Ya sabíamos -algunos con mucho pesar, otros porque nunca confiamos mucho en vos- que sos un traidor al sandinismo, a la izquierda y a la libertad. Por tanto, las malas noticias que desde hace años recibimos de Nicaragua ya no nos pueden sorprender. Los descubrimientos de corrupción y las imágenes de represión eran de esperarse, una vez que optaste por abandonar el contenido emancipativo y progresista del sandinismo y te convertiste en un caudillismo represivo, mezclado con el sectarismo religioso loco de tu cómplice, esposa y vicepresidenta Chayo Murillo.
Pero ahora te pasaste de la última raya. Luego de capturar a todos los posibles candidatos presidenciales que podían derrotarte en las elecciones de noviembre, mandaste a encarcelar al general Hugo Torres, quien en 1974 hizo una audaz acción guerrillera para conseguir tu libertad. Te salvó la vida, arriesgando la suya, como hacen los verdaderos revolucionarios. Igual mandaste a encarcelar a Dora María Téllez, la legendaria “comandante 2” de la toma de la Asamblea, con la cual lograron liberar de las cárceles de Somoza a 60 sandinistas, incluyendo a tu gran amigo Tomás Borge, quien te allanó el camino al poder absoluto.
Dos de los pocos héroes aún vivos de la lucha sandinista, hechos presos por un hombre a quien nadie nunca ha llamado héroe, porque nunca lo fuiste. De este atropello al propio sandinismo te vas a arrepentir, porque es algo que no te van a perdonar los nicas.
Ahora, aparte de los 200 presos políticos que ya tenías en tus cárceles, tenés como rehenes a cuatro precandidatos presidenciales: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga; y a buena parte de los líderes de UNAMOS, partido donde se movilizan los sandinistas que se separaron de la línea dictatorial tuya, entre ellos Hugo Torres, Dora María Téllez y Víctor Tinoco.
Ortega acusa a los sandinistas históricos de “terrorismo”, porque movilizan una resistencia pacífica que con tres años de represión no has podido parar. Algunos lo describen así: El sandinismo comiendo a sus hijos. Pero no es así, sino: el orteguismo comiendo a sus tatas, a los verdaderos sandinistas, los que siguen luchando por la libertad de los nicaragüenses. Vos sólo te robaste el nombre y los colores rojo y negro de la bandera del sandinismo, los verdaderos herederos de la revolución son los que vos ahora tenés encarcelados. Te van a derrotar de todas formas, desde las cárceles, desde su ética sandinista intacta que se enfrenta a tu traición a los ideales de la revolución; y desde la calle, donde se va a seguir manifestando lo mejor de la juventud de Nicaragua...
No creas que Cuba y Venezuela te van a defender. No pueden. No tienen solvencia para hacerlo. Ni el FMLN, ni Bukele con su silencio escandaloso. Estarás solo, ya que solos y abandonados por sus aliados oportunistas se mueren los traidores.
Dicen que tal vez todavía estás a tiempo para negociar una transición pacífica. Lo dudo. Ya no tendrás una salida “honrosa” de esta situación, que es exclusivamente culpa tuya. Te pasaste de la última raya y vas a caer. Y los verdaderos luchadores por la libertad de Nicaragua van a reconstruir el país, con el apoyo de todos nosotros.
Paolo Luers