Uno de los programas más recordados y queridos desde México hasta Argentina es la vecindad de El Chavo del 8, con él todos sus personajes vienen a la memoria y más de alguna carcajada también. Es normal que al escuchar sobre el programa los nombres de Quico, la Chilindrina, el Profesor Girafales, Doña Florinda, la Bruja del 71 y demás, se nos vengan a la mente, pero, ¿cuáles eran los nombres y apellidos de estos queridos personajes?
¿Cuál era el nombre de El Chavo del 8, ese niño que se llegó a pensar que vivía en el barril del patio de la vecindad, pero que en realidad vivía en el departamento 8? Según la historia, este personaje fue bautizado por Roberto Gómez Bolaños, quien además lo interpretaba, como Rodolfo Pietro Filiberto Raffaello Guglielmi.
Sin embargo, terminó por ser conocido como se le llama a un niño de forma coloquial: "chavo", "chavito".
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La historia de este niño abandonado por sus padres y a quienes no conoció, terminó encontrando un hogar en la bonita vecindad. El barril era sólo su escondite, pero en realidad vivía con una señora en el departamento que arrendaban. El 20 de junio de 11971 se emitió por primera vez el programa televisivo y desde entonces robaría el cariño de la audiencia.
Hubo un personaje bastante particular que conservó su nombre, todos sabemos quién es: Don Ramón. Él fue la excepción porque Gómez Bolaños aseguró en más de una vez que no era un producto de su ingenio, sino una realidad. Tanto el actor y personaje eran uno mismo. De hecho ese fue el requisito que Bolaños le pidió cuando lo llamó para participar en su proyecto, "Sé tu mismo", le dijo Chespirito a Ramón Valdés.
Además, el personaje no nació en El Chavo del 8, ya existía.
Por lógica, ya sabemos cuál era el apellido de la Chilindrina, pero, ¿cuál es su nombre? Sin querer queriendo, Gómez Bolaños lo reveló en su libro El Diario del Chavo del 8 publicado en 2006: Espergencia.
Un nombre nada fácil de pronunciar.
La actriz Florinda Meza también heredó el nombre a su personaje y se convirtió en Doña Florinda, viuda de un marino que naufragó en altamar. El apellido de la señora de los rulos era Corcura y Villalpando. Ahora bien, ese niño caprichoso, petulante, berrinchudo, vestido con un traje de marinero y acompañado de una pelota tan redonda como la de sus cachetes parecían tener origen en un pomposo Bardón de la Regueira. Sin embargo, cuando hacía enojar a su madre, esta lo llamaba por Federico. El nombre de Quico, interpretado por Carlos Villágran, sería Federico Bardón de la Regueira.
Después de tantos años de viuda (suponemos que así es) es normal que se haya vuelto a enamorar y todos sabemos que moría de amor por el Profesor Jirafales, también conocido como Maestro Longaniza o Ferrocarril Parado por las bromas de sus alumnos. Jirafales no era sobrenombre, era el apellido. Y quizás el amor idílico que vivía con Doña Florinda, casi adolescente, hacía un guiño en su nombre: Inocencio.
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Ahora bien, otro de los personajes principales es el Señor Barriga, tan temido por Don Ramón cuando en vano iba a reclamarle la renta. El recibo lo firmaba como Zenón Barriga y Pesado.
¿Te parece que Roberto Gómez Bolaños era creativo para nombrar a sus personajes? Todos eran producto de la ironía y el contrasentido. Al fin de cuentas, lo haría con él mismo: Chespirito no era más que una distorsionada abreviación de Shakespeare.