José, de 70 y tantos años, está destrozado por la barbarie cometida por Hugo Ernesto Osorio Chávez el viernes anterior en Chalchuapa. Tres de las cuatro víctimas son sus parientes: una hija y dos nietos.
Este domingo, mientras hacía los preparativos para la velación de sus descendientes, José lamentaba que ni su hija Mirna y su nieta Cristina le hubiesen agarrado el consejo de no darle tanta confianza al que resultó ser un asesino, según él.
El sábado anterior, las autoridades identificaron a las dos mujeres como Mirna Cruz Lima, de 57 años, y Jacqueline Cristina Palomo Lima, de 26, madre e hija.
Arriaza Chicas aseguró que concluyeron la etapa de flagrancia, lo que permitió establecer más involucrados en la masacre de Chalchuapa. VIdeo EDH / Jorge Beltrán.
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Pero José dijo a El Diario de Hoy que uno de los dos cadáveres hallados en la fosa corresponde al del otro hijo de Mirna; lo identificó como Alexis Palomo Lima, de 23 años.
El otro cadáver dentro de la fosa, según fuentes fiscales, corresponde al hermano de Osorio Chávez, el principal sospechoso capturado cuando llegó la policía a la escena del crimen, pues se había intentado suicidar cortándose las venas.
Esta última víctima, de acuerdo con fuentes policiales y fiscales, es traficante de personas y propietario de un vehículo Kia Soul que era utilizado por Hugo Ernesto, quien supuestamente le colaboraba en el negocio ilícito de tráfico de personas hacia Estados Unidos.
Quiénes eran las otras tres víctimas
Mirna, la mayor y madre de Cristina y Alexis, era secretaria pero ya se había jubilado. Atendía una tienda cerca del vecindario donde residía, en las afueras de la ciudad de Santa Ana, a 24 kilómetros al norte de donde fue asesinada con sus hijos.
Cristina era cosmetóloga pero también trabajaba en una gasolinera de Santa Ana. Al menos eso dijeron algunos de sus vecinos.
Por su parte, Alexis el más joven, estudiaba tercer año de Medicina en la Universidad de El Salvador, sede de Santa Ana.
Algunos vecinos lo describieron como un joven callado pero con ansias de superación. Paralelo a su carrera de Medicina, también estaba aprendiendo a fabricar puertas y balcones en hierro, es decir, mecánica obra de banco.
Fueron precisamente esas ansias de superación el punto débil que supuestamente Hugo Ernesto aprovechó para inducido a que viajara a Estados Unidos de forma ilegal.
Alexis iba a hacer el viaje
De acuerdo con parientes de las víctimas, hace tres días, Mirna le había entregado a Hugo Ernesto la suma de 7,000 dólares como anticipo de pago para que Alexis se fuera hacia Estados Unidos, guiado por el hermano de Hugo Ernesto.
Eso es lo que saben parientes y algunos amigos del joven.
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De cómo Mirna y sus dos hijos llegaron hasta la casa de Hugo no se sabe.
Aparentemente, Mirna y Cristina cerraron la tienda aproximadamente a las 8:00 p.m. del viernes.
De ahí no se supo más, hasta la mañana del sábado, cuando en el vecindario se se supo que Mirna y Cristina eran dos de los cuatro asesinados en la casa 11 del Callejón Estévez (o callejones Los Gatos, como mejor lo conocen los lugareños), barrio Apaneca de Chalchuapa.
Las advertencias de José
José, el padre y abuelo de tres víctimas, recuerda con pesar las advertencias que le hacía a Mirna y a Cristina, sobre Hugo Ernesto.
Afirma que siempre les dijo que no le dieran mucha confianza "a ese varón porque presentía que no era buena persona".
Según José y algunos vecinos, Hugo Ernesto apareció de la nada… Aparentemente llegó a comprar a la tienda de Mirna y ahí se fue ganando la confianza de tal nivel que de repente hasta les ayudaba a despachar en la tienda.
"Este varón no es buena pieza, deberían de retirarlo; no le den cabida (confianza)" les decía. "Pero nunca me hicieron caso", dice José a manera de lamento.
Los vecinos afirman que la confianza que Hugo Ernesto se había ganado parecía mucha, tanto que lo miraban entrar a la tienda y atenderla como si fuera parte de la familia.
Los parientes de las Mirna, Cristina y Alexis creen que la muerte de ellos y la del hermano del sospechoso capturado podría estar relacionada a los 7 mil dólares que le entregaron como adelanto a Hugo Ernesto para que se los diese a su hermano, el traficante de personas.
En conferencia de prensa este domingo en Chalchuapa, el ministro de Seguridad y el director de la policía dijeron que investigaban si tanto el sospechoso como otro pariente de éste (el hermano asesinado) estaban relacionados al tráfico de personas.
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Al decir de vecinos de Osorio Chávez, este era considerado como un vecino normal; con la peculiaridad que miraban que llevaba varias mujeres a la casa donde vivía, que le gustaba el licor y sus vecinos más inmediatos aseguran que a veces era insoportable el olor a mariguana que se sentía en dirección de la casa de "don Hugo".
"Uno conoce a la gente por fuera pero jamás sabe lo que llevan dentro", reflexionó una anciana que vive a pocos metros de la casa donde fue cometida la masacre y que dijo conocer al sospechoso desde hace muchos años.