Carpintero de Ciudad Delgado crea pupitre para proteger a su hija de la COVID-19 en clases

La preocupación de un padre por que su hija pudiera infectarse de COVID-19, en el regreso a clases presenciales en la escuela, lo llevó a despertar el ingenio para protegerla con los materiales que conoce bien: madera y vidrio.

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Willian, papá de la niña, dice con mucho orgullo que le tomó siete horas crearlo, gracias a su destreza y habilidad con la madera, ya que es carpintero de oficio. Foto EDH/ Jonatan Funes

Por Jonatan Funes

2021-04-17 9:00:54

Allison Nicol López Ramos, de seis años, estudiante de preparatoria del Centro Escolar Cantón San José Cortez de Ciudad Delgado, recibe sus clases dentro de un cubículo de madera y vidrio que su padre le construyó, para evitar que se contagie de la COVID-19 en el regreso a las clases presenciales.

Son siete niños los que comparten aula con la pequeña Allison. Todos los estudiantes siguen las medidas de protección en el aula; usan mascarilla, se lavan sus manos con jabón y se aplican alcohol en gel. Los pupitres están separados uno del otro con una buena distancia y al fondo sobresale el cubículo de protección donde se sienta la menor.

William Ernesto López Vásquez y su hija Allison Nicol López Ramos posan atrás del pupitre que le fabricó. En todo el centro educativo, ella es la única que tiene un pupitre personalizado. Foto EDH/ Jonatan Funes

William Ernesto López Vásquez, de 41 años, es el padre de Allison Nicol y creador del pupitre. Con mucho orgullo cuenta que le tomó siete horas crearlo, gracias a su destreza y habilidad con la madera, ya que es carpintero de oficio. La pieza está fabricada de árbol de conacaste y la valora en unos 45 dólares aproximadamente.

FOTOS: Así es el pupitre personalizado que un ingenioso carpintero construyó para proteger a su hija del COVID-19

“Había visto en los noticieros sobre cómo los chinos habían comenzado ir a la escuela tomando una rotunda evolución, modificando los pupitres. Viendo que mi hija iba a venir a la escuela presencialmente decidí hacerle un cubículo personal, y así nació la idea de hacerle su pupitre”, especificó.

Un deseo que el padre tiene es que otros alumnos se puedan proteger de igual forma que su hija, por lo que hace un llamado a las autoridades de educación a que se tome de ejemplo implementando este proyecto a nivel nacional, para que las escuelas sean lugares más seguros.

La maestra Vilma Martínez se sorprendió cuando el padre de Allison llevó a la escuela el pupitre personalizado. La docente apoya totalmente la iniciativa. Foto EDH/ Jonatan Funes

“Fuera bueno que se implementara a nivel nacional, aquí en San José Cortez es bastante tradicional la carpintería, somos la primera fuerza de fabricación de muebles a nivel nacional y por eso decidí hacerle el pupitre a mi hija. Lo hicimos en un lapso de siete horas. La madera que lleva es de conacaste y cortés blanco, en el contorno lleva vidrio de tres milímetros para que sea resistente a cualquier golpe y está protegida recibiendo su clase”, concluyó Vásquez.

El centro educativo recibe alumnos desde preparatoria hasta noveno grado, únicamente en el turno de la mañana; en total son 260 matriculados, de los que solo estarían asistiendo de forma presencial el 40%. El resto continúa trabajando con las guías en sus casas, según el subdirector de la escuela.

Allison Ramos, de 6 años de edad, es estudiante de preparatoria en el centro escolar cantón San José Cortez, en Ciudad Delgago. Ella trabaja en el pupitre que su padre le fabricó para que pudiera estar más protegida del COVID-19 en su regreso a clases luego de un año sin estudiantes en las escuelas. Foto EDH/ Jonatan Funes

Vilma Martínez, maestra de Allison, comenta que le parece una idea muy atractiva, innovadora y eficaz, que es el único pupitre en todo el centro educativo y en la zona, ya que no hay otro similar en las escuelas de los alrededores.

“Me parece muy atractiva la idea y correcta, porque está tratando la manera que la niña asista al centro escolar y de protegerla”, afirmó.

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Los docentes se han tomado muy en serio todos los protocolos de bioseguridad y al terminar las clases desinfectan las aulas y los pupitres. En la hora del recreo, han implementado que los estudiantes salgan en bloques, es decir, a cada grado le corresponden diferentes horarios para que puedan salir al receso, alimentarse o jugar sanamente.

El turno de Allison y sus compañeros para salir a recreo es a las 9:30 a.m., aprovecha a comer pero sobre todo para jugar en el corredor de la escuela, con un deslizadero montable acorde a su edad, mientras que la profesora Vilma se mantiene alerta para que todos sus alumnos mantengan la distancia y se laven las manos luego del receso. “Tomando las medidas de bioseguridad para protegerlos en la escuela, en la casa y en la calle”, afirmó.

William es carpintero con muchos años de experiencia y asegura que es uno de los mucho fabricadores y proveedores de muebles que hay en el cantón San José Cortez, Ciudad Delgado. Foto EDH/ Jonatan Funes

Por su parte, el padre de Allison confía en Dios para que la situación del país mejore, y cree que la población a acatado bastante el protocolo y autocuido.

“Con la vacunación y sí nosotros como padres hacia los niños seguimos implementando las medidas para evitar el COVID-19 creo que vamos a superarlo”, aseguró.

Si hay interesados en el trabajo del carpintero, lo pueden buscar en las redes sociales como Cedro Arte y a través del numero celular 7168-5374.