VIDEO. Jóvenes balletistas aceptan el reto de volver a escena entre mascarillas y distanciamiento físico

El cierre de espacios públicos y el confinamiento fortalecieron a Marcela y Cristhian de la Compañía Ballet de El Salvador, quienes lejos de desfallecer superaron el reto con pasión y este año se estrenan como solistas en La Bella Durmiente.

La Bella Durmiente es una obra llena de magia y fantasía, que regresa a escena con dos estelares debutantes. Video: cortesía Fundación Ballet El Salvador

Por Rosemarié Mixco

2021-06-13 2:21:09

Los valientes son los que escriben la historia. Y en 2021, un grupo de jóvenes balletistas acepta el reto de volver a la escena artística bajo el protocolo sanitario impuesto por las autoridades de salud para frenar la cantidad de contagios por COVID-19.

Aún en tiempos de pandemia y en medio de una crisis económica que ha dejado gravemente golpeada a la cultura mundial, la Fundación y la Compañía Ballet de El Salvador abren el telón y retoman sus esfuerzos por promover la danza clásica en el país, como lo han hecho a lo largo de 47 años.

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Para resurgir entre mascarillas y distanciamiento físico, la directora Alcira Alonso seleccionó uno de los ballets más famosos del repertorio clásico, La Bella Durmiente, este 18, 19 y 20 de junio, en el Teatro Presidente.

Tras impresionar con el talento de las salvadoreñas Diana Aranda en 2007 y Lucía Figueroa en 2014 y 2016, la princesa Aurora revive en la joven debutante Marcela Meléndez, quien está muy emocionada con esta oportunidad. Asimismo, lo está el talentoso hondureño Cristhian Lazo, quien liderará al elenco en el papel del príncipe Desirée.

Los talentos de la Compañía Ballet El Salvador no frenaron su formación pese a las dificultades impuestas por la pandemia. Foto: Cortesía Fundación Ballet de El Salvador

Vale destacar que ambos cuentan con una trayectoria dentro de la Compañía Ballet de El Salvador y que accedieron a compartir con elsalvador.com las emociones que la Temporada 2021 de la compañía les está obsequiando.

MARCELA MELÉNDEZ
La joven salvadoreña comenzó sus estudios de ballet a los 3 años en su natal El Salvador y desde entonces no ha parado. Con disciplina y pasión, se ha entregado a su formación artística, esfuerzo que en 2021 se ve recompensado con su primer protagónico. Para la compatriota de 19 años, la danza clásica es la piedra angular en la que descansa su proyecto de vida. “… algunas de las cosas que más le agradezco a este arte son la disciplina, responsabilidad y perseverancia que he desarrollado a lo largo de los años. Me ha convertido en una persona fuerte, me ha llevado a hacer cosas increíbles y gracias a ello he conocido a personas que hoy considero mi familia”.

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¿Qué significa para ti ser protagonista principal de La Bella Durmiente, en esta nueva temporada del Ballet en tiempos de pandemia?
Significa un honor, pues es una de las obras más icónicas en el mundo de la danza clásica, pero también una gran responsabilidad, es un papel demandante, técnica e interpretativamente. Me hace mucha ilusión volver a los escenarios con este ballet y estoy muy agradecida por el trabajo y apoyo que he recibido de mis directores Orlando López y la maestra Alcira Alonso.

¿Es la primera vez que bailas esta obra? ¿Ya habías sido personaje principal en alguna otra coreografía?
Esta será la tercera vez que participó en la producción de La Bella Durmiente con el Ballet de El Salvador, fui parte del elenco durante la temporada del 2015 y 2016, aún como estudiante de la Escuela de la Fundación, pero la primera vez que lo hago interpretando el papel protagónico de la princesa Aurora, “la bella” por eso me hace tanta ilusión ya que no solo marca nuestro regreso a los escenarios con la Compañía si no que representa mi crecimiento como bailarina y ese paso de estudiante a bailarina profesional. Por otro lado me llena de orgullo sumarme a los nombres de las bailarinas de Compañía Ballet de El Salvador que han interpretado anteriormente este papel, Diana Aranda en el 2007 y luego Lucía Figueroa en el 2014 y el 2016.

Foto: Cortesía Fundación Ballet El Salvador

Justamente el año pasado, antes de la cuarenta domiciliar a causa de la pandemia del COVID-19, tuve la oportunidad de interpretar a Titania en Sueño de una noche de verano y luego el papel del Hada de Azúcar en El Cascanueces para la temporada al aire libre que tuvimos.

¿Te ha costado mucho integrarte a la nueva forma de ensayos bajo protocolos sanitarios?
Al inicio fue difícil acostumbrarse a bailar con mascarilla, pero con el paso del tiempo todos nos hemos acostumbrado y ya es parte de nuestra rutina. Desinfectamos todas nuestras cosas, la barra, los espacios en los cuales entrenamos, y de esta forma cuidarnos entre todos y que el arte pueda seguir, que creo que es lo más importante.

