura de ciencia ficción y moderna. Así, este joven estudiante salvadoreño irá, lleno de confianza y voluntad, en busca de un mejor futuro académico en Italia.