Las dos banderas, una de Vamos y una de Nuevas Ideas, que adornan la vivienda de Aquileo Díaz Monteagudo, describen de manera fiel los resultados de las elecciones municipales en el lejano municipio de San Isidro, en el departamento de Morazán.
Aquileo, como la mayoría de habitantes de esta remota localidad, está más que agradecido con el gobierno central por la construcción del puente “María Chichilco”, que terminó con años de angustia y dificultades para poder cruzar el río Torola, y acceder así a los cultivos que muchos habitantes tienen al otro lado, o para movilizarse al vecino municipio de Torola.
“Estamos agradecidos con el gobierno por ese puente que nos ha construido, pues ya no ponemos nuestra vida en peligro”, expresa Aquileo mientras descansa en su tienda, donde ofrece artículos de primera necesidad, en las cercanías del puente, en el cual trabajadores del Ministerio de Obras Públicas continúan con la construcción de muros de contención, para proteger la estructura del puente que mide 94 metros de largo, a pesar que este fue inaugurado por las autoridades el pasado 29 de diciembre de 2019.
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Sin embargo, la obra soñada y necesaria que se convirtió en la primera bandera de propaganda del gobierno actual el mismo día que asumió el poder, no logró convencer a los habitantes de San Isidro para desistir de votar de manera razonada y elegir a su alcalde, basándose en la persona y no en la bandera, porque según explican, el ganador conoce y se identifica con sus necesidades.
La sorpresa de San Isidro
Por primera vez desde la firma de los acuerdos de paz, un partido político y en este caso Nuevas Ideas, fundado por el presidente Nayib Bukele tras su expulsión del FMLN, se convirtió en la “aplanadora” no solo en la Asamblea Legislativa, sino también al ganar 153 de las 262 alcaldías de todo el país.
Las otras municipalidades se dividen entre los otros partidos tradicionales, como son ARENA, FMLN, GANA, PCN y PDC.
San Isidro fue la excepción. Los habitantes de este municipio, que tiene una extensión territorial de 11,51 km2 y una población de 2,847, decidieron votar por el representante de un partido no tradicional y sin pasado político: Carlos Alberto Coca, candidato de Vamos.
Coca, de 36 años, es el tercero de siete hermanos que crecieron junto a su madre en una pequeña vivienda de paredes de vara de bambú y techo de tejas al lado de una calle empinada del cantón El Rosario, donde lo que abunda son las necesidades. Concepción, su madre, se ganaba el sustento para sus hijos moliendo maíz en una piedra, para las tortillas de los mozos que trabajan en los cultivos de parientes y vecinos.
La falta de agua, escasez de oportunidades, carencia de servicios básicos y la falta de unidades de transporte público son de los principales problemas que enfrentan en el cantón donde Carlos nació y donde ha vivido toda su vida.
La situación económica obligó a que sus dos hermanos mayores emigraran a Estados Unidos en busca de un mejor futuro para ellos y todos los familiares que quedaban en El Salvador. Fue así como Carlos tuvo la oportunidad de poder continuar sus estudios en la universidad, hasta obtener un título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, profesión que no ha ejercido debido a la falta de espacios laborales en su municipio.
“Venimos de la pobreza, por eso entiendo las necesidades de la gente y decidí participar con Vamos, porque es un partido limpio, nadie lo ha manchado”, expresa el edil electo, mientras atiende la entrevista en la modesta sala de su vivienda, donde hay dos mesas de madera, una juguetera con un televisor antiguo, unas cuantas sillas de plástico y dos hamacas.
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Al finalizar la entrevista, se dirige a hacer un viaje desde San Isidro hasta Torola en un camión con el que se gana la vida, el cual compró con la ayuda de sus hermanos que viven en el exterior.
Ese camión es el que le ha acercado a Carlos con los pobladores del municipio y le ha permitido mostrar solidaridad y empatía con sus vecinos. “No importa la hora que la gente venga, si necesitan un viaje se los hago. Si no tienen cómo pagar, no les cobro. Este camión lo he ocupado hasta de ambulancia”, comenta.
La victoria del partido Vamos ha sido una sorpresa tanto para el candidato como para el equipo que lo apoyó. La contienda fue difícil ante dos partidos que tenían todos los recursos para realizar campaña electoral. “Me enfrenté a dos partidos fuertes: ARENA, que tiene muchos recursos económicos, y Nuevas Ideas que contaba con el apoyo del presidente Bukele. Pero la población no votó por la bandera sino por la persona”, agrega con orgullo el alcalde electo.
