La batalla de las patentes de las vacunas

Casi un año y medio después de las primeras medidas públicas de lucha contra la expansión de la pandemia, las tensiones sociales y económicas aumentaron en el mundo. El costo financiero para los países está a la altura de la fuerza de la pandemia. Déficits públicos, deudas en muchos países, alimentan un malestar fuerte que pone en relieve el riesgo de una fractura del mundo entre los que pudieron sobrepasar la epidemia y los demás.

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Fotos: EDH- Archivo/ Imagen de carácter ilustrativo y no comercial/ https://www.instagram.com/p/B2HL6fIDKRP/

Por Pascal Drouhaud

2021-05-08 3:04:31

Histórica. Así puede calificarse la decisión del Presidente de los Estados unidos, Joe Biden, de apoyar ante la Organización Mundial del Comercio a países como India o África del Sur, que reclaman el levantamiento temporal de las patentes en la batalla contra la COVID-19.
El mandatario aparece como el promotor de la solidaridad internacional, poniéndose la ropa del defensor de los países con temáticas de desarrollo frente a los laboratorios farmacéuticos de los países ricos. Una prioridad: acabar con la pandemia. Obviamente cuando se trata de los Estados, la buena voluntad humanitaria acompaña mecanismos realistas la batalla futura, teniendo un potencial de confrontación y llevando sobre campos futuros de innovación tecnológica entre países.
Esa decisión tiene un impacto mundial por varias razones:
—al nivel político y técnico anuncia un cambio drástico con la posición sostenida hasta estos últimos días, por los Estados unidos : en octubre de 2020, con la Unión europea, Reino unido, Japón, se opusieron entonces a este demanda en nombre de la protección de la propiedad intelectual. Hoy en día, demuestran que toman en cuenta la evolución internacional a raíz de la propagación de la pandemia
- en termino de imagen, quieren mostrar una atención hacia la mayoría del mundo que sufre sin poder vacunarse. Como ocultar el hecho que 1.1 mil millones de vacunas han sido inyectadas hasta hoy. Pero la repartición mundial no es equitativa : son solamente casi 20 millones que lo fueron en África. India desde semanas, ha vuelto el ojo del huracán epidémico, con mas de 400,000 casos diarios de contaminaciones, mas de 4000 muertos diarios.
A la par de esta realidad, otras cifras demuestran distorsiones entre varias esferas y hablan más que cualquier discurso: Pfizer ganó 3.5 billones de dólares en el primer trimestre de 2021. ¿Cómo explicar, sin mostrar compasión, una realidad económica frente a una crisis sanitaria, en que más de 156 millones de personas han sido contaminadas en el mundo y 3.6 millones murieron?
Casi un año y medio después de las primeras medidas públicas de lucha contra la expansión de la pandemia, las tensiones sociales y económicas aumentaron en el mundo.
El costo financiero para los países está a la altura de la fuerza de la pandemia. Déficits públicos, deudas en muchos países, alimentan un malestar fuerte que pone en relieve el riesgo de una fractura del mundo entre los que pudieron sobrepasar la epidemia y los demás.
Al nivel ético, la decisión es noble. En la práctica, los especialistas afirman que el levantamiento de las patentes no permitirá, a corto plazo, es decir para ese año y 2022, una mejoría del suministro de las vacunas.
La dificultad lleva, por decir la verdad, sobre la producción en los países en vía de desarrollo tanto como sobre las transferencias de tecnología y el saber hacer, el “know-how” para fabricar las vacunas. India, que enfrenta una crisis muy fuerte, dispone de la industria para realizar una versión de la vacuna de AstraZeneca pero no la tiene para las vacunas ARN messager.
Esa realidad alimenta lo que aparece como un principio de diferencia de apreciación entre los Estados Unidos y Europa: para ella, más allá de una declaración sobre las patentes, el tema concierne las exportaciones en el mundo de las vacunas. La presidenta de la Comisión Europea declaró esa semana que “Europa es la principal exportadora de vacunas en el mundo”.
Ahora bien, la decisión de Washington en poner entre paréntesis, las protecciones internacionales sobre la propiedad intelectual podrían permitir producción de cualquier vacuna en el mundo sin correr riesgos de juicios. Conciernen los que implican una tecnológica inédita, con resultados eficaces, de ARN, a través de Pfizer o Moderna tal como otros laboratorios que están en contra de la medida anunciada por los Estados Unidos.
Podrán resistir a la presión cuando las imágenes de India, la situación en Brasil, fragilidades en otras partes del mundo demuestran la necesidad de una campaña mundial de vacunación para poder controlar seriamente el virus. Pero, por cierto, la decisión norteamericana podría significar un cambio del contrato social que enlaces las administraciones con la industria farmacéutica. Prioridad actual de su administración, la decisión del Presidente Biden, abre nuevos espacios y perspectivas en materia de lucha global contra la pandemia.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr