“Daban ganas de llorar al ver arder su negocio": Vendedores de Santa Ana luchan por sobrevivir tras devastador incendio Decenas de vendedores siguen sin reponer las cuantiosas pérdidas que les dejó el incendio dentro del mercado de Santa Ana. Aseguran que no han recibido un informe oficial sobre lo que provocó el desastre y que levantaron sus nuevos locales a base de créditos.
Por Yessica Hompanera
2021-04-24 9:54:32
La noche del 10 de marzo de 2021 está grabada en la mente de todos los comerciantes que tenían sus puestos comerciales dentro del mercado central de Santa Ana, luego de que un incendio de grandes proporciones destruyera todo por lo que habían trabajado durante décadas. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Reina Isabel Blanco y Antonia Martínez cargan agua desde una cantarera hasta su puesto ubicado a una cuadra del mercado en ruinas. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Herber Morán, un zapatero de 47 años de edad, se muestra desalentado al recordar el incendio, pero espera recuperarse de su pérdida. Este era el lugar donde trabajó por varios años y que era el sustento de su familia. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Herber camina sobre el pasaje que da a su negocio, ahora en ruinas. Foto EDH/ Yessica Hompanera
“Daban ganas de llorar al ver arder su negocio, perder miles y su sistema de vida. Cuando yo vine, ahí estaban mis láminas y ni me las quise llevar porque era estar recordando todo ese desastre que se vivió”, explica Herber con resignación. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Lissette Ramírez, de 42 años de edad, es una vendedora de comida casera y a pesar que han pasado varias semanas todavía no logra recuperarse. Reconoce su puesto porque estaba un lado de una gruta del Sangrado Corazón. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Lissette fue movilizada con otros comerciantes en el parque Isidro Menéndez, ubicado entre 8a Avenida Norte y Segunda Calle Poniente. Una cuadra abajo del mercado incendiado. Su puesto es muy reducido a comparación del que tenía, asegura. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Hasta la fecha los comerciantes no han recibido ningún tipo de respuesta técnica de la causa del siniestro, pero creen que se generó en un puesto con mala conexión eléctrica. Foto EDH/ Yessica Hompanera
“Se me fue el alma cuando vi el fuego en la sección del puesto de nosotros”: es la expresión con la que José Flores, de 60 años, resume esa fatídica noche. Este era el puesto de panes con pollo que levantó junto con su esposa. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Explica que la noche no dejó ver la magnitud de la destrucción si no hasta el siguiente día. Comenta que esa misma mañana preparó panes con pollo para seguir trabajando. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Después del incendio máquinas llegaron a limpiar y amontonar los escombros. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Mario Tejada se para sobre el espacio del que durante muchos años fue su lugar de trabajo con su esposa Marta. Ellos administraban un conchodromo. Foto EDH/ Yessica Hompanera
“Llegamos tarde y no logramos sacar nada más que unas banquitas. Lo único que nos quedó fue una pila”, dice él mientras que Marta lo reafirma. Foto EDH/ Yessica Hompanera
En el parque Isidro Menéndez han adecuado los negocios con los bancos que hay en el lugar. Este es el interior del conchodromo de Marta y Mario. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Marcela Raquel Vides Orellana, 34 años, no recuperó ni una píldora de su venta de medicina en el incendio. Para su suerte logró conseguir productos para lograr venderlos en el parque convertido en mercado. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Los comerciantes aún no saben hasta cuándo podrán regresar al mercado, ya que tendrán que esperar a que el nuevo gobierno municipal, dirigido por Gustavo Acevedo (de Nuevas Ideas), tome el mando. Acevedo ha prometido ayudar con crédito a los afectados y la construcción de otro establecimiento. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Al entrar al mercado destruido se puede respirar malos olores y se encuentran animales calcinados. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Así fue como quedó un inodoro dentro de un local de vestidos de quinceañeras y novias. Foto EDH/ Yessica Hompanera
Las cajas de cervezas y sodas quedaron desechas por el fuego. Foto EDH/ Yessica Hompanera