Científicamente, está comprobado que la risa auténtica tiene múltiples beneficios: elimina el estrés, las tensiones, la ansiedad, la depresión y alivia dolores. Además, aporta una cuota muy necesaria de aceptación, comprensión y alegría. Toda esta actividad tiene un trasfondo psicológico con alto impacto en nuestra vida diaria.
Andrea McLeod es licenciada en Psicología. Su especialización es la meditación y el bienestar emocional. Sus decisiones de vida la acercaron al mundo de la comedia, lugar desde el que ayuda a otros a vivir el momento presente y ocuparse por el hoy. McLeod mezcla sus múltiples talentos para ayudar a otros a enfrentar con efectividad los problemas de la vida y de salud mental. Conoce más de su trabajo en sus propias palabras.
Para poner a nuestros lectores en contexto, ¿quién es Andrea Mcleod?
¡Qué complicada esta pregunta! Soy psicóloga, en esta rama me especializo en la meditación y el mindfulness. En 2017 me fui a meditar y a viajar por el mundo, eso me ayudó a entrar a la lógica de la meditación y ahora trabajo para crear espacios en los que las personas que están en situación de sufrimiento -que somos todos- puedan acercarse a la meditación. He tenido un recorrido en las artes escénicas, que son una parte bien importante de mi carrera. He sido malabarista, he estado en el tema “clown” y en los últimos 7 años me he dedicado al tema de la comedia, hago “stand up comedy”.
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¿De donde surge esa combinación entre comedia y psicología?
A mí me gusta mucho disfrutar de la risa y ver a otros reír. Creo yo que en la medida que pasa el tiempo nos vamos volviendo serios, al grado de que se considera como una cualidad positiva estar serios. Hay personas que te dicen “te ves serio”, como algo bueno. En esa búsqueda de hacer reír a otros fue que empecé en el tema del “clown” y eventualmente me moví del lado de la comedia, que involucra bastante escritura, bastante pensamiento y mucha teorización sobre la realidad. Eso me permitió a mí darle otro giro a la realidad, que si la vemos de forma plana, encontramos en ella mucho dolor. Pero con la comedia puedo llevar situaciones tristes y angustiantes al ridículo y así reírme de esas realidades. La comedia es un escape ante la difícil realidad. Con mi comedia también busco hacer que el público se pregunte sobre nuestro papel y situación como sociedad, para burlarnos de cierta forma de esas problemáticas.
¿En qué proyectos has trabajado como psicóloga y comediante?
Como psicóloga comencé a trabajar temas medioambientales. Luego formé el primer circo social en El Salvador, un proyecto que desarrolle con algunos jóvenes de la comunidad Las Palmas, donde enseñé a los jóvenes a hacer malabares para mostrarles que hay más cosas en las que se pueden involucrar, ese fue un proceso de dos años. Luego pasé a trabajar en cuidado infantil con especialización en cuidado dentro de orfanatos. También he trabajado en proyectos de UCA-MINED sobre la primera infancia y ahorita estoy trabajando con “Médicos del mundo”, una organización que brinda apoyo a las personas que están en algunas instituciones como el CONNA y el ISNA.
En la parte de la comedia tengo un show semanal que se llama “Standpea”, también he estado en radio haciendo comedia mezclada con psicología que se llamaba “La psicóloga turbia” que mezclaba un poco de consejería –algo que no hacen los psicólogos- de una manera turbia y con humor.
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Hablemos un poco sobre tu trabajo en la comunidad Las Palmas ¿qué es un circo social?
La comunidad Las Palmas que se ubica en la colonia San Benito, ha sido conocida por mucho tiempo por la presencia de pandillas. Sin embargo, cuando yo aprendí a hacer malabares lo hice con algunas personas que hacen este arte en la calle. Mi pareja de aquella época era un teólogo que vivía en esta comunidad y así fue como poco a poco empecé a trabajar con los habitantes de Las Palmas. Yo investigué sobre la psicología detrás de los malabares y comencé a dar un curso de verano en la escuela de la comunidad, aproximadamente tuvimos unos 15 jóvenes en ese primer ejercicio. Luego lo fuimos ampliando a una reunión dominical, durante dos años, ahí aprendimos malabarismo y “clown”. Luego el proyecto quedó en mano de los líderes comunales y ha ayudado a muchos jóvenes. Tanto que uno de los chicos de la comunidad se fue becado para estudiar acrobacia y artes circenses a México, fue algo bien especial.
¿Qué es el mindfulness?
Tiene su origen en la tradición de la meditación. Una tradición que se remonta a 2400 años atrás, en la región de la India. El doctor Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, comenzó a realizar ciertos estudios sobre como el mindfulness ayudaba a las personas diagnosticadas con depresión y ansiedad. Él creo las intervenciones basadas en mindfulness para el control de la depresión; a partir de él, otros investigadores siguieron desarrollando el concepto y a buscar usos sociales. El mindfulness es la versión científica de la práctica meditativa. Esto forma parte de las terapias de tercera generación dentro de la psicología, que es lo más novedoso que existe en cuanto a intervenciones. En español podemos traducirlo como “atención plena”, con esto se busca tener la mente llena del momento presente para reducir la cantidad de pensamientos automáticos y negativos.
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¿De qué forma podemos vivir en el presente?
El pasado ya no existe y no se puede hacer nada para cambiar algo que ya sucedió. Por más que le demos vuelta a los problemas del pasado no va a cambiar, simplemente nos va a generar tristeza en el momento presente. El futuro tampoco lo podemos modificar porque es algo que no ha llegado, aún no existe. Las proyecciones o planes a futuro son inciertas y eso también nos genera ansiedad. Solo existe el momento presente. Lo que nos beneficia de vivir aquí y ahora es que podemos transformar nuestro entorno, ponemos más atención a la realidad y nos perdemos menos en nuestros pensamientos. Si nos podemos más filosóficos, según algunos autores el 50% de nuestra actividad mental diurna se ocupa en divagación mental. Quiere decir que la mitad de nuestra vida pasamos divagando sobre situaciones en las que no vamos a tener control o no van a ocurrir. Estar en el presente nos ayuda estar en conexión con nuestras familia, sentir a las personas que amamos y eso nos llena de felicidad.
¿Cuáles han sido los retos a los que te has enfrentado durante tu carrera como psicóloga y comediante?
Uno de los retos como psicóloga es que al hablar sobre meditación, por la relación que tiene con la tradición budista, muchas personas consideran que estamos hablando de religión, pero no es así. Ese tipo de pensamientos me han bloqueado algunos espacios en los que mi trabajo podría tener mayor incidencia social.
Uno de los retos dentro de la comedia ha sido tocar temas delicados. Eso ha sido un gran reto porque me hace repensar muchísimo más la comedia para que el chiste no ofenda pero también lleve al espectador a una reflexión social. También el concepto que muchas personas tienen sobre comedia genera algunos conflictos. La gente está acostumbrada a ver comediantes que se trasvisten y hablan sobre sexo haciendo vulgaridades y eso se vuelve comedia. Para mis colegas y para mí eso ha sido un reto, el poder establecer otro tipo de comedia, que sea más pensada y que siga un guión. También me he enfrentado a personas que cuestionan mi mezcla de comedia y psicología.