Las calles de San Isidro son la prueba de la desventaja que Coca tenía con sus oponentes durante la campaña electoral. En todo el pueblo solo se observan dos carteles del partido Vamos, mientras los otros institutos políticos tienen presencia con carteles por doquier. Cuando se les pregunta a algunos residentes del porqué ganó Carlos en el municipio, todos coinciden con las palabras: humildad y solidaridad.
Aquileo, que colaboró en la campaña del candidato de Vamos, recuerda que algunos contrincantes “les hacían chiste” porque era un candidato nuevo y de un partido desconocido. “Teníamos esperanza de ganar y cuando ganamos fue una sorpresa para ellos porque nos echaban de menos”, se regocija.
Jaime Argueta, quien vive a unos metros de la casa del alcalde electo, considera que la gente aceptó votar por Carlos porque es una persona humilde, y “sé que él va a cumplir las promesas que hizo”. Según comenta Jaime, entre esos compromisos están la restauración de las canchas para que los jóvenes tengan un espacio para hacer deporte y la creación de un laboratorio clínico, pues por el momento, si necesitan realizarse un examen médico básico, deben ir hasta San Francisco Gotera o San Miguel.
Belky Espinales, residente del cantón El Rosario, dice que mucha gente decidió apoyar a Carlos basándose en su humildad, y “los otros partidos no han trabajado como nosotros esperábamos”, comentó.
Los resultados electorales muestran que el municipio está dividido en tres preferencias político partidarias. El padrón electoral del municipio de San Isidro está compuesto por 2,800 votantes, de los cuales solo 1,828 ejercieron el derecho al voto, mientras que 972 no lo hicieron.
El partido Vamos obtuvo 595 marcas, que le valieron quedarse con la silla edilicia; ARENA obtuvo 508 marcas y Nuevas Ideas logró 502 votos.
Sin embargo, Carlos tiene claro que una vez pasada las elecciones esa división debe quedar atrás y explica que tiene como meta gobernar con transparencia e igualdad. “Cuando me eligieron hasta ahí llegó la bandera, tengo que gobernar para todos, sin importar las preferencias partidarias. Estoy dispuesto a hacer un esfuerzo para que concejales y toda la gente se involucre en la búsqueda de soluciones”, añade.
Xiomara Ventura, de 31 años, residente del barrio El Centro, considera que es importante que desde las alcaldías se brinde más apoyo y se tome en cuenta a las ADESCOS (Asociaciones de desarrollo comunal), porque ellos conocen las necesidades prioritarias de sus caseríos y cantones y pueden ser claves en la búsqueda de soluciones.
Un municipio con muchas necesidades
El municipio de San Isidro, conformado por los barrios El Centro y El Calvario y los cantones El Rosario y Piedra Parada, fue incluido en los 50 municipios con menor desarrollo humano en 2005.
Xiomara considera que en la localidad hay muchas necesidades, pero la prioridad para el nuevo alcalde debería ser el mejoramiento del abastecimiento de agua potable.
Coca explica que el agua es uno de los problemas más graves, el municipio no cuenta con servicio de agua potable de ANDA. El líquido que llega a los habitantes de San Isidro es de una vertiente de agua que nace en el municipio aledaño, San Simón. El agua es administrada por una asociación de residentes y un segundo proyecto que es manejado por la municipalidad.
El alcalde electo considera que es urgente buscar otra vertiente, hacer nuevos tanques que puedan reforzar los dos proyectos que funcionan en la comunidad y para ello piensa buscar financiamiento internacional, al llegar a la comuna.
Xiomara explica que como residente de San Isidro le gustaría que también se le apostara a la educación porque, debido al nivel de pobreza que existe en el lugar, muchos padres de familia no cuentan con un teléfono inteligente, acceso a internet, o con la capacidad económica para pagar las copias de las guías que los alumnos necesitan para sus clases en casa. Xiomara sugiere una fotocopiadora y una impresora municipal.
Por otra parte, le gustaría que hubiera programas encaminados a fortalecer el empoderamiento de las mujeres a través de talleres vocacionales. “A veces siento que nos afecta el asistencialismo, porque la gente ya no busca cómo generar sus propios ingresos”, puntualiza Xiomara.
Ante las expectativas de los habitantes de San Isidro, Carlos solo espera recibir las credenciales que lo acrediten como alcalde, para la búsqueda de fondos que le permitan llevar desarrollo a su municipio y de esa forma no defraudar a los que votaron por él. “Ya hicimos historia al ser el único municipio que ganamos con Vamos y lo que deseo es gobernar de una forma transparente”, concluye el abogado de profesión.