Carta a nuestros lectores: Les están negando información

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Esta imagen tomada el 4 de julio de 2019 muestra al millonario estadounidense John McAfee durante una entrevista con la AFP en su yate anclado en la Marina Hemingway en La Habana. El hombre de 75 años fue hallado muerto este 23 de junio de 2021 en la celda de una prisión de Barcelona, donde estaba recluido. Foto: AFP

Por Paolo Lüers

2021-06-23 4:51:38

Estimados amigos:

Hacemos lo mejor que podemos para informarlos, pero cada día es más difícil. Tenemos un gobierno que hace todo lo posible para evitar que se pueda informar de manera crítica e independiente sobre lo que está pasando en todos los ámbitos que el gobierno central controla. Quieren que ustedes sólo se enteren de lo que el presidente y sus funcionarios difunden en Twitter y mediante los medios oficialistas.

La última medida, anunciada por la ministra de Educación, fue prohibir que directores autoricen la entrada de periodistas a las escuelas públicas. Ni ellos, ni los profesores están autorizados a dar explicaciones y revelar información.

Las mismas reglas ya existen en los hospitales, desde el inicio de la pandemia. Medios independientes no pueden informar sobre la situación en los hospitales, precisamente cuando hay un marcado interés público en el sistema de salud. Los funcionarios dan informaciones contradictorias sobre el número de camas de Cuidados Intensivos, y ningún periodista independiente ha podido constatar los números reales. Y así con el número de pacientes, el número de muertos por covid-19, el número de muertos por otras enfermedades no atendidas por la crisis de covid-19. Los médicos y trabajadores de Salud no pueden hablar con periodistas sin sufrir sanciones. La construcción del Hospital El Salvador se hizo bajo estricta reserva de todo tipo de información.

En el sistema penitenciario es aún más drástica la falta de información: Desde tiempos del gobierno de Sánchez Cerén, la prensa no tiene acceso para informarse -e informar a ustedes- sobre las situación carcelaria. Hoy este embargo es aún más completo, sin ninguna situación de emergencia en los centros penales que lo justifique. El gobierno de vez en cuando publica fotos y videos, hechos por sus propios comunicadores, y no hay manera de saber si reflejan la realidad o si son puestas en escena. Ningún periodista independiente ha podido entrevistar a ningún reo, con la única excepción de una “visita guiada”, cuando el gobierno quería desmentir una noticia sobre el fin del experimento de las celdas compartidas por miembros de pandillas rivales.

Los reporteros y fotógrafos no tienen acceso a escenas de crímenes, a menos que sean de los medios controlados por Casa Presidencial. Los agentes policiales tienen prohibido compartir información. Hasta el forense de la Fiscalía a cargo de abrir fosas en cementerios clandestinos fue sancionado por compartir la información sobre sus hallazgos con quienes buscan a familiares desaparecidos, o con reporteros.

El Instituto de Acceso a la Información Pública, en dos años del gobierno Bukele, perdió su independencia. Ahora ya no es un instrumento para que los ciudadanos y periodistas puedan enterarse de información estatal, sino un instrumento del gobierno para esconder información, tapar corrupción y evitar que los periodistas la puedan documentar.

El fiscal general fue sustituido por la nueva Asamblea, ahora dominada por militantes de Nuevas Ideas, por una sola razón: no se comprometió con Casa Presidencial a suspender y archivar las investigaciones de corrupción gubernamental y las pruebas recaudadas en allanamientos en varios ministerios. Pusieron a un fiscal general que acepta órdenes del ministro de Seguridad y del presidente, y ya no existen investigaciones de corrupción en los ministerios.

Siempre los funcionarios de gobierno tienden a negarse a dar al periodismo y a la ciudadanía la información necesaria para evaluar su ejercicio del poder y su gestión de recursos. Por esto son tan importantes las instituciones de control y transparencia. Una vez que estas ya no existen o ya no cumplen su misión de manera independiente, surge un esquema sistemático e institucional de opacidad y desinformación.

Esto estamos enfrentando ahora en El Salvador. Nosotros, los medios independientes y sus periodistas, vamos a seguir escarbando, porque por la falta de transparencia gubernamental nuestro trabajo adquiere aún más urgencia.

Ustedes, los ciudadanos, nos pueden ayudar si no dejan de exigir información y transparencia.

Saludos, Paolo Luers