Henry Solís tenía solo 28 años, edad a la que llegó el 26 de marzo mientras se encontraba atravesando el camino para llegar hacia los Estados Unidos, en busca del "sueño americano". Había partido el 14 de febrero pasado junto a su esposa Stefany, desde el municipio de El Refugio, en Santa Ana.
La falta de oportunidades fue lo que empujó a Henry a tomar tal decisión. Según su prima, Roxana de García, el joven poseía un técnico en enfermería y desde 2013, año en que se tituló en el Instituto Especializado de Profesionales de la Salud (IEPROES), había estado en busca de un empleo estable en su profesión, sin embargo, solo había tenido trabajos eventuales o como enfermero particular.
La pareja de esposos, quienes se casaron en noviembre de 2019, "tenían muchas ilusiones y, por la falta de empleo, decidieron irse", afirma Roxana, quien además explica que Henry llegó a trabajar limpiando la hierba de las milpas y en otras áreas ajenas a su profesión hasta que se cansó y decidió abandonar el país.
El día domingo 16 de mayo, Henry y Stefany ya habían logrado cruzar la frontera de México y Estados Unidos, se encontraban en una zona que es jurisdicción de la ciudad de McAllen, en Texas, cuando el joven comenzó a sentirse mal y se desvaneció.
Stefany y otras personas que se encontraban en la travesía intentaron llamar al 911, sin embargo, sus teléfonos no pudieron tomar la señal necesaria para realizar la llamada. Su esposa apenas pudo enviar un audio vía WhatsApp a su familia, donde les decía que Henry había fallecido.
Su familia en El Salvador, al momento de enterarse de la noticia, guardaban las esperanzas de que el joven aún estuviera con vida, Roxana afirma que ellos querían escuchar que todo se trataba solo de un desmayo, sin embargo, la mañana del lunes recibieron la confirmación de la muerte del salvadoreño.
"Henry se me murió", fueron las únicas palabras que Stefany pudo decirle a la familia del joven, quien según las autoridades estadounidenses falleció por un paro cardíaco, cuando solo estaba a un par de horas de llegar a la ciudad de Houston, donde un familiar los esperaba.
Ni su prima ni nadie en la familia se explican por qué Henry falleció de un paro cardíaco, sobre todo, porque era un joven saludable que, incluso, salía a correr y no tenía vicios. No obstante, tampoco descartan la idea de que las condiciones inhumanas y el clima al que se expusieron durante el trayecto pudo haber afectado considerablemente su salud.
"Su mamá está destrozada", afirma Roxana al hablar de Carmen Elena Ramos, la mamá de Henry, a quien él deseaba ayudar en cuanto se estableciera en Estados Unidos y lograra encontrar un empleo.
El último día que la familia se logró contactar con el joven fue la mañana del mismo domingo en que murió y, desde entonces, su familia compuesta por doña Carmen, su hermana Adriana y sus hermanos Osvaldo y Fernando, no han hecho otra cosa que llorarlo y encontrarle explicación a lo sucedido.
Solicitan ayuda para repatriar su cuerpo
El martes 18 de mayo, los familiares de Henry se acercaron a la Unidad de Derechos Humanos de la Cancillería salvadoreña para poder saber cuál es el procedimiento para poder repatriar el cuerpo de Henry y poder sepultarlo en su país, cerca de su familia, sin embargo, supieron que son ellos quienes deben correr con los gastos para poder traer al joven de regreso.
La noticia ha generado preocupación en la familia, sobre todo porque es Adriana, la hermana mayor de Henry, quien se encarga de los gastos del hogar, además tiene una pequeña de 4 años y se encarga de los gastos médicos de doña Carmen, debido a que es hipertensa y diabética.
El sueldo de Carmen no alcanza para cubrir los gastos de repatriación, mismos que podrían ser de entre 5 mil y 10 mil dólares, por lo que ha habilitado la cuenta número 00361-027813-6 del Banco Agrícola, que está a nombre de la hermana de Henry, Adriana Ramos, para que las personas que estén en la disposición de ayudarles lo hagan.
Por su parte, la familia y amigos del municipio realizarán mañana, sábado 22 de mayo, una colecta de fondos en una actividad que tiene programada la Alcaldía del municipio, misma que les dio el espacio para poder vender distintos productos y poder así recolectar el dinero suficiente y traer de regreso a Henry.
"El único consuelo que nos queda es que su muerte fue natural", explica Roxana con la voz entrecortada, a la vez que finaliza solicitando ayuda al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, o a algún otro funcionario que pueda ayudar a agilizar los trámites para la repatriación, mismos que podrían tardar hasta un mes, según la información que recibió la familia en Cancillería.