Como para el olvido. Y quedando a deber. Así terminaron ayer el Atlético Marte y AD Chalatenango, que firmaron un 0-0 con ausencia de todo, y con el reflejo del momento que viven ambos conjuntos en esta fase de grupos. Los norteños llegaron a cuatro puntos, y los carabineros sumaron el primero.
A la primera mitad, le faltó ritmo, dinámica, más espectáculo. Hubo pocas oportunidades a marco, pero la mejor estuvo del lado de los norteños. La más clara, al 15’, llegó con un puntazo a puerta de Chevone Marsh, que se terminó por estrellar en la base del primer poste.
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Los marcianos trataban de sorprender con la contra, pero al igual que los visitantes no estaban finos en el último toque. Pero también, pesó en ambas áreas el trabajo de los porteros Matías Coloca y Henry Hernández, que estaban siendo figuras y salvando sus puertas.
Si bien tanto marcianos como chalatecos conseguían dar salida por los carriles, fue el cuadro morado el que metió más velocidad y fue al frente, generando más tiros a gol. De hecho, Coloca tapó, al menos, tres claras bajo sus postes (33’).
Chalate continuó con liguera posesión de pelota, cortando los circuitos de Marte y parándose mejor en las anticipaciones. Los carabineros, a la contra, lucían estáticos, sin salida, ausentes de una brújula que generara ofensiva o un guía que creara y filtrara balones adelante.
Era poco y nada lo que el equipo capitalino producía, prevaleciendo más las ganas y el coraje que la idea ordenada de pelear por el resultado. El empate, por momentos, parecía que era la idea a querer cuidar, para salvar al menos un punto.
El partido cayó en un bache, con intermitencias y pelotazos largos, con llegadas a ambas áreas sin peso. Varias jugadas a balón parado intentaron hacer el punto de quiebre, en un juego con una tónica que no cambió: Chalate atacando y Marte defendiéndose. Un monólogo que llegó así hasta el final.
El punto supo un poco más dulce para los locales, que sumaron su primer dígito del torneo, y tuvieron una al final (88’), con un disparo de Fernando Villalta, que se estrelló en el poste. Para los norteños, no resultó incómodo, ya que sumaron de visita, pero tuvieron para más.
