Haber robado un teléfono celular le saldrá caro a Alfredo Omar Díaz, de 32 años. Tuvo que admitir ante un juez que robó, tuvo que pagarle $300 a su víctima, más de lo que vale el aparato, y tendrá que hacer trabajo de utilidad pública en vez de no estar en prisión.
El pasado 9 de febrero, Alfredo tomó del cuello a una joven y le arrebató el teléfono que ella usaba en ese momento cuando caminaba sobre la Primera Calle Poniente, en los alrededores del Colegio La Asunción, de San Salvador.
Eran las 6:30 de la mañana. La joven había sacado su Samsung J7 para enviar unos mensajes cuando fue asaltada.
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El ladrón salió corriendo y la víctima fue tras de él. Para fortuna de la joven, unos policías que patrullaban la zona fueron alertados de que un hombre corría y lo interceptaron en la Alameda Juan Pablo II. Cuando lo revisaron le hallaron un teléfono celular, se lo mostraron a la joven y ella dijo que el aparato le pertenecía.
Según un reporte de Juzgados, Alfredo admitió el robo a la joven y logró mediante un proceso abreviado que el juez le rebajara la pena.
El Juzgado 5o. de Paz de San Salvador lo condenó a realizar 144 jornadas de trabajo de utilidad pública y le extinguió la responsabilidad civil porque pagó a través de su abogada $300 a la víctima.