En un breve discurso, el enviado de Joe Biden para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, reiteró que luchar contra la corrupción es el eje central de la política de EE. UU. hacia la región.
“Cuando hablamos de la corrupción, no nos referimos únicamente al dinero”, dijo y añadió que detrás de los fondos desviados a intereses “egoístas”, hay hospitales desabastecidos, barrios inseguros, pobre acceso a la educación y otras necesidades básicas de la población no cubiertas. Y esto empuja a la gente a emigrar de manera irregular, afirmó.
Además, dijo que la corrupción contamina otras áreas de una democracia y más allá de fondos desviados, ve un desafío de algunos funcionarios corruptos a las reglas.
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“La administración Biden ha dejado claro que la lucha contra la corrupción es fundamental en nuestro apoyo a Centroamérica”, recalcó.
Prueba de ello es que en su primera jornada de trabajo en El Salvador, Ricardo Zúñiga sostuvo importantes reuniones con actores relacionados a la transparencia y el combate al abuso de fondos públicos.
Además de reunirse con el fiscal general, Raúl Melara, y el titular de la CICIES, Ronalth Ochaeta, sostuvo pláticas con líderes de instituciones del Estado importantes para el combate a la corrupción, como la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Ética, la Procuraduría General de la República, la Corte de Cuentas, el Instituto de Acceso a la Información y la Corte Suprema de Justicia.
Además, conversó con Fusades, DTJ, la UCA, Funde, Cristosal y Acción Ciudadana. Estas organizaciones velan por la transparencia. Esto coincide con el mensaje de EE. UU., que ha enfatizado que además de gobiernos, dialogará activamente con sociedad civil.
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