La primera vez que la tragedia tuvo una imagen precisa en la vida de Xiomara, fue a sus 4 años. Ella fue encontrada abandonada entre cabras, la niña presentaba desnutrición severa y ya tenía ceguera.
De eso hace 8 años. Y hasta hoy, su padre no sabe por qué tiene discapacidad visual, ya que cuando ella nació era una niña sana. ¿Qué causó las cicatrices en su cabeza, por qué su madre la dejó en esa situación? Son parte de las interrogantes que aún no logra responder el padre de Xiomara.
Al ver las cicatrices en la pequeña niña, el papá de Xiomara pensó que la niña había sido maltratada, “tal vez hasta podría haber perdido hasta algún miembro (órgano). Porque eso me decían cuando yo comencé a llevar a tratamiento por las cicatrices, pero gracias a Dios no ha perdido ningún miembro, o no padece de más nada. Lo único que perdió fue la visión”.
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Xiomara, producto de la tragedia que le sucedió en su niñez , está marcada por dos cicatrices en la cabeza y en su dorso.
Ahora la niña sufre una segunda tragedia. A sus 12 años, fue cuando su malestar develó un embarazo y una violación, facilitada por el confinamiento en el contexto de la pandemia. Atrás quedaron los días de juegos entre primas y otro dolor se sumó al calvario de la humilde familia, del área rural, del occidente del país.
La guía y apoyo del Colectivo Feminista han permitido que esta familia pueda iniciar el proceso judicial contra el pariente que agredió a la niña, el cual ya está detenido. La sencillez de la familia y su buena fe les impiden entender por qué el pariente les hizo tanto daño.
Esta familia sí dio el paso al proceso judicial, pero su valentía es la excepción, no la regla en estos casos.
Angélica María Rivas Monge, del Colectivo Feminista, explica que las bajas cifras de denuncias en la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fiscalía General de la República (FGR) no es porque no se hayan cometido los delitos de agresión sexual, sino que no se denuncian porque lo consideran una vergüenza para la propia familia.
“Imagínese lo difícil que es para un adulto, imagínese cuando es una adolescente, una niña, o un niño, y más cuando el agresor es alguien del círculo de la familia. Cómo se siente la familia de avergonzada, o no quieren que se vaya preso porque también hay un vínculo afectivo con el agresor. Hay un montón de elementos que inhiben la denuncia en estos casos”, lamenta Rivas Monge.
Para el Colectivo Feminista, otro de los factores que influyeron a una baja en las denuncias, se debe a que las familias también estaban preocupadas por llevar alimento y sobrevivir durante el confinamiento.
“Si unimos todos los elementos, claro que va a ver una baja en las denuncias; pero luego hay que cotejarlas con el número de nacimientos, con el número de niñas que tiene su salud en tratamiento porque están embarazadas, hay que cotejarlas con las alcaldías viendo cuántos asentamientos van a haber en los próximos meses de criaturas que nacen producto del embarazo, no toda violación va a terminar en un embarazo, pero lamentablemente sí pasa”, expresa.
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Mario Soriano, coordinador de la Unidad de Atención Integral a la Mujer, Niñez y Adolescencia del Ministerio de Salud (Minsal) comenta que el año pasado el 22 % del total de mujeres embarazadas atendidas eran adolescentes.
“Hemos atendido partos entre los meses de enero a marzo. Salieron embarazadas de su casa y el embarazo es uno de los resultados de la vulneración de derechos que está ocurriendo en nuestro país. Ejemplo de ello la violencia sexual que está siendo ejercida por personas que están cerca del vínculo familiar de donde la adolescente transcurre, estoy hablando de papás, padrastros, tíos, primos y todas aquellas personas que están en contacto frecuente”, reitera Soriano.
Agrega que las adolescentes y niñas tienen mayor riesgo de padecer hipertensión a causa del embarazo, infecciones en las vías urinarias, retraso del crecimiento del bebé en formación, por lo cual es importante ver el embarazo desde una mirada de la salud.
“La agresión sexual que sufrió la niña de 12 años es un caso gravísimo porque nos recuerda que tenemos que revisar la ley. Primero hay que hacer una política pública fuerte para prevenir el abuso en niños, niñas y adolescentes”, dice Rivas Monge.
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Además de trabajar de forma integral en las consecuencias que genera el abuso sexual en la niñez y adolescencia, “nosotras desde la Colectiva venimos trabajando diciendo que los casos de violencia sexual donde es una niña con discapacidad, el aborto debería ser una excepción, debería haber una causal que el aborto sea permitido, por el tipo de lo que estamos hablando, porque es un drama una situación tremenda de lo que le pasa a esta niñas y adolescentes, y lamentablemente ese cambio legislativo no se ha dado y niñas como Xiomara sufren las consecuencias”, denota.
El Colectivo Feminista critica duramente al actual Conna en el caso dela niña de 12 años, debido a que aunque ella tuvo controles prenatales y hubo acompañamiento de la PNC en brindar transporte para sus controles, sin embargo, no tuvo un apoyo psicológico por parte de la institución encargada de velar por los derechos de la niñez y adolescencia.
“Ella necesitaba otro nivel de atención porque es una niña con discapacidad visual del área rural, con una abuela que la cuida, que tiene poca capacidad de movilizarse dada su condición”, expresa la organización.
A juicio del Colectivo Feminista, la niña no tuvo más opción de cargar sola junto a su abuela el embarazo a causa de la violación.
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