Rosa María Vargas salió de su casa en Usulután, a las 5:00 de la mañana, en busca de la funeraria donde se velaban los restos de Roberto Reyes, comediante salvadoreño mejor conocido por su personaje Primo Chomo, quien falleció la noche del uno de abril en San Salvador.
Ella quería despedirse del locutor que por décadas le ayudó a sobrellevar los retos del día a día. Nunca lo conoció en persona, hasta que se animó a viajar por seis horas para unirse a la familia del también periodista y actor en los Funerales Modernos de la capital.
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Ya en la funeraria, la salvadoreña de 51 años no pudo contener las lágrimas al recordar todas las ocasiones en que Chomo la hizo reír y olvidarse por un rato de sus problemas. "Aunque nosotros estuviéramos deprimidos, él siempre nos dio esa esperanza de seguir adelante a pesar de nuestros problemas y nuestras tristezas", expresó doña Rosa.
Ella, como miles de salvadoreños, se dejaron conquistar por el talento y el ingenio de Reyes, quien desde los años 80 colocó a Chomo tras los micrófonos radiales. Esta fiel admiradora, que lo escuchó desde los años del conflicto armado, manifiesta que lo recordará siempre como "un hombre con gran corazón, con un gran entusiasmo, increíble".
Igual recuerdo guardará su colega y amigo Alfredo Barahona, locutor de Radio La Chévere y promotor de artistas nacionales, quien asegura que el artista siempre estaba alegre e irradiaba ese sentimiento a todo el que se le acercaba.
Vargas no pudo acompañar el cortejo fúnebre hasta el cementerio, pues el viaje de regreso a su casa era largo.
Familia y amigos acompañaron los restos del comunicador hacia el Parque Memorial La Resurrección, donde fueron enterrados antes del mediodía de este sábado 3 de abril. Durante el sepelio, los presente lanzaron sobre su féretro rosas blancas como símbolo de su cariño.
Durante el acto fúnebre, sus hijos, Roberto Reyes Jr., Chomito y Joaquín Reyes agradecieron a los familiares y amigos que los acompañaron para darle el último adiós a su padre, quien por años sacó sonrisas a miles de salvadoreños.
"Como familia agradecerles todo el cariño, todo el aprecio que le tenían a mi papá... nos hemos dado cuenta como la gente en redes sociales a reaccionado a su fallecimiento, pero más que todo celebrando su vida, celebrando toda esa alegría que él siempre nos daba... Nos enseñó como darle amor a nuestra familia, respetar y amar a nuestra madre y querer y amar a nuestros hermanos" dijo jr. Roberto Reyes.
Por otra parte, entre lágrimas y recuerdos, Joaquín Reyes se dirigió a las presentes para expresar el gran ejemplo que fue su padre en vida. "puede llegar hasta aquí su materia (cuerpo), pero su esencia es la que queda en cada uno de nosotros, su recuerdos, su amor, su alegría y esa forma tan característica que él tenía".
"Agradecemos a cada uno de ustedes porque siempre estuvieron pendientes de él, pero hay una persona a quien le quiero agradecer con todo mi corazón, mi tía" debido a que ella fue quien cuido a su madre y a su padre por mucho tiempo. "Estamos aprendiendo a vivir sin ellos" culminó Joaquín Reyes.
Reyes falleció víctima de las complicaciones que sufrió por una neumonía y la insuficiencia renal que padecía, según informó su hijo Roberto Reyes Jr., "Chomito".
Gerónimo Alumbración Silverio Calixto de La Concepción, Primo Chomo, alegró a los salvadoreños por décadas, en diferentes emisoras: Radio YSKL -donde nació el personaje-, Radio Cuscatlán, Radio Diez y Radio Fiesta. En esta última emisora, transmitía sus ocurrencias y buen humor en su programa "La hora de la cucharada", en dos franjas: muy temprano en la mañana y por la tarde.
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Chomo, originario del cantón San Jaquiero, resaltó la personalidad del cuscatleco campirano con un lenguaje coloquial cargado de ingenio y picardía. En una de tantas entrevistas, confesó que si él llegaba a ser diputado sería ¡pulido! y que su mujer ideal era la Pancha, "... chiquita, pechita, pispireta".
También confesó que el secreto de Chomo para ser un salvadoreño pulido es... la humildad. Hasta siempre primoooooo.