Congresistas de EE. UU. piden a Biden no respaldar abusos, violencia política y corrupción del gobierno de Bukele

Según 15 legisladores estadounidenses, hechos como la intimidación a opositores, el atentado contra militantes del FMLN o la toma armada de la Asamblea Legislativa ponen en grave peligro la democracia y la estabilidad de la región.

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Foto EDH / archivo.

Por Ricardo Avelar

2021-02-25 7:01:35

En una carta dirigida al secretario de Estado, Antony Blinken, 15 congresistas estadounidenses manifiestan su “profunda preocupación con respecto a la violencia política, la intimidación y la corrupción en El Salvador”.

En esta, piden al gobierno de Joe Biden “evitar respaldar inadvertidamente a personas y sistemas no democráticos o corruptos”.

Los legisladores celebran que la Casa Blanca fortalezca las relaciones con los países del Hemisferio Occidental, algo “crítico para la estabilidad en la región”. Sin embargo, dicen que no es posible “ignorar las tendencias y tácticas violentas en la búsqueda de ganancias políticas”.

Ellos afirmaron que el gobierno lanza ataques constantes que golpean la democracia. Por ello, llaman a Estados Unidos a responder a tales acciones “con una denuncia amplia y una pronta condena” y llaman a que esta sea antes de las elecciones del 28 de febrero.

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Esto con el fin de “promover un proceso electoral pacífico, denunciar los ataques en contra de los avances democráticos logrados con los Acuerdos de Paz de El Salvador, y reafirmar el compromiso de los Estados Unidos con la defensa de los derechos humanos, la paz y la democracia en la región”.

La carta dirigida al jefe de la diplomacia del gobierno de Joe Biden cita como precedente de la violencia política y los abusos de poder del gobierno de Nayib Bukele la toma militar de la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020. “llevó un grupo de soldados armados y policías a la Asamblea Legislativa de El Salvador, después de que los y las legisladoras no le aprobaran un presupuesto multimillonario para implementar una fase de su propuesta de seguridad interna. Este fue un claro intento de intimidación y hostigamiento a la cámara y sus representantes. Asimismo, al ver cuestionada su autoridad, el presidente Bukele amenazó con disolver la Asamblea”, dicen los congresistas.

Asimismo, denuncian que en el proceso electoral actual, “el diálogo político se ha degradado en temas como intolerancia, violencia, soborno y corrupción” y añaden que “dichas tácticas posiblemente contribuyeron al ataque cometido el 31 de enero en contra del principal partido de oposición, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, en el que hombres armados dispararon contra los activistas políticos, matando a dos personas y dejando a cinco más heridos. Después del evento, la virulencia continúa sin tregua”.

Los congresistas trazaron un símil entre la violencia política en El Salvador y la toma violenta del Congreso de Estados Unidos, así como el empoderamiento de grupos radicales por parte del expresidente Donald Trump. Esto se logró, dicen, por medio de utilizar “la desinformación y la violencia para imponer el poder y la legitimidad”.

Asimismo, indican que pronunciarse en contra de los abusos en El Salvador le ganará al gobierno de Biden credibilidad en toda la región como un actor que procura la democracia y el Estado de derecho.

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“Nuestra relación con El Salvador debe continuar teniendo como base un avance sustancial hacia la democracia constitucional, la independencia política, los derechos humanos, la no violencia, y el respeto al Estado de Derecho. Al proteger estos valores en El Salvador, Estados Unidos puede promover con credibilidad la seguridad, la prosperidad y la democracia de todas las naciones de la región. Esperamos su respuesta y poder trabajar con la administración para impulsar valores democráticos en El Salvador y por el futuro de todas las democracias”, sentenciaron.

Esta carta se suma a otras condenas de legisladores estadounidenses por abusos de poder en El Salvador y a llamados que han hecho diversos congresistas para que la Casa Blanca no cometa el mismo error que la administración Trump, que avaló abusos de poder en El Salvador y aplaudió, por medio del entonces embajador estadounidense, Ronald Johnson, la presidencia de Nayib Bukele aun en sus momentos más cuestionables.

Esta carta fue liderada por el demócrata Jimmy Panetta, representante de California. El texto fue secundado por sus copartidarios James McGovern, Ilhan Omar, Jim Costa, Raúl Grijalva, Mark Pocan, David Price, Janice Schakowsky, Salud Carbajal, Hank Johnson Jr., David Trone, Jesús García, Anna Eshoo, Thomas Suozzi y Jamie Raskin.