El Sonsonate Fútbol Club tiene un problema grave de deudas con los jugadores y, además, podría perder la categoría, una medida que en nada ayuda a saldar los salarios de los más afectados, pero que es la única a la que sigue recurriendo la Fesfut y sus afiliados, y que deja desprotegidos a los protagonistas.
Estos llevan más de dos meses esperando que se les pague lo estipulado en sus contratos y la fecha límite para ello era la noche de este martes 18 de mayo. Al no cumplir, estaría violando con el reglamento y, por ende, podría perder la categoría de Primera División, con lo que habría una plaza más disponible para el plan de jugar con 13 equipos.
La posibilidad de que pierda la categoría es real, pero dependerá también de lo que determine la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut) ya que esta ha perdonado y extendido plazos en el pasado a varios equipos cuando han faltado a esta reglamentación y no sería extraño que vuelva a ocurrir.
Otra de las situaciones que suele suceder es que los equipos vuelven a aparecer simplemente con otro nombre, como el caso actual de A.D. Chalatenango, que antes se llamaba C.D. Chalatenango. Se inhabilita a los responsables directos para que no puedan ejercer más en el balompié (al menos por un tiempo), pero esa medida tampoco abona en nada al impago salarial.
Sin embargo, trascendió que este día fueron convocados para recibir sus salarios cerca del mediodía, según reportes del periodista Guillermo Hernández, quien, posteriormente, en su cuenta de Twitter explicó que " (los) jugadores de Sonsonate no recibieron el pago de su deuda. Les pidieron firmar finiquitos, pero con promesa de pago, la otra semana".
El martes también se rumoraba que los jugadores serían llamados para recibir sus pagos a través de un mecanismo que incluye finiquitos para algunos. Sin embargo, esto no ocurrió.
Hace unos meses, Sonsonate marginó de su plantel a tres jugadores por hablar de impagos, lo que no solo viola los estatutos del jugador de FIFA, sino también los derechos de los trabajadores en este país. Como bien señala la FIFA, esta es respetuosa de las leyes nacionales y, al no haber una ley especial laboral para los futbolistas, estos también pueden acudir a la legislación nacional. Eso sí, no pueden llevar el mismo caso paralelo en los juzgados nacionales o en la Fesfut.
Históricamente, los jugadores han sido presionados por diversos equipos y directivos para que firmen finiquitos por montos menores a los que les corresponde por contrato, bajo la coacción de amenazarles con no entregarles sus cartas de libertad para que puedan firmar con otros cuadros después. Sin embargo, al incumplir su parte contractual el contratante, el contrato como tal puede romperse (tras un proceso legal) y quedar liberado el jugador, sin que esto implique que el contratante no deba pagar lo ya trabajado.
Sin embargo, muchos equipos han dejado con deudas a cientos de trabajadores en el pasado, en casos como el de Balboa, Chalatenango, Juventud Independiente, Vista Hermosa, entre otros, sólo por recordar casos sonados de Primera División.
En su momento, el presidente de la Liga, Samuel Gálvez, mencionó que si algún equipo llegaba a descender administrativamente, como podría ser el caso de Sonsonate, se quedarían con 12 plazas en Primera y ya no 13.
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