Apoyado con un bastón para poder caminar, Antonio Pérez Bennet, de 71 años, ingresó junto su esposa, Celina de Pérez al centro escolar Walter Thilo Deininger de Antiguo Cuscatlán, La Libertad. Justo a las 7:05 de la mañana abrieron ese centro de votación.
Los esposos Pérez Bennet fueron los primeros votantes del referido centro. Y aunque don Antonio tiene dolencias en sus rodillas, eso no le impidió estar 15 minutos antes de la apertura de las votaciones en esa escuela.
“Yo tengo problemas en las rodillas y dije voy a llegar primero, no me imaginé que iba a ser el primero”, dijo don Antonio, quien se convierte en un ejemplo de ciudadano para las nuevas generaciones.
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Tanto don Antonio como su esposa, Celina, destacaron las medidas de bioseguridad y la buena organización en ese centro de votación.
Don Antonio dice que “toda elección es importante, porque se juega el futuro del país”.

Es por eso que invitó a los salvadoreños a emitir el sufragio y así elegir a las nuevas autoridades legislativas y municipales.
“Tenemos que ser parte de la decisión, no solo recibir la decisión de los que otros votan”, dijo don Antonio.
En las elecciones 2021 parece ser que los adultos mayores fueron los primeros en ejercer el sufragio en diferentes centros de votación. Sin embargo, muchos de ellos han tenido que esperar hasta más de dos horas para poder votar, puesto que los centros de votación han empezado la jornada con más de una hora de retraso.
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Lorenza Diaz, de 94 años, llegó desde las 7:00 de la mañana junto a su hijo Aníbal Díaz para ejercer el voto como todos los años en el Centro Escolar Juana de López, en Ciudad Delgado.

“Quiero dar mi voto para elegir a las autoridades que van a quedar”, comentó.
Doña Lorenza ha votado desde los 24 años que se permitió ejercer el voto a las mujeres en el país.
“Es mi deber como ciudadana, quiero dejar mi voto hasta que el señor me lleve, puede que sea mi último voto”, añadió.
Su hijo Aníbal comentó que doña Lorenza siempre le pide que la lleve a votar aunque este enferma y le cueste caminar.
“Mi mamá me motiva a venir a votar porque no hay elección que ella no venga”, dijo Aníbal, de 54 años.
También María de Ponce, de 88 años, hizo fila durante más de una hora para poder ingresar al centro de votación.

Doña Mari asegura que aunque el país este en pandemia no podía dejar de votar, por lo que porta su mascarilla y usa alcohol gel para prevenir los contagios.
“Voy a venir a votar hasta que Dios me lo permita”, dijo María.
Por su parte, don Ponceano Soriano, de 82 años, se colocó como el tercero de la fila para ejercer el voto.
“Aunque no tengo quien me cuide, me vine a votar, porque es mi deber como ciudadano”, indicó el abuelo, quien también se quejó por los retrasos el centro de votación.
Un caso más es el de Azucena Sevillano, 57 años, quien fue la primera votante del Centro de Capacitación Vocacional Monseñor Romero de Ciudad Arce.

A las 7:00 de la mañana se levantó para emitir sufragio en la JRV 3954. “Tenía ratos de no venir, pero hasta hoy en las elecciones de presidente (2019) y en la legislativa (hoy) he venido a votar. Yo no venía porque no entiendo de eso, pero en la Iglesia Católica nos dijeron que éramos ciudadanos y teníamos que venir votar. Le pido a Dios que dirija a todas las personas que vengan a votar, que les de sabiduría y entendimiento para que voten por quienes crean conveniente. Y que no haya violencia, sino paz en el país”, dijo.
Otro caso fue el José Napoleón Mejía, 76 años, desde las 6:00 de la mañana llegó al centro de votación del boulevar Hipódromo para ejercer el sufragio. Aseguró que vino a Estados Unidos en diciembre para venir a votar.
Uno metros más atrás se encontraba Isabel Melgar Rodríguez, quien desde las 6:00 de la mañana esperaba poder entrar al centro de votación. En este centro de votación la fila para ingresar era larga causada por el retraso.

En el Centro Escolar Alejandro de Humboldt de Ahuachapán también se repitió la misma historia del retraso, pero no impidió que los salvadoreños esperarán para votar. Adela Cardona de Recinos acompañó a su esposo Marcelino Recinos Paniagua, 62 años, para ejercer el sufragio. Adela dijo que llegaron temprano para evitar aglomeraciones pero encontraron cerrado el lugar.
En Sonsonate Gloria de Casio, de 65 años, llegó junto con su esposo a ejercer el voto. Ella se queja debido a que por padecer una enfermedad crónica logró entrar temprano al centro de votación.
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“Creo que no merecemos estar mucho tiempo parados. Esto toda la vida ha pasado; ya todo tenía que estar listo”, señaló.

Mercedes de Cerritos es originaria de Izalco y tiene 85 años. Salió temprano de su casa para poder ser de las primeras en votar. Desde que tiene 18 años ha ejercido el sufragio.
Atilio Vásquez Corea de 99 años, acompañado de su esposa María de Vásquez se levantaron a las cuatro de la mañana para votar en el centro escolar Ana Rita Vélez de Moreira, en Quelepa. Don Atilo fue traído en carro y fue colocado en su silla de ruedas al principio de la cola para ingresar.

Don Ponciano Soriano también ha sido de los primeros adultos mayores que llegó a votar, molesto por la tardanza afirmó que siempre va a votar y que nunca habían abierto tan tarde.
María Petrona de 88 años llegó desde las 6:oo am con sus hijas, ella comenta que siempre ha votado y votará hasta que Dios se lo permita.


