Joven enfrentó a la muerte, lo deportaron y ahora ayuda a las personas a través de TikTok

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Aguilar es uno de los voluntarios que ayudó a Nay a llevar una cama nueva para Luis Galicia, quien sufre de diabetes tipo 1. Él se decidió a ayudar después de que Nay le brindó apoyo para la operación de su mamá. Foto EDH/ Francisco Rubio

Adonay actualmente se dedica a ayudar a personas que viven en extrema pobreza en su municipio. Hace unos meses logró, con la ayuda de más voluntarios, construirle una casa a una mujer con sus dos hijos. "Yo los encontré durmiendo en un cafetal, tapándose con un plástico. No me podía quedar solo viendo", comenta Nay. Foto EDH/ Francisco Rubio

Para llegar a la casa de Luis se debe de entrar por un costado de la calle en la colonia La Gloria, Ahuachapán. Foto EDH/ Francisco Rubio

Adonay se apoya de sus amigos, Maurico y Luis Galicia, para realizar los videos para YouTube. Foto EDH/ Francisco Rubio

Adonay Santos es conocido como "Nay Santos". Él tiene una cuenta en TikTok, donde tienen más de 148 mil seguidores. En su cuenta narra su emprendimiento y sus obras de caridad. Foto EDH/ Francisco Rubio

El 21 de febrero del 2020 Adonay emprendió su viaje de forma ilegal a los Estados Unidos en búsqueda de superarse y darle una mejor vida a sus seres queridos. Durante su travesía estuvo a punto de morir en múltiples ocasiones. Foto: Cortesía de Adonay Contresas

"Yo iba preparado para tirarme del tren por si me querían atrapar, pero no para tirarme de un avión”, recuerda. El joven hace alusión a que en su viaje en avión de regreso a El Salvador no se le permitió pararse de su asiento durante el vuelo, ni siquiera para ir al baño. Foto: Cortesía de Adonay Contresas

Durante el camino conoció a otros migrantes con el mismo destino y formaron un grupo para hacerse compañía. Él y los demás migrantes tomaban turnos para dormir. Uno descansaba y el otro se quedaba despierto por si tenían que huir de "la migra" y saltar del tren en movimiento. Foto: Cortesía de Adonay Contresas

Ahora de regreso a su realidad en El Salvador, "Nay" se prepara desde las 4 de la madrugada para abastecerse de las quesadillas que luego ira a vender al centro de Ataco para lograr el sustento diario. Él no cuenta con el apoyo económico de ningún familiar. Foto EDH/ Francisco Rubio

Su motocicleta la compró de segunda mano y chocada por $300. Poco a poco la fue reparándola y es única manera de poder transportarse y vender su producto en el centro de Ataco. Foto EDH/ Francisco Rubio

"Nay" vive en el cantón la Laguna, Ahuachapán, ubicado enfrente del eco parque el espino. De su casa al centro de Ataco son 15 o 20 minutos de viaje. Es el mismo tiempo que le tomaría a él llegar a la frontera de El Salvador con Guatemala. Foto EDH/ Francisco Rubio

Cada día sale a vender 30 quesadillas. Cada una con un valor de $2. Su ganancia la ocupa para poder comprar al siguiente más producto. Foto EDH/ Francisco Rubio

"Nay" llega al centro de Ataco desde muy tempranas horas del día y se va del lugar a las 10 de la mañana. De no lograr vender todo su producto, publica en sus redes sociales para que las personas interesadas le puedan comprar sus quesadillas. Foto EDH/ Francisco Rubio

Los habitantes del centro de Ahuachapán ya lo conocen. Algunas personas lo esperan afuera de sus casas para comprarle su producto. Foto EDH/ Francisco Rubio

Al llegar al centro de Ataco se reúne con sus amigos, quienes le han dado consejos y espacios para vender sus quesadillas. Los amigos de "Nay" se dedican a vender pan francés y dulce. Foto EDH/ Francisco Rubio

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Adonay sale todos los días con la intención de superarse profesionalmente y como persona. Logra que las personas al rededor de él se sientan en confianza porque él ha estado en situaciones precarias. Su viaje también lo ha hecho comprender las necesidades que tienen otras personas. Foto EDH/ Francisco Rubio