Mientras los salvadoreños ven hacia el cielo les quitarán hasta la camisa

Los mexicanos le llaman la “caja china”, una suerte de archivo del que los políticos sacan expedientes de opositores, ardides y artilugios para exhibirlos en el momento preciso y generar morbo.

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Por El Diario de Hoy

2021-06-23 7:25:26

En las últimas semanas se ha vuelto más evidente cómo el clepto-régimen utiliza su maquinaria de propaganda y cortinas de humo para distraer la atención de los salvadoreños, quienes peligran que les quiten hasta las pensiones y la camisa mientras miran las luces de Bengala en el cielo.
Los mexicanos le llaman la “caja china”, una suerte de archivo del que los políticos sacan expedientes de opositores, ardides y artilugios para exhibirlos en el momento preciso y generar morbo. En nuestro suelo hemos podido ver:
1. Cuando el Congreso de Estados Unidos destapó la primera lista de corruptos salvadoreños se relanzaron las relaciones con los chinos y anunciaron donaciones de miles de vacunas.
2. Al descubrirse la estructura de crímenes y el cementerio clandestino de Chalchuapa, los personeros de Seguridad censuraron a investigadores y medios e hicieron toda clase de esfuerzos por que el caso se olvide. Como la “santa” inquisición, pretenden condenar a los infiernos a quienes vayan contra la versión oficial.
3. Cuando el pastor Mario Vega alertó sobre los abusos y corrupción del bukelismo y el peligro de que los salvadoreños caigan en la idolatría anticristiana, el régimen lanzó de inmediato la imposición del Bitcoin y la asamblea sumisa aprobó la ley tres días después.
3. Ante la ola de rechazo, cuestionamientos y dudas de la población sobre el Bitcoin y las advertencias de connotados economistas, el régimen propone una nueva ley del agua, escarnece públicamente y manda a Mariona al ex alcalde Muyshondt y anuncia la compra de camas en el sistema hospitalario, aunque sin decir quién es el proveedor y a qué costo. Y así sucesivamente...
Siendo así, robarse las pensiones para cubrir huecos en sus movidas de dinero es el inminente nuevo paso, sobre todo si tomamos en cuenta que ya comenzaron a tomar dinero de los fondos para la pandemia con el fin de llenar déficits fiscales. Pero, sobre todo, no les importará que la gran mayoría de trabajadores y cotizantes al sistema de las AFP quede sin un centavo para pasar su vejez o padezca algún serio quebranto, además del sufrimiento, la pobreza y el desastre económico al que nos llevan.
Los fondos de pensiones no son dineros públicos, sino cuentas que pertenecen a cada ahorrante, en la misma forma como una cuenta bancaria no es dinero público —dinero que puede en un momento dado robar el cleptodesgobierno— aunque una de esas “leyes” que los domesticados legislativos puedan decretar choca con la Ley Fundamental.
Mientras todos miran al cielo, el “señor” vicepresidente pretende además manosear a su antojo la Constitución para que todos estos atropellos se perpetren y Bukele se perpetúe hasta que San Juan baje el dedo.
A los embobados les han dicho —y los pobrecitos lo creen— que la “reforma a la ley de pensiones” —nombre con el que bautizan el robo— mejorará las condiciones de retiro, etcétera, palabreríos con los cuales disfrazan la terrible miseria a la que condenan a todos al llegar a “los años dorados” o sufrir algún percance que los invalide.

Como los carteristas en los buses, saquean mientras la gente se confía y sonríe

Sólo hay que recordar algo:cuando llegó al poder, Funes y los efemelenistas alegaron que habían encontrado endeudado al país y decretaron 22 nuevos impuestos que todos pagamos y que no sirvieron para honrar esos compromisos sino más bien para que sólo él se llevara 351 millones de dólares en bolsas negras, según ha establecido la Fiscalía en los tribunales. Es decir, “se privatizó” el dinero de los salvadoreños y socializaron las pérdidas para que todos pagáramos lo que se esfumó.
En este caso, a la par de decretar nuevos impuestos no será extraño que, como los carteristas en los buses, “privaticen” las pensiones, pero en sus bolsillos y mientras los afectados miran sonrientes el festival de luces de Bengala en el cielo...