Las eperanza de la economía mundial están puestas en que la vacuna contra el COVID-19 inyecte dinamismo a la producción global, el Banco Mundial en sus proyecciones de principio de año advirtió que la distribución de vacunas y las inversiones son clave para sostener la recuperación económica.
En un escenario aún poco optimista en el que los contagios siguen aumentando y se retrase la distribución de las vacunas, la expansión mundial podría limitarse al 1.6 % en 2021. Por otra parte, en un escenario positivo, con un control exitoso de la pandemia y un proceso de vacunación más rápido, el crecimiento mundial podría acelerarse hasta casi el 5 %.
Aunque otros ven un panorama menos esperanzados anunciando que tardará meses por lo menos hasta el segundo semestre de este año se vería el impacto positivo en la economía, a raíz de la vacunación.
Para la Agencia Internacional de la Energía rebajó una vez más su pronóstico para 2021. El organismo dijo que tomará meses que las vacunas contra el coronavirus comiencen a revertir el daño causado por la pandemia en la economía.
“La euforia entendible en torno al inicio de los programas de vacunación explica en parte los precios más altos, pero pasarán varios meses antes de que alcancemos una masa crítica de personas vacunadas y económicamente activas y, por lo tanto, veamos un impacto en la demanda de petróleo”, dijo la AIE en su informe mensual.
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Lo cierto es que la vacuna contra el COVID-19 parece que también traía una dosis de optimismo para la economía mundial.
Los máximos dirigentes de los principales bancos centrales del mundo han enfriado el optimismo generado por la vacuna desde que se anunció la vacuna en noviembre pasado.
Christine Lagarde (Banco Central Europeo, BCE), Jerome Powell (Reserva Federal estadounidense) y Andrew Bailey (Banco de Inglaterra) han admitido que se trata de una buena noticia, pero han advertido de que no mejorará la situación económica en los próximos meses y que su impacto en la actividad a medio plazo es todavía incierto.
Los grandes banqueros centrales del mundo se han esforzado por dar un mensaje de prudencia después de que el anuncio.
“La vacuna es ciertamente una noticia buena y bienvenida a medio plazo, pero persisten retos e incertidumbres significativos sobre su ritmo, producción, distribución y eficacia en los distintos grupos (de población). Es demasiado pronto para ver las implicaciones de la noticia en la trayectoria de la economía, especialmente a corto plazo. Los próximos meses van a ser retadores”, ha mantenido Powell.
Las farmacéuticas, las grandes ganadoras
Moderna anunció el 16 de noviembre que su vacuna tenía una efectividad del 94.5%. Ese día sus acciones subieron un 15% respecto del día anterior y durante todo el mes de noviembre el precio por acción se ha multiplicado por 2.14 en la Bolsa de Nueva York (NASDAQ).
Pfizer, por su parte, subió su cotización un 13% el día que reveló sus buenas expectativas sobre la efectividad de su producto. Se estima que el precio de las dosis, si bien algo inferior al de Moderna ($24-$36), también será lo que en el mundo de los negocios se considera un producto premium: alrededor de $20.No obstante la cotización de esta empresa no ha sido tan diferente a lo largo de los últimos meses y cerró el mes de noviembre a los mismos precios que tenía su acción en agosto.
La tercera vacuna en liza es la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. En palabras de su CEO, “Nuestro objetivo es suministrar la vacuna a todo el mundo. Tenemos un objetivo que es también hacerlo sin beneficio, o sea que entregaremos la vacuna a precio de fábrica en todo el mundo”. Esto es: alrededor de 3€ por dosis. El día del anuncio sus acciones bajaron un 2% respecto a la cotización anterior y, aunque a lo largo de noviembre ha tenido picos al alza, el mes lo cerró igual que empezó, con apenas un 0,02% de revalorización.
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Tomando en cuenta que la cotización de una empresa sea un buen indicador de su valor económico, las cosas parecen estar claras. Desarrollar una vacuna, un nuevo medicamento, es costoso y la inversión realizada debe ser al menos retornada, cuando no ampliada, en términos de capitalización bursátil. Los inversores ponen dinero en proyectos tratando de optimizar la relación entre riesgo y beneficio a través de ratios y comparaciones como el famoso ROI (retorno de lo invertido).