El doctor Nelson L. Turcios, un incansable pediatra neumólogo cuyo corazón siempre está cercano a su natal El Salvador, ha sumado un logro más a su carrera tras convertirse en editor invitado de la prestigiosa revista Pediatric Clinics of North America.
Turcios, residente en Nueva Jersey, Estados Unidos, explicó que trabajó en la edición especial dedicada al tema “Manifestaciones Pulmonares de Enfermedades Pediátricas”, publicado en febrero de este año, y en el cual brinda información sobre síntomas respiratorios en el contexto de diversas enfermedades que aquejan a niños y adolescentes.
“En esta publicación soy coautor de tres (artículos). Uno es ‘Manifestaciones pulmonares de enfermedades genéticas’; el otro es ‘Manifestaciones pulmonares de enfermedades neuromusculares’ y el otro es ‘Manifestaciones pulmonares de enfermedades dermatológicas’ ”, explica.
De acuerdo a lo que manifestó, sería el primer hispano editor de esa importante revista especializada.
Su publicación ha sido bien recibida e incluso el doctor Mark Cohen, quien funge como Presidente de la Asociación Latinoamericana de Enfermedades del Tórax, le ha externado una felicitación.
“En Estados Unidos es considerada esta publicación de mayor estatura y el que me haya invitado a servir de editor para mí es un honor”, apunta el profesional salvadoreño.
La revista, en su página oficial, señala que en ella se brinda lo último en información sobre temas relativos a la salud de estos sectores de la población; se trata de publicaciones bimensuales enfocadas en un solo tema y que son presentados bajo la dirección de un experimentado editor.
Aunque el compatriota está retirado de la práctica médica, sigue laborando como profesor de Pediatría en la Escuela de Medicina Hackensack Meridian, siempre en Nueva Jersey.
El doctor Turcios, quien es originario de Santa Rosa de Lima, La Unión, ya ha sido editor en dos ocasiones anteriores: una en su libro “Complicaciones Pulmonares de Enfermedades Pediátricas” (2009), cuyas regalías donó al Hospital de Niños Benjamín Bloom; la otra cuando en 2012 fue invitado a editar en el simposio “Celebración de Neumología Pediátrica”, publicado en la revista internacional Paediatric Respiratory Reviews.
Su libro ha estado expuesto en importantes congresos de neumología pediátrica.
Este galeno, de carácter alegre y emprendedor, suma más de 50 artículos y capítulos publicados. Incluye uno sobre el síndrome de las costillas que se deslizan y pinchan nervios intercostales provocando un fuerte dolor; además de otros escritos sobre salud respiratoria pediátrica y humanismo, que ha difundido en periódicos.
El compatriota proviene de una familia humilde que vivía en el barrio El Recreo, detrás de la Parroquia de Santa Rosa de Lima; gracias a una beca se graduó de la Escuela de Medicina de la Universidad de El Salvador en 1973. Hizo su año social en Ilobasco, Cabañas. Luego se formó durante tres años en el Hospital Benjamín Bloom, hasta que su interés por especializarse lo lleva a optar por realizar estudios en Estados Unidos.
Según cuenta, en aquella nación continuó sus estudios de pediatría en la Universidades de Mississippi y Maryland; posteriormente se formó en neumología pediátrica, en el Hospital Centro Médico Nacional de Niños en Washington DC., tras lo cual obtuvo su certificación del American Board en Pediatría y en Neumología Pediátrica.
Llegar a ser un profesional de primer nivel no ha sido fácil. La situación económica de su casa, durante la niñez y adolescencia, le llevó a trabajar fines de semana y vacaciones vendiendo productos lácteos y telas que traía de Honduras para poder costear sus estudios de educación básica en su pueblo.
Algunos familiares, al ver su interés por seguir estudiando, le tendieron la mano para que viniera a estudiar bachillerato en Ciencias y Matemáticas en el Instituto Nacional General Francisco Menéndez (INFRAMEN), de San Salvador, pero siempre siguió trabajando, incluso durante su primer año de estudios en la universidad estatal.
Luego de especializarse en Estados Unidos su regreso al país ya no fue posible debido al estallido de la guerra.
El neumólogo pediatra estableció la División de Medicina y Odontología de Nueva Jersey (ahora conocido como Rutgers New Jersey Medical School) y el primer Centro de Fibrosis Quística de mayor nivel en ese estado, institución que le nominó para recibir un reconocimiento a la excelencia en la enseñanza y servicios clínicos.
La huella del connacional en el campo médico es grande y es muy apreciado también por sus colegas en Nueva York.
Ha participado en investigación clínica. Él es uno de los que en 1994, junto a otros especialistas de la Universidad de Colorado, estuvo encargado de evaluar la prueba de sudor creada como análisis diagnóstico de la fibrosis quística, esto de cara a que fuera autorizada por la FDA. “Hoy es el método más usado en todo el mundo”, afirma.
Más allá de su pasión por la medicina, el doctor Turcios siempre ha sido cercano a la gente y ha enfocado esfuerzos hacia la comunidad, tanto en Estados Unidos como en su país de origen en donde la Asamblea Legislativa lo nombró en 2013 Hijo Meritísimo. Y en Santa Rosa de Lima fue titulado Hijo Notable.
Es de esta forma que ha sido miembro activo del Comité de Directores de Make –A Wish Foundations of NJ; de la Comunidad Unida para Rehabilitación de Adictos; del Comité Médico de la Fundación Fibrosis Quística capítulo Nueva Jersey. A partir de 2011 es miembro votante del Comité de Farmacia y Terapéuticos del New Jersey Health, que evalúa medicamentos terapéuticos para el cáncer.
El neumólogo pediatra también brinda charlas motivacionales a estudiantes de noveno grado en la región central de ese estado.
Como parte de la Make a Wish Foundation también tuvo la oportunidad de enviar a muchos niños latinoamericanos a Disney.
En El Salvador ha hecho donativos de medicina al Hospital Bloom; de igual manera ha hecho contribuciones similares a hospitales de otras naciones de la región.
Turcios, quien además ha recibido un reconocimiento como médico Humanista, mantiene interés por seguir contribuyendo con el país, a donde hasta antes de la pandemia solía venir a dar conferencias y tratar pacientes en el Hospital Bloom.
Según detalla, también mantiene en sus planes donar equipo al Hospital de Santa Ana, al Hospital de San Vicente y al de San Miguel, así como dar conferencias.
No pierde la esperanza de que, en algún momento, pueda ser invitado por la Asamblea Legislativa a fin de proponer la adquisición de medicinas para la devastadora enfermedad de la Fibrosis Quística.
El especialista está agradecido con su familia que le ayudó, con la Universidad de El Salvador que a través de la beca le dio la oportunidad de trazarse una mejor vida, a compañeros y amigos que siempre le animaron.
Sobre los retos que se enfrentan en la medicina, considera “que los pacientes quieren profesionales de salud competentes, compasivos, que les escuchen y que les comuniquen efectivamente. Se necesita de algo más para ser un buen médico que tener múltiples diplomas colgados en la oficina o anunciarse en comerciales. Yo siempre creo firmemente que el paciente debe ser evaluado en serio y no en serie”.