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¿Cómo viviste junto a tu familia el confinamiento obligatorio y la suspensión de todo tipo de actividades artísticas para evitar contagios?
Fue todo un reto adaptarse a ese nuevo estilo de vida pues estábamos acostumbrados a correr entre universidades, trabajos, el ballet y muchas otras cosas y de repente todo se detuvo, pero aprovechamos este tiempo para hacer y aprender cosas nuevas y valorar nuestro día a día.

¿Para ti, que lección nos ha dejado este alejamiento físico que nos impone la COVID-19?
Apreciar todo lo que hacemos en la cotidianidad pues no sabemos cuándo será la última vez que podamos disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

CRISTHIAN LAZO

El talentoso hondureño se profesionalizó en Estados Unidos. Foto: cortesía de Fundación Ballet de El Salvador

El talentoso hondureño de 21 años comenzó su recorrido por el ballet a los 12 años, en la Escuela Nacional de Danza de Honduras. Luego, tuvo la oportunidad de continuar su formación en el Dance Theatre of Harlem de Nueva York y el Marat Daukayev School of Ballet, en Los Angeles, California, de donde se graduó. Precisamente, en el Marat Daukayev tuvo la oportunidad de compartir con estrellas de la danza de nivel mundial. “… esto definitivamente me marco muchísimo porque pude ver a todos estos bailarines maravillosos, aprender de ellos, y explorar mis propias posibilidades para convertirme también en un gran bailarín”.

¿Qué significa para ti ser protagonista principal de La Bella Durmiente, en esta nueva temporada del Ballet en tiempos de pandemia?
Ha sido un reto personal, primeramente, en cargar el peso de un papel principal en una de las obras más significativas del ballet clásico, pero a la vez un honor poder ser parte de esta gran producción especialmente con el Ballet de El Salvador.

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¿Es la primera vez que bailas esta obra? ¿Ya habías sido personaje principal en alguna otra coreografía?
En el papel principal del príncipe Desirée es la primera vez, pero anteriormente durante mi formación como estudiante pude interpretar otros roles de esta obra. Desde que me uní a la Compañía en el 20018 como solista, he tenido la oportunidad de interpretar personajes principales en las producciones de El Cascanueces y justo antes de la pandemia del Covid-19 baile el papel de Oberón en el ballet Sueño de una noche de Verano, junto a Marcela con quien ahora bailaremos los principales en esta nueva puesta en escena de La Bella Durmiente.

¿Te ha costado mucho integrarte a la nueva forma de ensayos bajo protocolos sanitarios?
Ha sido un poco complejo el poder regresar a los salones y además con todos los protocolos, el poder adaptarse con lo de la limpieza el uso de mascarilla en las clases y ensayos, ya que al principio cuesta con la respiración, sin embargo, ahora se ha hecho más fácil. Nosotros en la Compañía la utilizamos para clases, ensayos y en también en nuestras presentaciones, incluso las que son al aire libres y en espacios abiertos. Es un reto, sí, pero nos permite continuar ejerciendo nuestra profesión y nuestro arte de manera segura para nosotros, nuestros compañeros y nuestro público.

La maestra Alcira Alonso no ha dejado de apoyar a sus alumnos, desde que comenzó con el Ballet de El Salvador en los años 70. Foto: cortesía Fundación Ballet de El Salvador

¿Cómo viviste junto a tu familia el confinamiento obligatorio y la suspensión de todo tipo de actividades artísticas para evitar contagios?
Mi familia vive en Honduras y acá en El Salvador vivo con amigos, también bailarines de la Compañía. Vivir todo esto en otro país lejos de tu familia es difícil, pero tuve la fortuna de estar con personas que se han convertido en mi familia, el hecho de bailar juntos con el Ballet de El Salvador ayuda mucho, ya que no solo somos compañeros de casa sino también de trabajo y nos apoyamos en todo.

Para uno como artista es necesario estar expuesto a las diferentes expresiones del arte, ir al teatro, museos, un concierto, en fin, el artista se alimenta del arte y la suspensión de este tipo de actividades ha sido dura. Poco a poco han regresado y eso me llena de mucha satisfacción, en diciembre hubo muchas actividades artísticas al aire libre fue un respiro increíble. Lo que más me emociona es volver al escenario con el Ballet, estuvimos al aire libre con El Cascanueces, pero no hay sustituto para el teatro, la magia de los escenarios, la sensación que te da cuando se abre el telón, es algo que no tiene comparación.

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¿Para ti, que lección nos ha dejado este alejamiento físico que nos impone la COVID-19?
Ser agradecido, aprovechar hasta cada momento y vivir al máximo. La vida es una y nuestra responsabilidad es vivirla a tope.

Las funciones tendrán lugar en el Teatro Presidente, los días viernes 18 de junio, a las 7:00 p.m., sábado 19 de junio a las 6:30 p.m., y domingo 20 de junio a las 3:00 p.m. Localidades numeradas, con un aforo de 700 personas, entrada General $10, Niños $5 (menores de 12 años). Los boletos están a la venta en quioscos Todoticket ubicados en Metrocentro, Multiplaza y Centro Comercial El Paseo, también pueden adquirirse en www.todoticketsv.com y en la taquilla del teatro los días de las presentaciones.